Pelea entre Schumacher y Mazepin se torna incontrolable y enreda el futuro de Haas

La parrilla de la temporada 2022 de Fórmula 1 va tomando forma y se prepara para cerrar las últimas negociaciones, tras la confirmación de Valtteri Bottas en Alfa Romeo y de George Russell en Mercedes. Sin embargo, eso no significa que los duplas actuales se mantengan según sus planes iniciales. Este es el caso de Haas, por ejemplo, que ve cómo se produce una situación que se manifiesta como incontrolable dentro de sus boxes: la relación entre Nikita Mazepin y Mick Schumacher llegó a un punto de no retorno.

Lo que parecía prácticamente confirmado, que era la continuidad del dúo para el próximo campeonato, se transformó en un enorme interrogante que creció exponencialmente el pasado fin de semana, durante el GP de Holanda.

La situación de la parrilla de 2022, con pocas plazas realmente disponibles, crea una cierta urgencia para que Haas defina su futuro.

Resulta que Schumacher ya no quiere ser compañero de equipo de Mazepin, y viceversa. Y Haas también empieza a desear la salida del alemán.

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No se trata de un deseo técnico del equipo estadounidense, sino de una necesidad económica: Nikita tiene contrato para el año que viene y, además, la importancia en materia financiera que aporta la empresa de su padre, Uralkali, un gigante ruso de la industria química, es vital para mantener el equipo a flote. En otras palabras, Haas tiende a dejar feliz a Mazepin.

La situación también es muy clara para Mick. Sabe a qué atenerse con Mazepin y también está decepcionado con la incapacidad de Haas para evolucionar durante el año.

No sólo tiene el peor auto de la parrilla con un amplio margen, sino que Haas prácticamente utilizó el monoplaza de 2020 en 2021 y renunció a las actualizaciones posibles con los tokens liberados por la FIA, todo con el objetivo de ahorrar costos. Para el equipo, puede incluso tener sentido; para el piloto, es algo que frena la posibilidad de desarrollarse en la Fórmula 1.

Por eso, Schumacher está atento a una de las vacantes que aún están abiertas: la de ser compañero de equipo de Bottas en Alfa Romeo. Mick, al fin y al cabo, tiene una fuerte ligación con Ferrari y le gustaría seguir en el programa de jóvenes pilotos de la fábrica.

Pero, ¿qué pasó en Zandvoort el pasado fin de semana? Ya el sábado, ambos tuvieron problemas en los momentos finales de la Q1 de la clasificación. Allí, Mazepin se sintió encerrado por Schumacher e intentó hacer un movimiento repetino frente a su compañero en la apertura de la última vuelta rápida.

Pero la maniobra imprevista del ruso le creó problemas a Sebastian Vettel, que iba detrás y tuvo que salir prácticamente de pista para evitar un accidente. Mazepin dijo que estaba enfadado con la situación, mientras que Schumacher dijo que tenía permiso del equipo y que no hizo nada más.

El domingo, en la primera curva de la carrera -en la que Mick salía por delante- un toque entre ambos mandó al piloto alemán a boxes con el alerón delantero roto. Antes de que el conductor ruso se marchara, aún quedaba el momento que fue captado por la cámara de a bordo y que dio la vuelta al mundo. Schumacher se apoyó en Mazepin en la recta, pero el ruso se movió hacia el interior en el momento exacto para casi tirar a Mick contra la entrada del muro de los boxes.

Schumacher no parecía muy entusiasmado después de la carrera sobre la posibilidad de que su asociación mejore.

«No creo que ocurra, para ser sincero. Parece que se le metió en la cabeza y quiere, a toda costa, estar delante de mí, y eso está bien. No tengo nada en contra, pero cuando se llega al punto de defender de una manera más que agresiva contra un compañero de equipo cuando no hay nada que ganar, no creo que sea el enfoque correcto. Y no justifica que me empuje contra el muro de boxes. No creo que sea el camino correcto».

No fue la primera vez que ambos tuvieron problemas. Sobre todo en Bakú, en el Gran Premio de Azerbaiyán, el acercamiento de Mazepin a Schumacher también creó un problema, y una jugada peligrosa. Con ambos siempre en las últimas posiciones de las carreras, no tiene mucho sentido involucrarse en estas situaciones.

Y el jefe Guenther Steiner, que prometió volver a conversar con ambos antes del GP de Italia, da la impresión de ser una persona diferente a aquel que tenía un carácter explosivo frente a Romain Grosjean y Kevin Magnussen, exhibido repetidamente en la serie documental Drive to Survive.

Ferrari entiende la situación, por supuesto, pero hay contras que discutir. En primer lugar, a pesar de su larga historia con Alfa Romeo y su predecesor Sauber, actualmente tiene vínculos aún más estrechos con Haas. Pero sobre todo, encuentra otros problemas en un Schumacher que va a Alfa Romeo.

En principio, significaría el final para Antonio Giovinazzi en la Fórmula 1. Ferrari no quiere perder al único italiano de la parrilla, especialmente en un momento en el que muestra su evolución. Y más aún: algunos consideran que Alfa Romeo y su jefe Fréderic Vasseur están totalmente encantados con Théo Pourchaire.

Piloto francés de 18 años recién cumplidos, Pourchaire fue subcampeón de la Fórmula 3 en 2021 y hace su temporada debut en la Fórmula 2. En esta categoría tiene una victoria y ocupa el sexto lugar del campeonato que defiende ART, que tiene en Vasseur a uno de los fundadores. Pero Alfa Romeo entiende que sería bueno que Pourchaire tenga un año más de maduración en F2 para poder incorporarse a la F1 en 2023.

Como Bottas tiene un contrato largo, quien lo acompañe en Alfa Romeo en 2022 tiene muchas posibilidades de estar en un callejón sin salida. Ese es también el peligro para Schumacher.

El tiempo corre y la decisión deberá ser urgente.