¿Hasta cuándo el dinero mantendrá a Stroll y Latifi en la grilla de la Fórmula 1?
El Gran Premio de Canadá contará con dos pilotos locales el próximo domingo. ¿Pero estarán Lance Stroll y Nicholas Latifi en la edición de 2023 de la carrera? El dinero de sus padres les ha mantenido en la Fórmula 1 hasta ahora, pero es difícil decir hasta cuándo será suficiente.
Lance Stroll y Nicholas Latifi, los dos pilotos que correrán en casa el próximo fin de semana en el Gran Premio de Canadá, son número puesto en el debate sobre el peor piloto de la Fórmula 1 en la actualidad. El primero suma dos puntos en la temporada 2022, con los décimos puestos obtenidos en Emilia Romaña y Miami, mientras que el segundo tiene como mejor resultado la 14ª posición lograda también en el debutante GP estadounidense, en el que sólo 15 participantes cruzaron la línea de meta. El rendimiento y la cantidad de accidentes que provocan nos hacen pensar que sería difícil imaginar la presencia de ambos pilotos en la grilla si no fuera por la fortuna que sus padres volcaron en la categoría.
En sus 72 años de existencia, la F1 siempre ha tenido sus pilotos de pago. En realidad, casi todos los pilotos llevan su patrocinio personal. La diferencia es que algunos consiguen estas aportaciones económicas por el talento demostrado desde las categorías inferiores, mientras que otros dependen del dinero de familiares, amigos o incluso del gobierno de sus países. Es un deporte tan caro que a los equipos no les importa de dónde viene el dinero que reciben.
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Lance lleva en la Fórmula 1 desde 2017. Llegó después de ser campeón de la Fórmula 3 europea, en una parrilla con Lando Norris, George Russell, Nikita Mazepin y Guanyu Zhou, pero siempre con el dinero de su padre. Pasó dos años en Williams, un equipo que ha tenido problemas financieros en los últimos años, y se trasladó a Racing Point en 2019 cuando Lawrence Stroll acordó comprar la escuadra. Al menos externamente, nunca ha visto amenazado su escaño. Ni siquiera a finales de 2020, cuando el equipo adoptó la marca Aston Martin y fichó al tetracampeón del mundo Sebastian Vettel. Le tocó a Sergio Pérez, que corrió el riesgo de perder su puesto en la categoría, pero acabó salvado gracias a un contrato con Red Bull.
Viviendo su sexta temporada en la F1, Stroll ha terminado hasta ahora el Mundial solo una vez por delante de su compañero de equipo, en 2018, año en el que sumó seis puntos por uno del ruso Sergey Sirotkin. Ha subido al podio en tres ocasiones, en Azerbaiyán en 2017 y en Italia y Sakhir en 2020, siempre tercero. Pero, mucho más que puntos, acumula accidentes críticos, algunos de ellos inexplicables.
El sábado pasado, durante la clasificación del GP de Azerbaiyán, tocó el muro en el primer momento y, metros más adelante, tuvo una colisión más grave. Abandonó la carrera al día siguiente debido a «extrañas oscilaciones» -en palabras de Aston Martin- en el coche y vio cómo Vettel tomaba la bandera a cuadros en la sexta posición.
Lance sigue siendo objeto de críticas, la última de las cuales ha sido la del ex piloto Ralf Schumacher. Sin embargo, en las últimas temporadas se alejó un poco de los focos porque las miradas se dirigieron a pilotos aún más cuestionados: Nikita Mezepin, que pasó una temporada en Haas también gracias al dinero de su padre, y el propio Latifi. Nicholas se benefició del traslado de su compatriota a Racing Point. Williams pasó 2019 con Robert Kubica y George Russell, pero al año siguiente despidió al polaco para dar una oportunidad al canadiense.
En dos años y medio en la Fórmula 1, el subcampeón de la Fórmula 2 sólo tuvo una efímera fase de brillo en torno al descanso de mitad de año en 2021, con un séptimo puesto en el GP de Hungría y un noveno en Bélgica poco después. Sólo puntuó en esas dos ocasiones y, en una combinación de incompetencia y tremenda mala suerte, pasa a la historia por el accidente que decidió el título de la temporada pasada en favor de Max Verstappen.
Desde entonces ha recibido amenazas de muerte y ha perdido la confianza en el auto y en sí mismo. Incluso completó ocho de las nueve carreras de este año, pero nunca se acercó al Top-10, mientras que el otro piloto de Williams, Alex Albon, consiguió tres puntos, con un 10º puesto en Australia, donde dio 57 vueltas con el mismo juego de neumáticos.
Y, aparte del daño que hace al romper su monoplaza en los accidentes, Latifi en las últimas etapas decidió olvidar que es un rezagado. Carlos Sainz cree que no ganó el GP de Mónaco porque pasó demasiado tiempo detrás del canadiense, que fue castigado tras el GP de Azerbaiyán por ignorar 12 banderas azules seguidas.
La discrepancia ha hecho que el equipo de Grove empiece a moverse. Esta semana surgieron rumores de que Latifi se despediría en Montreal y daría paso a Oscar Piastri en la siguiente carrera en Silverstone. Aunque la noticia no está confirmada, la búsqueda de un mejor piloto es comprensible dado que Williams ha dejado de ser una empresa familiar desde 2020, cuando pasó a ser propiedad del grupo de inversión Dorilton Capital. Así, la estructura se volvió menos dependiente del empresario Michael Latifi, dueño de la empresa de alimentos Sofina.
En un mercado de pilotos agitado, es difícil saber si los dos canadienses serán capaces de mantenerse. Además de Piastri, actual campeón de la Fórmula 2, hay más corredores que piden paso. Nyck de Vries, campeón de la Fórmula 2 en 2019 y de la Fórmula E en 2021, probó el coche de Williams este año, Daniel Ricciardo se ve amenazado por Colton Herta y Pato O’Ward, de la IndyCar, y Felipe Drugovich ha estado dominando la F2 en 2022. Por no hablar de los jóvenes de las academias de Ferrari, Red Bull, Mercedes y Alpine.
Despedir a Latifi no parece ser un gran problema para Williams. La relación costo-beneficio podría ser buena si llega un piloto que se lleve menos dinero del patrocinio pero que consiga mejores resultados en la pista. En el caso de Stroll, está por ver hasta dónde está dispuesto a llegar su padre para gastar dinero y resistir la presión del resto de los accionistas de Aston Martin para proteger a su heredero.