Uralkali promete llevar a tribunales a Haas para recuperar dinero invertido
Uralkali, la empresa del padre del expiloto de Haas Nikita Mazepin, irá a la Justicia para reclamarle el dinero invertido a la escudería.
Uralkali prometió emprender acciones legales para recuperar el dinero que invirtió en Haas para la temporada de Fórmula 1 de 2022. Los antiguos socios rompieron su vínculo a causa de la invasión rusa a Ucrania y la amenaza de guerra en Europa del Este. En un comunicado publicado este miércoles, la empresa de fertilizantes del padre de Nikita Mazepin, Dmitry, anunció que demandará al equipo estadounidense. Y su objetivo será recuperar la inversión financiera realizada este año.
Con el bloqueo de las operaciones bancarias de las empresas rusas en Estados Unidos y Europa, la asociación entre Haas y el patrocinador principal, Uralkali, se terminó durante las pruebas de pretemporada en Barcelona. El final de la asociación provocó que Mazepin dejara su puesto de titular el pasado sábado, ya que era el sponsor que financiaba el puesto del ruso en el equipo.
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No obstante, como la empresa ya había destinado a Haas una gran parte de los fondos pactados para 2022. Y frente a esto, Uralkali reveló en un comunicado oficial que reclamará en los tribunales la cantidad invertida en el patrocinio para este año. Y lo hará con la justificación de que la escudería no cumplió con sus obligaciones contractuales.
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«Uralkali tiene la intención de proteger sus intereses de acuerdo con los procedimientos legales aplicables y se reserva el derecho de iniciar procedimientos legales, reclamar daños y perjuicios y solicitar el reembolso de las importantes cantidades que pagó por la temporada de Fórmula 1 de 2022», anunció la empresa en un comunicado. «Como la mayor parte de la financiación del patrocinio para la temporada 2022 ya había sido transferida a Haas y como el equipo terminó el acuerdo antes de la primera carrera, Haas no cumplió con sus obligaciones con Uralkali para este año», siguió.
En caso de que el reclamo de la inversión tenga éxito, Uralkali utilizará la cantidad que se habría invertido en Haas para desarrollar una fundación que apoye a los pilotos que no pueden competir por razones políticas. El nombre de la fundación será «We compete as one». La inscripción alude a la campaña de la F1 «We race as one», que promueve la diversidad en el deporte.
El comunicado también señala que la petición de Haas de poner fin a su acuerdo con el patrocinador principal es «irracional». Además, señaló que la F1 «debería estar siempre libre de política y de presiones de factores externos».
Pero no sólo el equipo estadounidense rompió su vínculo con los rusos. A principios de esta semana, Hitech GP, que compite en la F2 y la F3, también puso fin a su contrato de patrocinio con Uralkali.
Sobre este caso, la empresa rusa aún no anunció si presentará un recurso similar en los tribunales para recuperar su inversión al equipo de Silverstone.
Sin su principal patrocinador y con Pietro Fittipaldi como sustituto de Mazepin, ya que aún no está claro quién será el piloto titular junto a Mick Schumacher, Haas participará en la segunda sesión de pruebas de pretemporada en Bahrein. Sin embargo, el equipo se perderá las primeras horas de actividades del jueves debido a un problema con el avión de carga que transportaba el equipo a Sakhir.
La temporada de F1 de 2022 arranca el 20 de marzo con el GP de Bahrein.
¿Cómo se desató el conflicto entre Rusia y Ucrania?
Europa del Este vive un momento de gran tensión. Desde el 24 de febrero, las tropas rusas han invadido el territorio de Ucrania, avanzando hacia la capital, Kiev. La invasión a gran escala del territorio ucraniano se está produciendo por tierra, mar y aire y, según las Naciones Unidas, ya hay cientos de víctimas civiles en varias ciudades. Más de 800.000 ucranianos han abandonado ya el país huyendo de la guerra.
Tres días antes del ataque ruso, el presidente ruso Vladimir Putin reconoció, en un decreto, la independencia de las provincias ucranianas separatistas de Donetsk y Luhansk. La medida generó sanciones de la Unión Europea y Estados Unidos al gobierno y las empresas rusas. Esto además, aumentó el temor a un enfrentamiento armado en la región.
La tensión se intensificó en Europa del Este el mismo día 24, cuando Rusia atacó a Ucrania en una acción calificada por Kiev como «invasión total». Esa madrugada, Putin anunció en un comunicado una «operación militar especial» para «proteger a la población del Donbass», una zona de mayoría étnica rusa en el este de Ucrania, donde se encuentran Donetsk y Luhansk.
El mando militar ruso afirmó que «las armas de precisión están degradando la infraestructura militar, las bases aéreas y la aviación de las Fuerzas Armadas de Ucrania». Putin dijo que Rusia no planeaba una ocupación del país, pero amenazó con una respuesta «inmediata» a cualquiera que intentara interrumpir la operación. El gobernante ruso recomendó a los soldados ucranianos que se rindieran y volvieran a casa. «De lo contrario, se culparía a la propia Ucrania del derramamiento de sangre», advirtió.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, decretó por su parte la ley marcial en todo el país. Así instituyó un régimen de guerra y devolvió al servicio activo a una gran parte de los reservistas de las fuerzas armadas. Como medida complementaria, también impidió que los hombres de entre 18 y 60 años salgan del país durante los próximos 30 días.
Según ACNUR, más de 800.000 personas abandonaron Ucrania. Además, cerca de un millón de personas han huido de sus hogares, pero permanecen en el país.
La crisis militar es una de las mayores desde la Segunda Guerra Mundial. Además, es la más grave que involucra a una potencia nuclear europea.