#ViejoTaller: Alonso obtiene su primera victoria en el GP de Hungría

El 24 de agosto de 2003 fue un día que cambió la Fórmula 1. En medio del dominio de Ferrari y Michael Schumacher, un piloto español aparecía para imponer su presencia y convertirse en un nombre que se convirtió en símbolo máximo de la F1 moderna. Ese día, Fernando Alonso obtuvo su primera victoria en la máxima categoría del automovilismo mundial, la primera para Renault como constructor desde 1983, y ponía tanto a él como a la escudería francesa en el radar de candidatos para victorias o campeonatos. Asomaban dos nuevos candidatos para cortar la hegemonía de la Scuderia Ferrari en esos años.

La ya clásica visita a Hungría de 2003 llegó con novedades, ya que el Hungaroring presentaba cambios en su trazado: se aumentó la extensión del circuito a 4.381 metros y se modificó el diseño de varias curvas para facilitar adelantamientos y ofrecer un mejor espectáculo en pista. A la cita en Budapest, Michael Schumacher llegaba como líder del campeonato con 71 puntos, escoltado por el colombiano Juan Pablo Montoya, piloto de Williams, con 65 y el finlandés Kimi Räikkönen, que defendía los colores de McLaren, con 62 en el tercer lugar. A falta de tres carreras para cerrar la temporada, la definición estaba abierta y cualquier suceso en Hungría podía sentenciar las chances de los candidatos.

Sin embargo, quien apareció como figura predominante en Budapest fue el español Fernando Alonso, que lideró los entrenamientos del viernes y la clasificación sabatina, relegando a los protagonistas de la lucha por el título. El asturiano, que estaba en su segunda temporada dentro de la F1 y la primera como piloto de Renault, exprimió todo el rendimiento que tenía el R23 para lograr la pole position, escoltado por Ralf Schumacher, piloto de Williams. Mark Webber, que corría con Jaguar, se ubicó tercero. Montoya, Räikkönen y Schumacher quedaron en cuarta, séptima y octava colocación respectivamente.

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Obtenida la pole, Alonso se perfilaba como candidato prioritario para llevarse la victoria, pero tampoco se descartaba a los tres que luchaban por el campeonato mundial porque, a pesar de comenzar fuera de los primeros puestos, su performance los colocaba como potenciales ganadores. Ya en carrera, el español tomó rápidamente la punta y se alejó de sus perseguidores, estableciendo una notoria diferencia que se desvaneció tras la primera detención en boxes. Al regresar a pista, el piloto de Renault se encontró con Räikkönen como líder de la competencia, aprovechando la caída de rendimiento de Williams y la parada del poleman.

En solo un par de vueltas, Alonso recuperó la punta y continuó dominando, aún después de la segunda detención en boxes, mostrando un ritmo superior al de sus rivales. Por detrás, Coulthard cambiaba la estrategia y ambos Williams de Montoya y Ralf Schumacher escalaban posiciones tras un mal comienzo de carrera. A pesar de los siete abandonos que hubo en el GP de Hungría, nada ni nadie se interpuso en el camino de Fernando Alonso, y el asturiano vio primero la bandera a cuadros en esa calurosa tarde húngara. Segundo, a más de 16 segundos del ovetense, se ubicó el finlandés Räikkönen y tercero Montoya. Renault, McLaren y Williams conformaban el podio húngaro, mientras que Michael Schumacher quedaba octavo, a más de una vuelta del líder y sumando un único punto.

La victoria en el GP de Hungría de 2003 no solo significaba la primera victoria de Fernando Alonso como piloto de Fórmula 1, sino también se convertía, con apenas 22 años, en el piloto más joven en ganar un GP en la historia. Renault, por su parte, lograba su primer triunfo tras su regreso como equipo a la categoría. A lo largo de la temporada, tanto Alonso como Renault demostraron un buen rendimiento, pero el triunfo logrado los equiparaba con Ferrari, McLaren y Williams en la zona alta del campeonato.

Aquella victoria resultó también, ser el momento de eclosión para la leyenda de Fernando Alonso. 2003 era el año donde debía mostrar sus aptitudes al mando de un coche que era más competitivo que el Minardi con el que había debutado en 2001, y cumplió el desafío con creces al obtener, previo a su primer triunfo, dos podios en los GPs de Malasia, Brasil y España. A partir de entonces, el asturiano continuó logrando victorias y afianzándose en la F1, hasta llegar a los campeonatos mundiales obtenidos en 2005 y 2006, de la mano de Renault, el mismo equipo con el que un 24 de agosto de 2003, hace ya 20 años, puso el mundo a sus pies y demostró lo que era capaz de hacer.