Una crisis interna en Alpine destapa el exceso de expectativas en un proyecto inestable

Alpine vive un momento en el que todos los éxitos posibles de conseguir en la F1 2023 no serán suficientes. Es porque el equipo ha puesto en su cabeza una expectativa que simplemente siempre ha sido poco realista. Y ahora tiene que cargar con ella. ¿El resultado? Una crisis interna de respeto.

Dueña de un gran presupuesto y de fuertes inversiones en personal, en pilotos, en todo, Alpine pensó que de la noche a la mañana dejaría la zona media de la Fórmula 1 para pasar a pelear por la zona alta, en búsqueda de podios y victorias. No ocurrió, obviamente, y eso implosionó al equipo. Pero, ¿qué tiene de diferente el rendimiento de 2023 al de las últimas temporadas?

Bueno, sería muy sencillo decir que Alpine está luchando por el quinto puesto este año, lo que supone un descenso respecto al cuarto puesto de 2022. Pero definitivamente no es sólo eso. El hecho es que el equipo se mantiene en el mismo pelotón en el que estaba antes, pero ve cómo Aston Martin pasa del séptimo puesto a apilar podios. Ahí se agita el orgullo.

Por mucho que no lo asuma, el equipo francés siente el golpe de ver a un rival que hoy estaba por detrás de él estar muy, muy por delante. Fernando Alonso tiene cuatro podios e incluso Lance Stroll se ha colocado regularmente más arriba que Pierre Gasly y Esteban Ocon.

Más porque Aston Martin también es un equipo de origen modesto, más incluso que el propio Alpine, que es un equipo de fábrica que cuenta con un amplio respaldo francés. Sí, Aston Martin tiene dinero, invierte mucho, ha contratado a mucha gente, pero su éxito es también el fracaso de los que están en medio del pelotón, no tienen a dónde ir, y simplemente no se mueven, como es McLaren, como es el de Alpine.

Si bien parece que Alpine puede ir más rápido que el año pasado, consolidada dentro de una zona media de la parrilla, con una buena performance en Miami, pero los problemas internos han salido a la luz, demostrando que no todo es la armonía que nos querían hacer ver.

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Laurent Rossi, el CEO de Alpine, ha lanzado duras críticas al funcionamiento interno del equipo en una entrevista con Canal +: «No me gustó el primer GP porque hubo mucho amateurismo que llevó a un resultado que no fue correcto, que fue mediocre, malo. En Bakú se vio tan mal como en Bahréin. Y eso no es aceptable. El derecho a equivocarse es un principio básico, de los errores se aprende. Sin embargo, cuando se repiten los errores, se demuestra que no se ha aprendido y que no se asume la responsabilidad. Eso es inaceptable».

Eso por sí solo sería un duro golpe para el jefe del equipo, Otmar Szafnauer, y sus hombres, pero Gasly, un fichaje de peso esta temporada, decidió hacerse eco de las palabras de Rossi. Y entonces la cosa se puso realmente fea.

«Hay una conversación constante con Laurent [Rossi], Luca [de Meo] y todos los demás en el equipo», dijo Gasly. «Creo que todos estamos decepcionados por nuestras cuatro primeras carreras, pero no supimos aprovechar las oportunidades que tuvimos», explicó el piloto francés.

Esteban Ocon fue mucho más político y prefirió esta vez prescindir del equipo, pero es evidente el aire pesado que se respira. Para cualquiera que pensara que la vieja enemistad entre Pierre y Esteban sería la mayor preocupación de Alpine en 2023, estaba muy equivocado.

De hecho, seamos justos: Gasly y Ocon son soluciones, no problemas para el equipo francés. Los dos, sobre todo Pierre, están empezando bien el año y llevan los retrasos del coche en los brazos. En Miami, por ejemplo, ganaron a Haas por goleada. Es una victoria pequeña y obviamente no suficiente, pero es lo que tienen para hoy en el complicado Alpine, que soñó demasiado, pero nunca hizo nada para justificar tan altas expectativas.

La Fórmula 1 regresa dentro de quince días con el GP de Emilia-Romaña, sexta prueba del calendario.