Lo que podemos esperar de Ricciardo y lo que Ricciardo aún espera de la F1
Daniel Ricciardo, de 32 años, parece estar cada vez más lejos de su soñado título mundial de Fórmula 1. ¿Todavía hay tiempo para una remontada en McLaren?
Daniel Ricciardo llegó a la Fórmula 1 en 2011 con su llamativa sonrisa y rodeado de cierta expectación. Desde entonces, acumuló 8 victorias 3 pole positions y buenos resultados, pero nunca se acercó a la carrera por el título mundial. Tomó decisiones que generan debates y ahora, a sus 32 años, está en una mala etapa en McLaren y tratará de recuperarse corriendo en casa, en el GP de Australia, del que sólo se lleva como buen recuerdo el cariño de la afición, ya que nunca tuvo una actuación llamativa en Melbourne.
Miembro del programa de desarrollo de pilotos de Red Bull, Ricciardo se puso a los mandos de un coche Hispania en el GP de Gran Bretaña de 2011, pero la posibilidad de terminar entre los 10 primeros no vino hasta el año siguiente, cuando llegó a Toro Rosso. El australiano fue preparado para ser compañero de equipo -y, quién sabe, si sucesor- de Sebastian Vettel, quien dominó la F1 de 2010 a 2013.
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En 2014, con la retirada de Mark Webber, llegó por fin al equipo principal de la compañía de bebidas energéticas y llamó la atención al quedar tercero en el campeonato, sólo por detrás de los dos Mercedes, dominantes en la Era Híbrida, que comenzó ese año. Vettel sólo quedó quinto, por detrás de Valtteri Bottas, entonces en Williams, y decidió que era el momento de respirar nuevos aires.
El alemán se marchó a Ferrari en 2015 y Ricciardo adquirió la condición de primer piloto, ya que junto a él estaba el limitado Daniil Kvyat. Sin embargo, esa temporada la escudería austriaca sólo fue la cuarta fuerza por detrás de Mercedes, Williams y Ferrari. Cuando llegó la reacción, Daniel ya no era el favorito del equipo: Max Verstappen tomó el relevo.
Ric’ tenía entonces en sus manos la posibilidad de seguir en un equipo fuerte, pero que funcionaba más para el otro piloto que para él, o dar un salto en el vacío. Eligió Renault para volver a sonreír, en una decisión que aún a día de hoy suscita debate, incluso por parte del jefe de equipo de Red Bull, Christian Horner. No obstante, entre sonrisas, memes y el éxito en la serie documental de Netflix «Drive to Survive», Daniel sólo se subió al podio en dos ocasiones, con sendos terceros puestos en Eifel y Emilia Romagna -que le valieron la victoria en una apuesta con el entonces jefe de equipo Cyril Abiteboul-.
Era entonces el momento de un nuevo cambio, y Daniel llegó el año pasado a McLaren, que en 2020 había sido tercero en el Mundial de Constructores. Sin embargo, a pesar de la victoria en el GP de Italia, el #3 estuvo casi siempre detrás de Lando Norris. Y la situación es aún peor en 2022, ya que el equipo de Woking no pudo conseguir una buena puesta a punto del coche bajo las determinaciones de la nueva normativa. El piloto australiano entró en una espiral de mal rendimiento y falta de suerte, no pudo participar en parte de la pretemporada porque contrayó Covid-19, terminó sólo 14º en el GP de Bahrein y en Arabia Saudita tuvo oportunidades de conseguir sus primeros puntos, pero abandonó la carrera por un problema de motor en su MCL36.
La primera oportunidad de remontar viene este fin de semana con una carrera en casa ante su público. Una gran oportunidad, ¿no? No del todo. Ricciardo nunca ha subido al podio en el GP de Australia, que vuelve al calendario después de tres años -se quedó fuera en 2020 y 2021 por la pandemia de coronavirus-. Sus mejores fueron cuartos puestos en 2016 y 2018, mientras que en 2014, en su debut con Red Bull, llegó a cruzar la meta en segunda posición, pero fue descalificado de la carrera.
Daniel sigue gozando de un enorme prestigio en su país, hasta el punto de haber dado algunas ideas para el rediseño del circuito de Albert Park, sede de la carrera de este fin de semana. Al mismo tiempo, sabe que subir al podio el próximo domingo es, por ahora, sólo un sueño, y que sumar sus primeros puntos es un resultado más plausible.
Criticar las decisiones de ‘Ric’ en sus más de diez años en la Fórmula 1 no parece justo. El #3 estaba en el lugar correcto en el momento equivocado en 2015, cuando Vettel se fue a Ferrari debido a la mala calidad del coche de Red Bull. La situación se repitió en 2018, cuando el equipo austriaco reaccionó, pero Verstappen se ganó la preferencia de Christian Horner y de todo el comando taurino. Podría haber ido directamente a McLaren, pero apostó primero por el proyecto de Renault antes de llegar a Woking.
Lo que sí se puede hacer, y probablemente lo hagan McLaren y el propio Ricciardo, es la desventaja de 45 puntos con Norris y los supuestos problemas de adaptación que alega el piloto tanto en la escudería inglesa como en Renault. Es estar regularmente detrás de Lando tanto en la clasificación como en las carreras. Es pensar si vale la pena mantener a alguien que llegó con la condición de primer piloto provisto por contrato y si es una buena idea mantenerlo al final del acuerdo, vigente hasta 2023.
¿Podemos seguir esperando muchas sonrisas y motivación de Daniel? Y él, ¿qué espera todavía de la Fórmula 1? ¿Tiene el australiano paciencia para esperar su turno, ya que parecía estar cerca en varias ocasiones? En agosto del año pasado, proyectó estar fuerte en la lucha por el título en 2024, sólo que dependería de la continua evolución de McLaren. Al mismo tiempo, parece demasiado tarde para empezar de nuevo en otra plantilla. Una buena actuación en Melbourne, con la afición a favor y la retrospectiva en contra, podría ser un pequeño paso hacia la remontada.