Aston Martin reconoce que compensar déficit de DRS contra Red Bull «es un desafío»
Tom McCullough, director de rendimiento de Aston Martin, explicó que además del suelo, la parte trasera del coche es otra parte que marca la diferencia en la F1 actual.
El RB19, el coche de Red Bull fue sin lugar a dudas, el más admirado de grilla de Fórmula 1 , no sólo por el impresionante dominio impuesto durante la temporada 2023 sino sobre todo por su trabajo aerodinámico que aprovecha al máximo el efecto suelo. A ésto se suma un sistema DRS que hace que el coche sea prácticamente imbatible en recta, hasta el punto de que Aston Martin entiende que recuperar esa diferencia es, en estos momentos, el principal reto al que se enfrentan todos.
La valoración corrió a cargo del director de rendimiento del equipo, Tom McCullough. Fue debido a este déficit que Aston Martin optó por cambiar el alerón trasero para el GP de Abu Dhabi, a pesar de que era la última etapa de la temporada.
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McCullough explicó que la primera vez que se notó la fuerza de los toros con el ala móvil activada fue el año pasado, en Arabia Saudita, en apenas la segunda carrera del año. “Nos dimos cuenta de que Red Bull era muy fuerte y avanzaron en eso. Recuerdo que en Jeddah, el año pasado, fue la primera vez que todos pensaron: ‘Vaya, qué hermoso cambio en el DRS’, informó.
“La interacción entre toda la parte trasera del coche y la carga sobre el difusor, el alerón, el alerón trasero, el plano principal, las aletas, los conductos de freno, todo esto es muy diferente de los coches de la generación anterior. Y lograr una plataforma aerodinámica estable, sin marsopas y todo lo que no queremos, tener mucha carga [aerodinámica], pero tener el mayor alcance posible al activar el DRS es el objetivo”, añadió.
Ingeniero de formación, el director de desempeño continuó diciendo que el reglamento limita los cambios que se pueden realizar. El trabajo de los equipos es básicamente «producir carga aerodinámica y no tener demasiada resistencia», un problema que normalmente sacrifica la velocidad en línea recta.
Por eso, además del suelo, la parte trasera del coche también marca la diferencia. En el caso de Aston Martin, sin embargo, el sistema inicial no era tan bueno. «Al principio no teníamos un sistema particularmente fuerte, tuvimos que desarrollarlo sistemáticamente para mejorarlo mientras intentábamos mantener la estabilidad».
“Así que todos estos elementos en la parte trasera del coche están interconectados. Hay un límite a lo que se puede hacer dentro de las regulaciones. Siempre intentamos producir carga aerodinámica y no tener demasiada resistencia. Pero más allá de eso, cambiar el DRS y hacer que todas estas cosas funcionen bien es un desafío para los equipos de aerodinámica”, continuó. “Y por eso hay tanto desarrollo en este ámbito, no sólo de nuestra parte, sino también de otros”, concluyó.