Alpine admite su fracaso y dice que «no merece la pena» producir motores en F1: «Alto costo»
Bruno Famin, que asumirá el cargo de vicepresidente de motorsport en Alpine, señaló que es más ventajoso comprar un motor para la Fórmula 1 que producirlo, en medio de los rumores de negociaciones con Mercedes para la provisión de impulsores desde 2026.
La crisis interna en un equipo que supo ser ganador y dominador en la Fórmula 1, como Alpine, antes conocido como Renault, ha llevado al fabricante francés a dejar de producir sus propios motores, y comenzar a depender de otras marcas, como puede llegar a ser Mercedes.
Bruno Famin, ahora ex jefe de equipo, y actual vicepresidente de automovilismo, reconoció abiertamente el fracaso de Renault como proveedor de motores en la F1. Desde 2021, cuando McLaren volvió a asociarse con Mercedes, ningún otro equipo ha utilizado el motor de la marca francesa.
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Para el directivo, se trata de un asunto económico: «El hecho es que este modelo de negocio, si se puede decir así, es un poco extraño. El sistema de premios definido en el Pacto de la Concordia sólo beneficia a los equipos. Al mismo tiempo, las reglas financieras y deportivas de la FIA [Federación Internacional de Automovilismo] obligan al fabricante de motores a comercializar las unidades y a un precio preestablecido».
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«Cuando analizas el costo de desarrollar la unidad de potencia en comparación con la compra de un motor, hay una diferencia enorme. No vale la pena, especialmente con todo el dinero del premio que va al equipo. No hablamos de rendimiento, sino de costes. Son 120 millones de euros por un lado y 17 millones de euros por el otro. Ese es el cálculo anual«, añadió Famin.
Sobre el motor, Famin se explayó y dijo que eran mucho más lentos que sus rivales en términos de potencia: «Nuestro motor actual tiene un déficit, unos 15 kW menos que los demás, que son las cifras que da la FIA. Renault cometió un error [en el desarrollo]. Sólo la unidad de potencia nos deja 0s2 de retraso de media, que varía según la pista. Si nos fijamos en todo el coche, somos más de 1s, 1s5 más lentos».
Más allá de los problemas con el impulsor, Famin no ocultó que hay otras razones que hacen al flaco rendimiento del monoplaza: «No podemos escondernos detrás del motor. El coche tiene diferentes problemas. Falta de tracción, déficit de carga aerodinámica, demasiada resistencia, falta de potencia… tenemos que mejorarlo todo. No podemos hacer mucho con la unidad de potencia, que está congelada por reglamento. Tenemos que reducir peso, entender un poco más el coche para hacer algunas actualizaciones o adaptar la puesta a punto».
Hay que recordar que, ya desde el año pasado, en Alpine se relevó a toda la cúpula directiva, al ex jefe de equipo, Otmar Szafnauer y al director técnico, Pat Fry. Tras menos de un año de gestión, Famin dejará la dirección general en manos de Oliver Oakes, que se fue de Hitech, la escudería de la F2.
Actualmente, Alpine está octavo en el Mundial de Constructores, con 11 puntos, solo delante de Williams y de Sauber. Pierre Gasly sumó seis puntos y Esteban Ocon, los otros cinco. RB y Haas lideran la zona baja de la tabla con 34 y 27 puntos, respectivamente.
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