Verstappen domina en la casa de Red Bull y en un fin de semana plagado de sanciones inútiles

Max Verstappen tuvo un fin de semana prácticamente perfecto en el GP de Austria, disputado en el circuito propiedad de Red Bull ubicado en la ciudad de Spielberg. Con sendas victorias en la carrera sprint y en la competencia principal, el holandés sumó 34 puntos y extendió a 81 su ventaja en el campeonato frente a su compañero Sergio Pérez y ya le saca 100 unidades al tercer ubicado, Fernando Alonso.

Quizás, como una breve salvedad a lo visto en las últimas carreras -en las que Verstappen dominó de principio a fin-, esta vez la prueba tuvo un transitorio liderazgo de Charles Leclerc, de Ferrari. De esta manera, el hándicap de Verstappen quedó en 249 vueltas en la punta en forma consecutiva, aún sin poder superar los registros de 264 por parte de Ayrton Senna, y de Alberto Ascari, que aún mantiene el récord desde 1952, con 305.

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Y en lo respectivo al trámite de la carrera, Verstappen supo aprovechar la pole position que obtuvo el viernes y abrió una pequeña brecha sobre las Ferrari de Leclerc y Carlos Sainz, que mostraron un ritmo sustancialmente mejor al de Mercedes y Aston Martin en relación a las últimas fechas. Durante el comienzo, el español intentó superar a su compañero de equipo al mostrar un rendimiento superior, no obstante, desde el pitwall, Ferrari ordenó mantener a Leclerc adelante.

En la vuelta 18, llegó el primer golpe de escena de la carrera, con el abandono de Nico Hülkenberg que provocó el ingreso del auto de seguridad virtual. Así, Ferrari entró a boxes en medio de la neutralización con sus dos pilotos, aunque con una excesiva demora de más de 4s con cada uno. De todas maneras, Leclerc no perdió demasiado en relación al holandés, que unas vueltas después debió ir a boxes ante el desgaste de sus gomas medias. Así, un nuevo piloto pasó a liderar una carrera de la Fórmula 1 tras 249 vueltas de dominio del Red Bull #1.

Y con Leclerc adelante del resto, en un transitorio 1-2 de Ferrari, Verstappen comenzó a remontar. No tardó demasiado en imponerse frente a Sainz, y luego dejó a Leclerc sin la punta. En esta instancia, Verstappen mostró un ritmo muy superior a Ferrari. Controló la ventaja incluso en un nuevo stint, donde incrementó su diferencia hasta sacarle 23s al auto de Maranello. Y para no dejarle nada al resto, quiso arriesgar y entró sobre el final a boxes para calzar goma blanda, y arrebatarle a su propio compañero la vuelta rápida. Así, conquistó la carrera por una diferencia menor, de apenas 5s1 sobre Leclerc.

Los límites de pista empañaron el GP de Austria

Cada año en que la Fórmula 1 llega al Red Bull Ring, la historia es siempre la misma, con los exigentes límites de pista que imponen los comisarios de la FIA. Y si bien los años anteriores no hubo demasiados inconvenientes, este año fue un festival de tiempos borrados y de sanciones. Un protagonismo innecesario por parte de esa regla, ya que sobre todo en carrera, no implica un ahorro de tiempo sustancial en el tiempo de vuelta para los pilotos.

En números, cerca de 60 tiempos fueron borrados en las clasificaciones del viernes, para la carrera principal, y del sábado para la competencia sprint. Y ya con el resultado puesto en la noche de Austria, la FIA decidió sancionar a ocho pilotos, entre los que terminaron como perjudicados Sainz, Hamilton y Pierre Gasly.

Es claro que Austria es un circuito muy tradicional en la Fórmula 1, y que incluso tiene su permanencia asegurada hasta 2030 en el calendario de la categoría. Sin embargo, este año la polémica en relación a los pista llegó a un punto de no retorno y merecen una actuación impostergable de la FIA. Para que en 2024, en el GP de Austria, el reglamento no tome más protagonismo que los propios pilotos en una carrera de la Fórmula 1.