Ferrari y Leclerc marcan merecido territorio; Red Bull cae en desgracia

Los días previos al domingo en Australia tenían a todo el mundo engañado. Porque la expectativa por un nuevo episodio del enfrentamiento entre Charles Leclerc y Max Verstappen se vino abajo en cuanto se apagó el semáforo rojo en la recta principal de un abarrotado Albert Park. Es cierto que se dieron algunas señales aquí y allá, pero Ferrari y el joven monegasco se reservaron lo mejor para el día en el que valen los puntos. Nada más inteligente. Pero lo que realmente llamó la atención fue la intensidad de la fuerza de Ferrari frente a los austríacos en problemas. No hubo enfrentamiento, y eso deja muchos interrogantes sobre la mesa para la temporada 2022.

Es importante reconocer aquí la posición de los italianos. Son dos victorias en tres carreras, además de un margen aplastante en la tabla de clasificación de la F1. El caso es que Ferrari ha renacido como el equipo que mejor ha interpretado la nueva normativa y, sobre todo, los impactos del efecto suelo. A ello se añade un funcionamiento impecable en boxes y unas decisiones casi siempre acertadas en cuanto a los ajustes del auto. Aun así, Maranello es plenamente consciente de lo que hay que continuar explorando en este F1-75 bien nacido.

En Melbourne, una vez más, quedó claro que los ingenieros entienden los compromisos necesarios para garantizar el rendimiento. Es el tercer circuito diferente en el que los pilotos de Ferrari pueden cambiar la puesta a punto y mostrar potencial. En Arabia Saudita la elección de una configuración con más carga aerodinámica les quitó la posibilidad de defender la victoria, pero hay que sopesar el efecto circunstancial.

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Y hay un factor que destaca sobre sus rivales: el monoplaza rojo consume mucho menos neumático. La gestión de la goma es excelente, para todo tipo de compuestos y en todas las condiciones. Las diferentes temperaturas entre las tres primeras rondas del campeonato sólo demuestran lo bien que el coche se maneja en situaciones extremas. Esa es una ventaja muy, muy valiosa, así como la fiabilidad.

Pero también hay un elemento muy importante en todo esto: Charles Leclerc. El monegasco entiende el coche de Ferrari, sabe exactamente dónde están esos puntos de potencia y cómo utilizarlos. Y eso es lo que demostró de nuevo el GP de Australia.

Después de esa vuelta excepcional para asegurar la pole, el piloto del #16 saltó al liderazgo y nadie se interpuso de nuevo. Leclerc condujo con maestría, sabiendo el potencial del coche que tiene y no permitió que nadie se le acercara ni cometiera errores. Charles supo defenderse de los pocos ataques que sufrió y, al final, incluso marcó la mejor vuelta de la carrera, como diciendo: ‘Miren todos, podemos aguantar un poco más’.

«En la F1, esta fue la primera vez que logré controlar mi ventaja en la pista. El auto era muy bueno. Por supuesto que hice un buen trabajo el fin de semana, pero eso es imposible sin un buen auto», comentó el monegasco tras su triunfo en Albert Park. «Fuimos muy fuertes en ritmo de carrera y, también con los neumáticos, pude gestionarlos bien», añadió.

Ese rendimiento se traduce en el campeonato: tiene 71 puntos de ventaja, 34 más que un inesperado George Russell que ocupa el segundo lugar. En el Campeonato del Mundo de Constructores, la diferencia es de 39 unidades para un Mercedes que se niega a rendirse. «Por supuesto que sólo es la tercera carrera, es difícil pensar en todo el campeonato, pero tenemos un auto competitivo y fiable y lo estamos haciendo bien. Si seguimos así, creo que tenemos posibilidades de ser aspirantes al título, y eso es lo que me devuelve la sonrisa después de tantos años difíciles», añadió Leclerc.

Fue esa competitividad de la F1-75 la que mantuvo a Charles siempre por delante a un ritmo de carrera absurdo, que aventajaba en casi un segundo al segundo clasificado en varias fases de la carrera, ya fuera con compuestos medios o duros, con más o menos combustible.

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Fue un duro golpe para Red Bull, el equipo que más se acercó a Ferrari en estas tres primeras etapas de 2022. Sólo que, en la etapa australiana, la diferencia entre Ferrari y el equipo austríaco era enorme. Los entrenamientos y la clasificación enmascararon esta diferencia. La verdad es que no tenían ninguna posibilidad contra los italianos. Y también tuvieron que lidiar con un doloroso retiro de Verstappen.

El primer defecto en el rendimiento de Red Bull en Australia fue la administración de los neumáticos. Ambos autos tuvieron problemas de degradación y eso comprometió el ritmo general. Así que no fue una sorpresa notar la diferencia de tiempos por vuelta entre Leclerc, Verstappen y Sergio Pérez a lo largo de la carrera. El pico fue de 1s – con el añadido de que, durante gran parte de la carrera, el mexicano tuvo un rendimiento muy similar al Mercedes de Lewis Hamilton, que lo siguió durante toda la primera parte de la contienda.

En la vuelta 39, el campeón del mundo se dio cuenta de que algo no iba bien y finalmente tuvo que detener su RB18 en la pista. Se sospecha que, de nuevo, el fallo está relacionado con el sistema de combustible. En cualquier caso, los austríacos tendrán trabajo en los próximos días para entender estos problemas, ya que también preparan un paquete de actualizaciones para la próxima ronda, en Imola.

Pero nada de eso suaviza la derrota.

Con el abandono, Verstappen suma 25 puntos, fruto de su victoria en el GP de Arabia Saudita de hace quince días. El holandés cayó hasta la sexta posición en el Mundial de Pilotos y aparece a 46 puntos de Leclerc, es mucho más que en 2020, por ejemplo, cuando intentaba imponerse ante Hamilton y a Mercedes. El consuelo para Red Bull llegó a través de Pérez, que terminó segundo y subió al cuarto puesto del campeonato con 30.

A la vista de lo que tiene el equipo de bebinas energéticas en sus manos y de la inversión en la temporada, sobre todo después de la fuerza mostrada en 2021, es poco y preocupante. Y quien resumió perfectamente el escenario fue Max. «Ya estamos muy por detrás [de Ferrari] y no quiero pensar en la lucha por el título en ese momento. Creo que lo más importante ahora es terminar las carreras. Hoy volvió a ser un mal día en su conjunto, sin ritmo y teniendo que cuidar los neumáticos para intentar llegar al final», subrayó.

El jefe de Red Bull, Christian Horner, trató de ver los resultados como el vaso más lleno: «Prefiero tener un coche rápido pero poco fiable que un coche lento y duradero. Pero sigue considerando la situación «inaceptable».

Y lo es. Los austríacos van a contrarreloj. Al fin y al cabo, nunca es bueno que el campeón del mundo se desentienda de la lucha por el título con sólo tres carreras disputadas.

La Fórmula 1 se reanuda dentro de quince días, con el GP de Emilia-Romaña en Imola.