Ex directivos citan «conspiración» y culpan a «años de mala gestión» por salida de Renault

Bruno Mauduit y Denis Chevrier, que trabajaron como directores en Renault, decidieron pronunciarse y señalaron «diez años de mala gestión» como culpables de la decisión de abandonar la Fórmula 1 a finales del próximo año. Este último incluso dejó claro que la falta de competitividad del motor no es la única razón de la decisión, ya que, según él, la unidad de potencia fue «víctima de una conspiración por parte del equipo de chasis».

Lo que se esperaba desde hace tiempo se confirmó el pasado lunes, cuando el fabricante francés anunció el cierre de sus operaciones en la máxima categoría del automovilismo. A pesar de las protestas de los empleados de la planta de Viry-Châtillon durante el fin de semana del Gran Premio de Italia y de una reunión con Luca de Meo, CEO del fabricante de automóviles, nada ha cambiado. Ahora se abre la puerta a una posible asociación Alpine-Mercedes, ya que la escudería dirigida por Toto Wolff se ha erigido como la más interesada en contar con los franceses como clientes a partir del nuevo reglamento en 2026.

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Responsable del desarrollo y la explotación de los motores Renault en la F1 entre 1981 y 1999, Mauduit dio rienda suelta a su frustración por la falta de resultados del equipo en los últimos años y afirmó que esta decisión se esperaba desde hacía algunos meses. Al final, el ex directivo no perdonó a nadie y dijo que «todos son culpables» de la «dramática y triste» medida que se había tomado.

«Estaba seguro al 99% de que ocurriría. Se decidió en agosto. Es una pena y algo triste, para toda la historia de Viry. Esta decisión no es sorprendente, porque es el resultado de diez años de mala gestión, de satisfacción por los malos resultados y por el hecho de tener un solo equipo [que utiliza motores Renault]», declaró al diario francés L’Equipe. «Y hoy no tenemos argumentos para continuar. ¿Dicen que el motor para 2026 es estupendo? Hay que ver, no podemos poner eso como argumento para continuar. Lo que se ha hecho en los últimos años no es suficiente. Y la culpa es de todos», prosiguió.

«Lo único que habla son los resultados, y cuando no los tienes, es difícil. Cada vez es peor. No estaba muy contento hace uno o dos años, pero ahora es una agonía. Tenemos que detener la hemorragia. Este cierre [de las operaciones] es dramático y triste. Pero deberíamos haber tenido otros equipos para comparar. Deberíamos haber provocado más en lugar de esperar y conformarnos con los malos resultados. La gente debería haberse rebelado internamente», añadió.

«Espero que mantengan este lugar [la fábrica de Viry], porque las cosas pueden cambiar muy rápidamente en el mundo del automovilismo. Pero los cimientos siguen bastante dañados. Tengo muchos recuerdos de mi estancia allí. Felices y tristes. Todo es una sola cosa. Una sucesión de buenos momentos, cada día, tanto si estábamos en la pista como en Viry. Todos nos esforzábamos al máximo en la misma dirección, era muy fácil trabajar juntos. Teníamos la satisfacción diaria de saber que cada noche seríamos más fuertes que la anterior. Esa era nuestra fuerza, era una alegría. Todo se desintegró con el tiempo. Cuando fui hace dos años, les dije al salir: ‘han arruinado el negocio’», concluyó Mauduit.

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Chevrier, ex director del departamento de motores de Renault en F1 entre 2002 y 2007 -y que vio de cerca los dos títulos mundiales de Fernando Alonso-, coincidió con su colega y señaló que el principal error del fabricante de coches fue querer economizar demasiado cuando comenzó la era híbrida en la categoría en 2014. El ex ingeniero también habló de una supuesta «conspiración» que se estaba produciendo internamente.

«Alpine quiere abaratar la F1, eso es lo que siempre han querido hacer. Por eso no tuvieron éxito en la transición a los motores híbridos, a diferencia de otros competidores. Se encontraron rezagados, y fue el comienzo de un periodo en el que los motores de [la fábrica de] Viry lucharon por brillar», recordó.

«Es la desafortunada demostración de que si no quieres invertir recursos, al cabo de un tiempo no puedes vivir del pasado, del impulso que se ha establecido, y poco a poco la nave pierde velocidad. Hubo un periodo de éxito, y los directivos empezaron a querer hacer lo mismo, pero por menos dinero. En un entorno de tanta excelencia tecnológica, esto no es posible», señaló.

«Tengo una sensación de injusticia. Creo que el motor es víctima de una conspiración por parte del equipo de chasis, que ocultó sus deficiencias y su incapacidad para diseñar coches tan buenos como los demás, así que encontraron a alguien a quien culpar. Y regularmente sembraron y regaron la difamación de este motor», juzgó Chevrier.

«Todo era más fácil porque este motor no equipaba otros chasis, lo que es muy peligroso para un fabricante de motores. Sin duda, esta unidad de potencia no es la mejor de la parrilla, pero la decisión tomada es la contraria a la que debería tomar un jefe que busca la excelencia en su empresa. En el automovilismo, si hay un elemento en el que un fabricante debería apoyarse más para comunicar y promocionar sus modelos de calle, ése es el motor», concluyó el ex director de Renault.

La Fórmula 1 se toma ahora un descanso de tres semanas, para volver a las pistas entre el 18 y el 20 de octubre con el GP de Estados Unidos en el Circuito de las Américas, en Austin, Texas.