Gilles Villeneuve muere en un accidente en la clasificación del GP de Bélgica

Hace cuarenta años, Gilles Villeneuve, uno de los grandes nombres de la historia de la Fórmula 1, sufrió un fuerte accidente y perdió la vida en el circuito de Zolder, ubicado en Bélgica. Aquel 8 de mayo terminó la carrera de uno de los pilotos más intrépidos, atrevidos y rápidos que corrió en la categoría. La habilidad y los logros del canadiense son recordados hasta hoy por los aficionados, especialmente los de Ferrari.

A lo largo de su trayectoria, Villeneuve pilotó para dos escuderías, McLaren y Ferrari, pero fue en esta última donde dejó su huella en el Campeonato del Mundo y se ganó el apodo de «El Hombre Volador». Debutó en 1977 y, en total, disputó 68 GPs, con seis victorias, dos poles y 13 podios. Cuando llegó la temporada 1982, era el favorito. Sin embargo, sus planes se troncharon de forma brusca en aquella sesión clasificatoria.

Previamente a aquel trágico fin de semana, es necesario poner en contexto varios momentos de tensión que acumulaban tanto el piloto como la propia categoría. En Ímola, Villeneuve se había peleado con Didier Pironi, su compañero de equipo en Maranello. El piloto de 32 años acusó al francés de no obedecer a la jerarquía del equipo y de ganar la carrera de San Marino sin «permiso». En aquel momento, le declaró al periodista Nigel Roebuck que «no volvería a hablar con Didier».

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La Fórmula 1, por su parte, se encontraba agritada. Fue también en Imola donde se encendió la guerra entre la FISA (entidad que luego pasaría a ser la FIA), dirigida por Jean Marie Balestre, y la FOCA, que tenía a Bernie Ecclestone como comandante y estaba formada básicamente por equipos ingleses. Ya en 1981, la disputa fue por el reglamento y, en Italia, Ecclestone incluso intentó cancelar las transmisiones. Pero no ocurrió.

Enzo Ferrari consiguió crear un acuerdo entre las partes -que más tarde se llamaría Pacto de la Concordia- y repartir los beneficios de las emisiones entre los competidores. Los equipos de la FOCA no participaron de la activdad en la pista italiana, pero los «legalistas» (Ferrari, Renault y Alfa Romeo), acompañados por Osella, ATS, Toleman y Tyrrell -estos dos últimos británicos, sólo que tenían patrocinio italiano y accedieron a disputar la carrera- alinearon sus autos en la grilla. Por este motivo, 14 coches salieron a la pista ese domingo, con la victoria de Pironi.

No obstante, aún con la victoria y el 1-2 frente a su público, el ambiente no era bueno en los garajes de Ferrari. Villeneuve llegó enfadado al circuito de Zolder y no ocultó la posibilidad de cambiar de equipo: en su momento se rumoreó una posible migración a Williams. De todos modos, Gilles estuvo en la pista ese sábado, al igual que los equipos que habían boicoteado la carrera en Italia. Así, la F1 volvió a nutrirse con los 32 monoplazas para aquella competencia.

El fin de semana comenzó con calma. Los primeros entrenamientos se desarrollaron sin accidentes, lo que parecía ser otra etapa sin demasiadas sorpresas. El sábado, sin embargo, el día ya había amanecido nublado, y los pilotos se dirigieron a la clasificación.

Los Renault lideraban la tabla de tiempos. La Ferrari mejor situada era la de Gilles, que ocupaba el sexto lugar. A falta de ocho minutos, Pironi lo aventajaba en 0,1s1 y fue suficiente para que Villenueve intentara mejorar su tiempo. Sin embargo, no pudo. La Ferrari #27 chocó con la parte trasera del March de Jochen Mass, tomó vuelo a unos 220 km/h y Gilles salió despedido debido a la rotura de su cinturón de seguridad. El canadiense fue trasladado al hospital, pero murió el sábado por la noche.

Aún con la noticia de un fallecimiento, la etapa belga continuó con normalidad. Alain Prost logró la pole, mientras que John Watson ganó la carrera para McLaren. Ferrari, por supuesto, decidió retirarse de la competencia tras la triste noticia de la prematura muerte de Villeneuve.