Verstappen y una celebración consagratoria empañada por la poca claridad de la FIA
Con un 2022 brillante, Max Verstappen se consagró bicampeón de la F1 en el GP de Japón. Sin embargo, la poca claridad de la FIA generó confusión y fue culpable de una deslucida celebración.
Menos de un año después del GP de Abu Dhabi, Max Verstappen volvió a sentir el dulce sabor de ser campeón de la Fórmula 1 este domingo en Japón. Aunque esta vez, sin reparo alguno por sus merecimientos. Si algún contestatario aún recelaba de los méritos del holandés, puestos en tela de juicio en su momento por el accionar del director de carrera Michael Masi, esas dudas quedaron sepultadas frente a sus números de esta temporada: 12 victorias en 18 carreras y el título con cuatro carreras de antelación.
Frente a semejante exhibición, es notorio el exitoso proceso de maduración en el holandés. Tras varios años a la sombra de Lewis Hamilton, Verstappen por fin tuvo un auto para pelear un campeonato en 2021. Durante la pasada temporada, su gran punto de inflexión estuvo en la carrera inicial en Bahrein, cuando adelantó a Hamilton fuera de los límites de la pista y una sanción le impidió llegar a victoria. Un golpe que el piloto de Red Bull asimiló rápidamente. A partir de ahí, el holandés peleó el campeonato con una tasa mínima de errores, y logró la consagración recién en la última vuelta del GP de Abu Dhabi.
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Luego de concluido 2021, y frente a un revolucionario cambio reglamentario en la Fórmula 1 para 2022, la incógnita no pasaba por Verstappen, sino por la capacidad de Red Bull en darle un auto competitivo tras haber aunado múltiples esfuerzos para lograr el campeonato anterior. Y tras un inicio desastroso en Bahrein, que tuvo un doblete de Ferrari y un doble abandono de la escudería austríaca, el panorama empezó peor de lo imaginado. Consecuentemente, una nueva deserción en la tercera fecha de Australia llegó a generar incluso un enojo público por parte del piloto, quien consideró inaceptable tener errores de fiabilidad si el objetivo es pelear un campeonato.
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Esa necesidad de exigencia y perfección caló hondo en Red Bull, que poco a poco hizo más competitivo al RB18. Ferrari, por su parte, incluso con victorias aseguradas en España y Azerbaiyán, empezó a perder terreno al haber abandonado en esas carreras cuando lideraba con holgura. Como contrapartida, Red Bull no tenía el auto más rápido, pero sí era el equipo más eficiente. La escudería italiana era el equipo de los sábados -en el que casi siempre se llevaba la pole con Leclerc- mientras que los austríacos sumaba los puntos gordos al festejar los domingos. Finalmente, esa diferencia de puntos se hizo más ostensible sobre el cierre de la primera etapa del campeonato, en la que Leclerc también perdió una nueva chance de victoria al despistarse en el GP de Francia.
«Hoy creo que estoy en el mejor momento de mi carrera y conduciendo para un equipo que siempre busca la perfección», aseguró en su momento Sergio Pérez, quien tras haber vencido primeramente en Mónaco y la semana pasada en Singapur, aparece como firme candidato al subcampeonato de la F1 2022. Y dentro de esta filosofía, y más allá de haber terminado la primera parte del campeonato con un auto superior a Ferrari, Red Bull puso en pista un chasis más ligero para afrontar la segunda parte del año. Así, las carreras de Bélgica, Holanda e Italia quedaron en manos de Verstappen. Y de esta manera, la única incógnita restante en el campeonato, era estimar en qué carrera llegaría la consagración para el Red Bull #1.
Tiempo de match point
Así como los tenistas tienen su juego para ganar el partido, Verstappen tuvo su primera chance de título en el GP de Singapur. Sin embargo, justo en esta carrera, el holandés tuvo el primer error no forzado que le costó algunos puntos en la carrera, al tener un leve despiste que lo retrasó y lo dejó con la séptima posición final. Un fin de semana en el que también sufrió el sábado, por un error por parte del equipo en la estrategia del combustible, y en el que tanto Ferrari ni Mercedes pudieron aprovechar los contratiempos de Verstappen para poder alcanzar una victoria en Marina Bay. Quien sí lo hizo, fue Sergio Pérez, quien logró uno de sus triunfos más meritorios desde que llegó a la Fórmula 1 hace más de una década.
De esta forma, en la siguiente carrera de Japón, Verstappen llegó a la segunda posibilidad de campeonar, aunque esta vez dependiendo de sí mismo, en caso de obtener la victoria y la vuelta rápida de la carrera. No obstante, lo que no estaba planeado era que hubiera un trámite tan anormal. Primero, en la clasificación, Verstappen fue objeto de polémica por haber obstaculizado a Lando Norris, sin embargo, la FIA solo le dio una reprimenda y lo mantuvo como poleman de la carrera. Para el domingo, una extensa neutralización producto de la lluvia -y luego de un grosero error de llevar un tractor a la pista cuando algunos autos giraban en velocidad- motivó que la competencia tuviera apenas 45 minutos, en los que el holandés hizo su trabajo y venció por 26 segundos de diferencia. Por el lado de Max, el trabajo estaba hecho.
La expectativa de casi todo el paddock era que el campeonato se definiera en Estados Unidos. Sin embargo, el tercer lugar de Leclerc, producto de una penalización tras cortar una chicana a metros de la bandera a cuadros, le dio el título al holandés. La imagen era de confusión en los pilotos y equipos, incertidumbre en los medios y los fans y una celebración medida, que no estuvo a la altura de lo hecho por Verstappen.
Con apenas el 52% de las vueltas cumplidas -28 de 53- la FIA entregó la totalidad de los puntos porque la carrera finalizó con bandera a cuadros, en una decisión contraria al método tradicional de puntuar en base al porcentaje disputado de la competencia. Y hasta que se bajó la bandera a cuadros -vale la insistencia, en una carrera definitoria por el campeonato-, la dirección de carrera nunca comunicó claramente cómo estaría dado el puntaje de la carrera.
Con todo, Max Verstappen es el nuevo bicampeón de la Fórmula 1. Esta vez, con un nivel superlativo que no dejó dudas de su capacidad y de su futuro como uno de los grandes nombres en la historia de la categoría. Sin embargo, como dice el dicho, no hay que dejar que el árbol tape el bosque. Es el segundo año consecutivo en que la FIA tiene una cierta incidencia en el definición, lo cual no debería suceder. El replanteo es cada vez más necesario. Y François Sicard, director deportivo de la FIA en la Fórmula 1, es quien debería dar explicaciones.