Chances perdidas: Leclerc tiene un buen 2021, pero cuenta con margen para más

Que Ferrari tiene un dúo muy equilibrado para esta temporada, de eso no hay duda. La sinergia entre Charles Leclerc y Carlos Sainz es sobresaliente, y hace que la escudería italiana tenga media sonrisa para un desafiante 2022. Sin embargo, hay que señalar que por el lado del piloto del auto #16, las cosas no parecen tan fáciles. La mala suerte, los abandonos y los problemas de una irregular SF21 fueron factores cruciales para que el monegasco no tuviera un año tan brillante para el equipo de Maranello hasta ahora. Aun así, ¿es posible obtener resultados más expresivos con las herramientas que tiene Charles?

En principio, Leclerc es un piloto con muchas virtudes. Es talentoso, atrevido y cuenta con un estilo de conducción interesante para la Fórmula 1. Su perfil agresivo encaja con los requerimientos de Ferrari, que necesita un competidor nato para volver a soñar con una victoria que se hace esperar en 2021. Un claro ejemplo se dio en el GP de Gran Bretaña: Charles lideró 49 de las 52 vueltas en el histórico circuito de Silverstone, desde el toque entre Lewis Hamilton y Max Verstappen.

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Sin embargo, incluso con una penalización de 10s, el británico aprovechó el factor «Mercedes», para superarlo en las últimas vueltas. Como resultado, el monegasco consiguió un importante podio, aunque con un sabor amargo por haber estado muy cerca de triunfar con Ferrari después de un 2020 sin victorias.

«Fue estupendo correr contra Lewis, pero no debemos esperar estar en esa posición el resto del año. Tenemos que seguir trabajando, porque eso es lo que queremos hacer constantemente: luchar por la victoria», comentó Leclerc tras la carrera.

Además, aunque fue en Inglaterra donde estuvo más cerca de ganar, Leclerc ya pasó por otros reveses a lo largo de la temporada. Como local, en Mónaco, había logrado la pole pese a un accidente al final de la Q3, y en la vuelta de instalación, Ferrari encontró daños en la caja de cambios que le impideron largar. Luego, en Azerbaiyán, el monegasco también partió desde el cajón de privilegio, pero pronto fue superado por Hamilton.

Su mala racha continuó en el GP de Hungría, donde abandonó tras un golpe de Lance Stroll en la largada. Luego, en Rusia, llegó con una penalización a cuestas que lo obligó a largar último por cambiar su cuarto motor. Allí, su carrera de recuperación fue buena -alcanzó el cuarto puesto-, pero la decisión de no parar a causa de la lluvia provocó otro contratiempo. La pista inundada lo llevó a hacer un trompo y cambió tardíamente a neumáticos intermedios, por lo que terminó la competencia en la 15ª posición.

Finalmente, su último dolor de cabeza fue en Turquía. Tanto piloto como equipo quisieron terminar la carrera con los mismos neumáticos de la largada, unos intermedios desgastados. Sin embargo, la arriesgada estrategia no dio sus frutos, las gomas no servían más y el #16 debió pasar por boxes. De esta forma, Ferrari perdió otra chance de podio.

Está muy claro que Leclerc no transita un año fácil, pero eso no le quita importancia. A pesar de que su compañero de equipo no tuvo tantos incidentes, el monegasco tiene mucho mérito en la posición que ocupa Ferrari en la lucha contra McLaren por el título de tercera fuerza del campeonato.

Es cierto que Sainz está por delante en el Mundial de Pilotos, aunque sólo por media unidad, 116,5 a 116, pero la actuación de Leclerc en las clasificaciones hace que todo esté más igualado. El equilibrio también es evidente en el Campeonato de Constructores. Con 232,5 puntos, Ferrari es cuarto, cerca de McLaren.

Por lo tanto, la presencia del monegasco en el equipo de Maranello, aunque con algunos contratiempos, demuestra su gran importancia. Quizás con un auto más competitivo y con menos mala suerte, su posición en el campeonato sería mucho mejor. Charles Leclerc continúa como piloto principal, sabe cómo funcionan las cosas en Maranello y conoce bien el auto que tiene a su disposición. Lo difícil es apostar las fichas a los «y si», porque de esta manera no se ganan campeonatos. Por eso, si aparecen las oportunidades, hay que aprovecharlas.