Canapino enfrenta con cautela su debut en Indy con Juncos: «Lo lógico es estar último»

A los 33 años, y luego de haber ganado cuatro títulos en el Turismo Carretera de Argentina, Agustín Canapino se prepara para el mayor desafío de su carrera deportiva, al haber sido confirmado como piloto del Juncos Hollinger Racing para la temporada 2023 de la Indy. De esta forma, se convertirá en el primer argentino en competir en la categoría desde que Gastón Mazzacane lo hiciera brevemente en 2004.

Y pese a su nula experiencia en categorías formativas de fórmula, Canapino sorprendió con su ritmo en dos pruebas realizadas con el equipo en Sebring, Estados Unidos, y en Termas de Río Hondo, Argentina, durante noviembre. Como resultado, el jefe del equipo, el también argentino Ricardo Juncos, decidió apostar por él y subirlo como piloto titular en el auto #78 que completará la grilla de la categoría estadounidense.

Ahora, frente a su debut, pautado para el próximo 5 de marzo en el circuito callejero de St Pete, en Florida, el piloto argentino brindó una entrevista exclusiva a Grande Prêmio en Español. Con una mezcla de entusiasmo y de cautela frente a el desafío, Canapino advirtió que espera disputar las últimas posiciones durante fase de adaptación, para continuar con una etapa de progreso que le permita llegar a competir en el pelotón del medio a un mediano plazo y poder asegurar su continuidad en 2024.

¡Conoce el canal de Grande Premio en YouTube!
¡Sigue a Grande Premio en Twitter y en Instagram!

¿Qué te genera ser el primer argentino en la Indy después de 19 años?

Es una oportunidad única e inesperada. Había disfrutado mucho de las exhibiciones, me preparaba para descansar en el verano y planificar mi año en el automovilismo argentino. Pero me llamó Ricardo, me animé, le dije que sí y acá estoy. Afronto este desafío con ganas, con calma y con los pies en la tierra. Me enfrento a algo complicado que no sé como terminará, pero en lo que voy a dar lo mejor de mí. 

¿Cómo llevás a cabo tu preparación frente a la exigencia que implica una carrera de Indy?

Siendo más profesional que nunca, pero me va a costar. Las primeras carreras las voy a sufrir mucho. Incluso quienes han corrido en Fórmula 1 dicen que las primeras competencias en la Indy son muy difíciles de terminar. Entonces, imaginate cómo será conmigo que vengo de correr en turismos en Argentina… Por más que entrene mucho, hay que correr y el tiempo solamente me va a permitir ir acostumbrándome a este nuevo mundo. 

¿Cómo te venís manejando con el inglés y la comunicación con el equipo?

Es algo que también estoy aprendiendo, nunca había hablado inglés en mi vida. Pero me la rebusco, me puedo comunicar. Uno va aprendiendo a medida que experimenta. Al igual que con las carreras, esto mismo me va pasando con el inglés. Seguramente a fin de año ya me maneje mejor, y ni hablar si tengo un año más. 

¿Qué meta te planteás para este año?

Mi objetivo esta temporada es seguir evolucionando, pero por supuesto sé que va a ser difícil. Sé que voy a estar último, que voy a estar atrás y me va a costar un montón. Pero mi idea es tener una base sólida para mostrar durante el año que puedo quedarme. Y si no puedo, disfrutaré la experiencia y que me sirva de aprendizaje para los años que vendrán. 

¿Cómo te preparás para correr en óvalos?

Son una gran incógnita y también el mayor desafío, porque es un mundo nuevo. Hasta que no salga a pista en Texas, que va a ser el primero en el que corra el 16 de marzo, no sé que va a pasar. Me lo voy a tomar con mucha calma porque eso es peligroso de verdad. Ahí no solo está en juego el auto sino también la integridad física de uno.       

Al haber tenido varias victorias en los circuitos callejeros de Argentina, ¿pueden ser las pistas donde consigas mejores resultados? 

Creo que van a ser más difíciles que los mixtos. La gran desventaja es que soy el único que no conoce la pista de St. Pete (donde debutará en la categoría, el próximo 5 de marzo). Sé que lo lógico es estar último, y el objetivo es estar lo menos último posible al menos en esta primera parte. Con el tiempo y las carreras, ver si me puedo empezar a acercar, para más a fin de año conseguir un resultado que me permita demostrar que lo puedo hacer bien. Todo va a ser nuevas experiencias y todo muy difícil. Pero por eso lo acepté, porque es lindo encontrarme en un mundo que no conozco que es mucho más complicado y profesional que lo que yo hacía. Estoy con toda la incertidumbre, pero también con todas las ganas.  

En los tests estuviste trabajando con stints largos, donde también mencionaste que te sentiste más cómodo con la goma usada. ¿Vas a ser conservador en clasificación y tratar de explotar más el ritmo de carrera?

La clasificación va a ser el punto más difícil porque hay que conocer mucho la goma y los límites del auto a una vuelta. Eso lleva mucho más tiempo. En ritmo de carrera voy a estar más cerca, el problema va a ser la resistencia física y el conocimiento del neumático. Si bien en la primera parte de la competencia podría seguir el ritmo del pelotón del medio, lo más difícil va a ser aguantar el ritmo toda la final. En la primera fecha tengo que ver cómo estoy, qué tan lejos estoy, y de ahí en más empezar a progresar. 

Tuviste la oportunidad de girar dos veces en Sebring, una en octubre y otra en febrero, donde bajaste tu tiempo de 54.1 a 52.7. Más allá de que pudo haber influido cuestiones de puesta a punto, ¿dónde notaste tus evoluciones con el auto? 

Hay muchas variables, con los tiempos de vuelta en las pruebas no se pueden sacar demasiadas conclusiones. Hay una gran diferencia, pero un 80% o un 90% depende del auto y del clima. El otro 10% o 20% es porque sigo evolucionando y sí me voy acostumbrando. Pero bajar este porcentaje cuesta muchísimo. En Thermal estuve a 0s8 de la punta y en Sebring a 0s7, es a esa diferencia a la voy a estar y eso es lo difícil. 

¿La buena noticia de los tests es que poco a poco vas completando stints largos sin complicaciones?

En Thermal di 110 vueltas y en Sebring 102, me sentí mejor y vengo progresando en ese aspecto. Igualmente soy realista, sé que voy a andar último las primeras carreras y no espero más que eso. Las pruebas fueron mucho mejor de lo que yo esperaba en referencias y tiempos. Haberme mezclado con el pelotón fue inesperado y motivador. En St Pete trataré de terminar la carrera para seguir aprendiendo. 

Con respecto a lo hecho por Callum Ilott, tu compañero de equipo, en las pruebas de pretemporada, ¿la sensación es que Juncos dio un paso adelante en relación a 2022?   

Callum mostró muy buenos parciales. Sé que con el equipo está en condiciones de pelear en el Top-10 o algún podio. Creo que tienen muy buena proyección porque Juncos está creciendo y evolucionando. Es un piloto de clase mundial que debería estar en Fórmula 1, pero simplemente no logró el asiento, sabemos que allá manda más el dinero que el talento. Ser su compañero de equipo para mí es un privilegio, porque si bien es más chico que yo, tiene mil veces más experiencia en este tipo de autos. Dentro de lo poco que lo traté tenemos muy buena relación, yo lo respeto mucho y sé el lugar que ocupo dentro del equipo. Vengo a aprender y a colaborar con él, no vengo a competir de ninguna manera.

¿Qué recepción tuviste por parte de los otros pilotos de la categoría?

Me recibieron muy bien, quedé sorprendido. Pude compartir una charla con Will Power o Romain Grosjean, también compartir el gimnasio con Scott Dixon. De verlos por televisión a estar hoy con ellos acá es como cumplir un sueño. Antes que ser piloto soy un fanático del automovilismo, así que le pedí una foto a varios (risas). A Alex Palou ya lo conocía por competir en simuladores, es un fuera de serie y una persona excelente. También me recibió muy bien Pato O’Ward, con quien intercambié algunas palabras. 

Tu llegada a la Indy abre una oportunidad de difusión de la categoría en Sudamérica. ¿Cómo vivís esa posibilidad?

Ojalá que esto también ayude a que varios pilotos argentinos puedan tener su oportunidad en el exterior. Me encantaría también que la Indy pueda correr alguna vez en Argentina, y estar como piloto de Ricardo. Sería como tocar el cielo con las manos. Pero hoy en día estamos muy lejos de eso. La mejor forma para que eso pase es seguir trabajando acá y hacer las cosas lo mejor posible. 

¿Cómo te imaginás el 2024?

Sería hacer futurología. Si me va bien y me quieren seguir contratando seguiré, y si no cumplo con las expectativas me volveré a país orgulloso y feliz de haber vivido la experiencia.