Un ganador que fue 2° y un héroe olvidado: el GP de Mónaco de 1984, donde irrumpió Senna

El Gran Premio de Mónaco de 1984 no fue uno más en la historia de la Fórmula 1. Aquel día lluvioso en las calles del Principado comenzó a forjarse la figura de Ayrton Senna en la categoría reina, así como también lo que posteriormente sería reconocido como uno de los duelos más encarnizados de la categoría, que enfrentó al brasileño con Alain Prost. En una grilla repleta de campeones y figuras de la época, dos jóvenes debutantes pusieron en aprietos a los más grandes.

Con las amenazas de un pronóstico de tiempo lluvioso durante el fin de semana, la clasificación en Montecarlo dejó a Prost al frente con el dominante McLaren con motor denominado TAG Heuer Porsche, ratificando el poderío del equipo británico con motor turbo. El «Profesor» marcó 1min22s661 para superar a Nigel Mansell, de Lotus. Ferrari ocupó la segunda fila con René Arnoux y Michele Alboreto y Renault la tercera, con Derek Warwick y Patrick Tambay. Más atrás, Niki Lauda, que disputaba la tercera temporada tras su regreso del retiro, clasificó 8° con el otro McLaren, por delante de Nelson Piquet y Keke Rosberg, los tres ya campeones del mundo.

Para el domingo, las miradas se posaban sobre las estrellas de la F1. Sin embargo, en el fondo de la grilla de 20 pilotos, el mundo aún ignoraba la presencia de dos jóvenes que darían de qué hablar. Ayrton Senna se ubicó 13° con un humilde Toleman, mientras que en el último lugar partía Stefan Bellof con Tyrrell.

La escudería británica para la que competía Ayrton había iniciado su recorrido en la Fórmula 1 en 1981, pero no sólo sufría para terminar las carreras con su limitado presupuesto, sino que también luchaba para correr, en épocas donde existía la preclasificación que eliminaba a los equipos menos competitivos de los Grandes Premios. En 1981 intentó clasificar a 12 GPs, pero sólo lo consiguió en dos y con un sólo coche en cada uno. Con el joven paulista al volante, comenzó la temporada 1984 con dos 6° puestos en Sudáfrica y Bélgica, pero tras otra carrera sin clasificar en Imola y un retiro en Francia, alcanzaría su mejor resultado en Mónaco.

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El domingo amaneció con un aguacero sobre Montecarlo, con las nubes ocultando las montañas que rodean al Principado y la pista completamente sumergida. Tras un retraso de 20 minutos, la dirección de carrera liderada por Jacky Ickx dio bandera verde a la competencia. Toleman, que preveía una prueba recortada, cargó apenas dos tercios de combustible en el monoplaza de Senna.

En la largada no hubo sorpresas para Prost, que se mantuvo por delante de Mansell, mientras que Alboreto perdió dos lugares con los Renault. Warwick aprovechó a meterse entre las Ferrari antes de Saint Devote, pero al encontrarse con Arnoux en la curva intentó abrirse, golpeó el muro externo y fue impactado por Tambay, dejando ambos coches franceses fuera de carrera y a los pilotos con lesiones en sus piernas. Una vuelta después se produjo otro abandono, el del venezolano Johnny Cecotto tras un trompo con el otro Toleman.

Mientras Prost se alejaba en el liderazgo, Niki Lauda comenzaba la remontada desde el octavo lugar. Avanzó al puesto 5 en la primera vuelta, superó a Alboreto en el tercer giro y a Arnoux en el quinto. Para la vuelta 16 estaba segundo, por detrás de Alain tras un accidente de Mansell en Beau Rivage al intentar perseguir al McLaren que lideraba.

Sin embargo, cuando el austríaco tenía que pensar en perseguir al líder, se tuvo que centrar en lo que pasaba por detrás. A pesar de su remontada, la sorpresa la estaba concretando Ayrton Senna, que ya había ganado 10 lugares y estaba a la caza del McLaren de Niki. Tres vueltas más tarde de haberse colocado 2°, Lauda ya había sido superado por el joven brasileño, quien ahora iba por Prost.

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En la vuelta 20, comenzó la cacería de Ayrton al mantener un ritmo de 1 segundo más rápido por vuelta que el líder, mientras que la lluvia no mermaba. Lauda, imposibilitado de perseguir a Senna, perdía el control en la zona del Casino y abandonaba en el giro 24, mientras que a la par del Toleman, el joven alemán Bellof había dejado por el camino a más de media parrilla y se colocaba tercero en la vuelta 27 tras haber largado último.

Para el giro 30, Prost lideraba por 11 segundos y comenzaba a exigir la detención de la carrera por las condiciones climáticas mientras Senna y Bellof seguían recortando segundos vuelta tras vuelta. Dos giros más tarde, el francés llegó a la recta principal con el brasileño 7 segundos por detrás, pero el McLaren que lideraba se detiene antes de cruzar la meta viendo a Jacky Ickx ondeando una bandera roja y a otro oficial con la cuadriculada. Senna, concentrado en la victoria, cruzaba la meta y seguía a fondo creyendo que había ganado con Bellof tercero. En una carrera caótica, René Arnoux fue cuarto, Keke Rosberg quinto y Elio de Angelis sexto, siendo los únicos seis coches que terminaron la competencia.

A pesar de la victoria de Prost, todas las miradas se colocaron principalmente en Ayrton, a quienes todos consideraron el gran héroe del día. Sin embargo, el brasileño no lo reflejaba en su rostro, quería ganar. El reglamento dicta que cuando sale una bandera roja, la competencia se termina con los resultados de la vuelta anterior. Por ende, el GP de Mónaco finalizó con las posiciones de la vuelta 31 de las 78 que debería tener.

Ayrton no se llevó la victoria, pero cuando se menciona al GP de Mónaco de 1984 no hay persona que no recuerde lo que hizo el brasileño con el Toleman. Con más de media carrera restante y con un ritmo frenético, Senna se fue con el que pudo ser su primer triunfo pero sólo con un puñado de vueltas más de las restantes.

Para Bellof, la alegría por el podio no duró demasiado, ya que Tyrrell sufrió una exclusión y su ascenso desde el puesto veinte al tercero quedó anulado, dejando la tercera colocación a Arnoux. La revelación de estas dos jóvenes promesas y principalmente la de Senna, fue el puntapié inicial del duelo que más tarde enfrentaría al de Brasil con el francés.