GP de Arabia Saudita cede en imponer código de vestimenta a extranjeros

Luego de la polémica que generó la divulgación de un código de vestimenta retrógrado para hombres y mujeres que acudan al GP de Arabia Saudita, la organización decidió ceder con esta exigencia.

Las repercusiones negativas que generó la imposición de un código de vestimenta retrógrado, ocasionó que los organizadores del GP de Arabia Saudita dieran marcha atrás con la idea. Semanas atrás, se habían filtrado indicaciones sobre lo que podrían vestir mujeres y hombres en Jeddah, en la previa de la carrera de Fórmula 1.

El Ministerio de Deportes de Arabia Saudita desechó la medida mediante un comunicado. En la misiva, manifestó que el código de vestimenta no será obligatorio, sino una forma de indicar cómo serán «bien recibidos» los extranjeros. Entre las limitaciones, estaba prohibido que las mujeres utilicen maquillaje, ropa con escote o vestidos.

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«El Ministerio de Deportes expresa que no tendrá un código de vestimenta en el circuito ni en ningún lugar público de Jeddah», aclaró el ente gubernamental.

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El código de vestimenta era destinado para hombres y mujeres. (Foto: Reproducción)

«Esto se aplica a todos, independientemente del sexo», añade. Sin embargo, el texto advierte a los turistas que deben prestar atención y respetar las «sensibilidades culturales» de Arabia Saudita. Esta medida sólo es válida para los visitantes, mientras que las mujeres locales deberán seguir las restrictivas normas habituales.

En la previa del primer GP de Fórmula 1 en Arabia Saudita, este asunto había generado polémica. Se acusa constantemente al gobierno árabe de «lavado deportivo», es decir, cuando el país trata de deshacerse de su mala reputación con la celebración de eventos deportivos públicos, tratando de transmitir a los aficionados una modernidad que sólo se limita a la teoría.

En la práctica, el país se asocia regularmente a violaciones de los derechos humanos, a la represión de los periodistas, que no pueden realizar su trabajo de forma independiente, y especialmente a las minorías, como las mujeres y los homosexuales, que se ven obligados a seguir la ley islámica, extremadamente conservadora.