Ricciardo, el piloto estrella que se convirtió en un lastre para McLaren

Daniel Ricciardo disputará este fin de semana el GP de Azerbaiyán, donde hizo la mejor maniobra de su carrera al adelantar a tres autos al mismo tiempo en 2017. Y a su vez, viene de correr en Mónaco, donde logró una brillante victoria en 2018, la última que obtuvo como piloto de Red Bull. No obstante, su actualidad marca que toda tarea meritoria del australiano dentro de la F1 es una efeméride, es parte del pasado. Y con una estancia frustrante como piloto de McLaren, aún con contrato hasta fines del año que viene, su continuidad para 2023 cada vez está más cuestionada. 

Ese camino triunfal que alguna vez tuvo en Fórmula 1 parece haberse esfumado después de 2018. Ese punto crucial se dio cuando abandonó Red Bull, descontento por perder trascendencia dentro del equipo frente a un ascendente Max Verstappen. Primero estuvo dos años en Renault, donde solo logró alcanzar algunos podios cuando ya había decidido mudarse a McLaren para 2021. Y frente a la posibilidad de convertirse en el líder del equipo por delante de un joven Lando Norris, nada salió como esperaba para el australiano. 

Llegado a la escudería de Woking, probablemente el único momento de alegría haya sido esa sorpresiva victoria en el GP de Italia, en la que McLaren se benefició con los abandonos de Lewis Hamilton y Max Verstappen para lograr una victoria y un doblete después de casi una década. El tradicional “Shoey”, donde todos los integrantes del podio beben champagne de la bota de Ricciardo cuando gana una carrera, fue apenas una circunstancia aislada. Sin embargo, frente al descrédito de una mala primera temporada, la llegada de un nuevo reglamento técnico parecía ser la redención para el australiano. 

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Sin embargo, primero fue el Covid-19 el que lo dejó fuera de los tests de pretemporada, donde también McLaren se mostró poco competitiva al tener que lidiar con problemas en los conductos de freno. Entre tanto inconveniente, el arranque de Ricciardo en la temporada no originó demasiadas expectativas, con un 14° puesto en Bahrein. 

A partir de ahí, al cabo de siete fechas, el piloto del auto #3 sólo logró puntuar en la carrera clasificatoria del GP de Emilia Romaña, con un sexto puesto, y en la carrera que lo tuvo como local, el GP de Australia, donde también finalizó en la misma posición. Por el momento, al igual que en 2021, Lando Norris domina la disputa interna, con 48 puntos contra 11 del piloto de Oceanía. 

Naturalmente, y con la paciencia al límite, el CEO de McLaren, Zak Brown, criticó por primera vez a su piloto luego de un año y medio con magros resultados. «Con la excepción de Monza y algunas otras carreras, [Ricciardo] no estuvo a la altura de sus expectativas y de las nuestras. Creo que lo único que se puede hacer es seguir trabajando duro como equipo, mantener la comunicación interna y seguir acelerando, con la esperanza de que lo que no encaja en este momento, encaje lo antes posible», explicó el estadounidense. 

Frente a esto, el australiano reconoció su falta de competitividad: «No quiero correr décimo o duodécimo. Es un desafío intentar levantarme y crecer con este auto. Pero estamos trabajando juntos para ello. El equipo lo quiere, yo lo quiero, y vamos por ese objetivo. Me encantaría decir que voy a ser 0s5 más rápido en cada carrera a partir de ahora, y estoy intentando conseguirlo. Aún tenemos pequeños progresos», admitió.   

Con contrato hasta fines de 2023, Ricciardo no se plantea abandonar la escudería antes de tiempo, por más que los resultados no lo acompañen. Y según lo divulgado por la prensa europea, la posibilidad de rescisión del contrato corresponde únicamente al piloto y no al equipo. De eser así, McLaren tiene las manos atadas prescindir del australiano y apuntar a un reemplazo. Entre los sondeados para ocupar la butaca, hay dos talentos de la Indy como candidatos: el estadounidense Colton Herta y el mexicano Pato O´Ward.

Y con sustitutos a la vista, a menos que el rendimiento de Ricciardo mejore notablemente, su situación en McLaren puede tensarse a medida que transcurra el campeonato. ¿Ganará la obstinación y seguirá un año más aún sin resultados? ¿O aceptará interrumpir su vínculo con una escudería? ¿Encontrará McLaren alguna jugada para desligarse de su piloto cuando finalice el campeonato? Las preguntas son varias en una situación que parece no tener retorno. La certeza es que el piloto estrella de McLaren para 2021, hoy es un lastre que no sabe cómo quitárselo de encima.