Audi y Porsche inician las últimas fases de evaluación para entrar en la F1 en 2026

La entrada de Audi y Porsche como proveedores de la Fórmula 1 ha superado ya tres barreras y está cada vez más cerca. Según un informe de la revista alemana Auto Motor und Sport, los consejos administrativo y fiscal de las dos marcas ya han acordado la llegada. Lo que faltaba era la aprobación del consejo de supervisión del grupo Volkswagen en Wolfsburg, que se reunió este jueves y tuvo un resultado positivo.

En una nota enviada a AMuS, el grupo citó que «los consejos de administración y supervisión de Volkswagen AG, Porsche AG y Audi AG han confirmado los planes de las dos marcas para una posible entrada en la Fórmula 1. Las marcas Porsche y Audi darán detalles más adelante. Todavía no se ha tomado una decisión sobre la entrada, pero estamos en las fases finales de evaluación. La nueva normativa para 2026 y los años siguientes aún no está disponible. Proporcionan cambios a largo plazo hacia un deporte más sostenible, que es un requisito previo exigido por Audi».

La decisión final de que Audi y Porsche entren en la Fórmula 1 sólo se tomará cuando se hayan firmado todos los contratos. Hasta entonces, las dos marcas pueden salirse del proyecto. La aprobación del nuevo reglamento de 2026 podría producirse por parte de la FIA en junio. No obstante, existe el riesgo de que se posponga a octubre debido a cuestiones no resueltas. Hasta que no se firme el reglamento, ambas marcas no empezarán a trabajar.

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Los motores de Fórmula 1 a partir de 2026 mantendrán la tecnología V6 turbo, pero con la extinción de la MGU-H, batería encargada de generar la energía eléctrica en los coches, mientras que la MGU-K compensa ahora en este aspecto. El motor de combustión y el motor eléctrico deberían entregar unos 476 CV.

El combustible será 100% neutro en cuanto a emisiones de CO2, y el techo de gasto se mantendrá en 140 millones de dólares. Los equipos de fábrica, como Mercedes y Ferrari, ya funcionan de forma saludable desde el punto de vista financiero gracias a los buenos contratos de patrocinio. El sistema atrae la atención del valor de la F1, ya que se rumorea que fabricantes de coches como Honda volverán dentro de cuatro años.

Otro debate recurrente es el del límite de gasto para los nuevos fabricantes de automóviles. La FIA quiere ayudar a los recién llegados dándoles más horas de pruebas que a los equipos establecidos como Mercedes, Ferrari y Renault. Hay un análisis para asegurarse de que Red Bull Powertrains no se clasifique como novato, lo que le impediría tener una doble ventaja en una posible alianza con Porsche.

En cuanto a la relación con los equipos, Audi ha negociado con McLaren para hacerse con parte de la división automovilística de la escudería de Woking y con parte del equipo de Fórmula 1. El grupo británico no mostró mucho interés en la venta, sobre todo teniendo en cuenta el crecimiento de la F1 y el aumento de la valoración de cada plantilla, e incluso el aumento de la oferta no fue suficiente. Mientras tanto, McLaren Automotive necesita un socio fuerte para afrontar la era de los coches híbridos, y se están manteniendo conversaciones con BMW.

Sin McLaren, Audi busca otras alternativas. Williams está descartado debido al deseo de la escudería de Grove de seguir siendo independiente, así que Sauber es el principal candidato. Las dos partes ya han trabajado juntas cuando los alemanes utilizaron el túnel de viento del equipo suizo para desarrollar un prototipo para las 24 horas de Le Mans. Jan Monchaux, ex de Audi, es ahora director de tecnología en el equipo de Hinwil.

Es importante recordar que Sauber no tiene ningún problema con los cambios de nombre. Entre 2006 y 2009, el equipo compitió bajo la marca BMW debido a una asociación con el fabricante con sede en Múnich. En la actualidad, compiten como Alfa Romeo a pesar de que ninguna parte del coche se fabrica en Italia. Quien también aparece en la competencia por tener a Audi es Aston Martin, que quiere montar su propia unidad de potencia y ha hablado de una asociación.

Lawrence Stroll, propietario de la marca Aston Martin, tenía previsto un proyecto similar al de Red Bull, para crear su propio motor basado en la tecnología de Honda, pero la falta de buenos ingenieros les obligó a abandonarlo. El multimillonario canadiense también quería comprar la fábrica de motores de Mercedes, HPP, en Brixworth. Incluso con la apertura de Ola Källenius, director ejecutivo del grupo Daimler, para escuchar una propuesta, el acuerdo no se materializó.

Porsche no está tan interesada en convertirse en un equipo como quiere Audi. El objetivo de la marca es formar una sociedad y comprar pequeñas acciones del equipo. Los contactos con Red Bull se suceden desde hace tiempo, las partes incluso estuvieron cerca de trabajar juntas en 2018, cuando la escudería austriaca rompió su asociación con Renault. El proyecto fue cancelado en el último momento por la implicación de la marca alemana en el ‘Dieselgate’, escándalo del grupo Volkswagen con la falsificación de resultados de emisiones contaminantes en motores diésel.