¿Qué impulsa el negocio de la Fórmula 1? Más allá de los motores

El modelo económico de la F1 se sostiene sobre dos pilares principales: el dinero que reparte la propia categoría y los sponsors que cada escudería consigue

La Fórmula 1 no es solo un espectáculo de velocidad, adrenalina y precisión milimétrica. Es un negocio colosal que mueve miles de millones de dólares cada temporada. Aunque en la pista lo importante son los segundos, fuera de ella todo gira en torno a contratos, derechos, patrocinios y audiencias. Y como en cualquier industria multimillonaria, los motores son solo una parte del engranaje.

Un negocio de alto rendimiento

El modelo económico de la F1 se sostiene sobre dos pilares principalesel dinero que reparte la propia categoría y los sponsors que cada escudería consigue. Estos ingresos se complementan con un ecosistema digital cada vez más potente que busca captar nuevas audiencias y monetizar cada segundo de exposición.

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En 2023, la Fórmula 1 generó más de 3.200 millones de dólares, de los cuales 1.215 millones se destinaron a repartir entre los equipos. Red Bull, como campeón, se llevó alrededor de 175 millones. Haas, en el otro extremo de la tabla, se quedó con unos 75 millones. Esta distribución se basa en el «Pacto de la Concordia», un acuerdo firmado entre los equipos y Liberty Media (dueña de la F1) que define cómo se reparte el dinero generado por derechos televisivos, entradas, eventos y acuerdos comerciales globales.

Cuanto mejor clasificado esté un equipo en el campeonato de constructores, mayor es su tajada. Esto convierte cada punto ganado en la pista en un ingreso directo. No es solo orgullo o gloria; es dinero.

Sponsors: el otro combustible

Las grandes marcas invierten millones para aparecer en los autos, monos y cascos de los pilotos, así como en los boxes y camiones de logística. Red Bull, Mercedes y Ferrari generan hasta el 70% de sus ingresos gracias a estos acuerdos comerciales. En cambio, escuderías más modestas como Williams o Haas dependen en mayor medida de los ingresos provenientes de la F1 misma.

Aquí es donde entra un factor interesante: los pilotos rentables. Ya no basta con ser rápido. Hoy, un piloto que genera atención mediática, que tiene una base de fans sólida y que arrastra sponsors consigo, puede inclinar la balanza a su favor. Franco Colapinto, por ejemplo, es una promesa argentina que ha traído consigo marcas como Mercado Libre y Globant. ¿Habrían patrocinado a Williams sin él? Difícil.

El caso de Nikita Mazepin o Nicholas Latifi también es ilustrativo: pilotos cuya participación en la F1 fue viabilizada por el apoyo financiero de sus familias o marcas asociadas a ellas. Esta figura, polémica pero efectiva, da lugar a un tipo de piloto que, aunque no siempre destaca por su talento, garantiza ingresos: un piloto rentable.

Los derechos: oro en formato audiovisual

Los derechos de transmisión son otra piedra angular. La F1 vende su producto a cadenas televisivas, plataformas de streaming y medios digitales en todo el mundo. Cada país paga por el privilegio de emitir las carreras, entrevistas y contenido exclusivo. A cambio, los equipos y la organización obtienen una audiencia global de cientos de millones.

Pero ya no se trata solo de la televisión tradicional. La categoría ha invertido fuertemente en su propia plataforma OTT, F1 TV, y en estrategias digitales que maximizan su exposición en redes sociales, YouTube y Twitch. La Fórmula 1 entendió que si quiere conectar con las nuevas generaciones, tiene que estar donde están los ojos jóvenes: en la pantalla del celular.

El ecosistema digital: el nuevo paddock

El crecimiento digital es quizá el cambio más disruptivo del modelo de negocio. La serie Drive to Survive, producida por Netflix, fue un punto de inflexión. Acercó la F1 a un público que jamás habría prestado atención a una tabla de tiempos. Humanizó a los pilotos, dio acceso tras bambalinas y transformó a los ingenieros en personajes secundarios de una novela por capítulos.

Esto no sólo elevó el interés en mercados como Estados Unidos —donde ya hay tres grandes premios—, sino que también multiplicó las oportunidades de monetización en línea: contenido premium, NFTs, merchandising exclusivo y colaboraciones con videojuegos como F1 24. En este nuevo entorno, las marcas no solo pagan por aparecer en un auto, sino por estar dentro del universo narrativo que rodea la competencia.

El rol de las apuestas: una palanca comercial creciente

Otro jugador que no puede pasarse por alto en esta ecuación es la industria de las apuestas online. Cada vez más vinculada al deporte, la F1 ha comenzado a capitalizar este vínculo. A través de acuerdos con casas de apuestas autorizadas, la categoría y los equipos suman nuevos ingresos por patrocinios y licencias.

Para los fanáticos, esto representa una nueva forma de interactuar con las carreras. Ya no se trata solo de mirar quién gana, sino de predecir tiempos de vuelta, posiciones finales o incluso incidentes. Este listado de casas de apuestas online recopila las mejores casas de apuestas, que se han convertido en un actor más del ecosistema, impulsando la engagement y ampliando el espectro comercial de la F1.El negocio de la Fórmula 1 no lo impulsan los motores, sino los millones. Es un show global con piezas perfectamente sincronizadas: derechos, marcas, tecnología y narrativa. En este mundo, el talento cuenta, pero la rentabilidad es el verdadero podio. Quien entienda esto, corre con ventaja. Porque en la F1 moderna, cada curva importa… pero cada dólar también.