Mercedes flaquea con Red Bull, se redime con Hamilton y revierte el juego en la F1

Errores, trompos y una enorme dificultad para mantener el auto en pista levantaron algunas cejas durante la pretemporada de Mercedes en Bahrein. Ante los cambios en el reglamento, que incluían una interesante reducción de la carga aerodinámica, la escudería multicampeona adoptó un concepto más extremo para su W12. La parte trasera del modelo se volvió demasiado dura, incluso para los estándares de Lewis Hamilton, y obligó a un replanteamiento del diseño que culminó con una fuerte actualización llegando a la víspera de sus vacaciones.

Durante esta primera parte de la temporada, más que nunca, el equipo alemán necesitó del ingenio de su siete veces campeón para terminar al frente. Porque a lo largo de las 11 primeras carreras, desapareció esa lógica dominante de años anteriores. La realidad es que, en muchos momentos, la escudería de Toto Wolff se encontró acorralada e incluso perdida. Necesitaba volver a la fábrica y escuchar a su estrella.

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En la vereda de enfrente, Red Bull acertó con su RB16B -una versión mejorada del coche de 2020- y eso asustó a Mercedes. Y desde muy pronto quedó claro que la carrera por el título se limitaría a Hamilton y Max Verstappen.

Max Verstappen y Lewis Hamilton luchan por el título en la Fórmula 1 (Foto: AFP)

Tanto es así que las cuatro primeras carreras del año dejaron la impresión de que los austriacos podrían haber ganado todas, de no ser por errores de estrategia o excesos del también rápido Verstappen. Experimentado, Hamilton aprovechó cada vacilación: en el mismo Bahrein, ejecutó una trampa en la problemática curva 4; en Imola, no ganó, pero contó con la suerte para alcanzar el segundo lugar del podio tras un insólito error; en Portugal y España, fue decisivo el ritmo y la táctica de carrera.

Pero también fue en Barcelona donde el equipo de Brakley se estancó de forma extraña. Entre Mónaco y las dos carreras de Austria, algo sucedió en los garajes alemanes. En las calles del Principado, el largo coche de Mercedes tuvo problemas. Valtteri Bottas, hasta entonces deslucido y errático, fue mejor que Hamilton, pero acabó siendo víctima de un pit-stop que duró casi dos días, después de que la tuerca se atascara y sólo se soltara cuando el coche volvió a la sede en Inglaterra. El británico, por su parte, se encontró fuera de combate en medio del pelotón. Terminó la carrera con un extraño séptimo puesto, mientras su rival holandés celebraba la victoria, su primera desde el GP de Emilia-Romaña.

Después, la F1 se fue a Azerbaiyán. Hamilton pudo incluso cambiar la puesta a punto del W12, para sacar lo mejor de la gran recta principal. Aun así, no fue rival para Red Bull. Pero el destino jugó con ambos aspirantes al título: tras liderar la carrera durante buena parte de la misma, un pinchazo le arruinó la carrera a Verstappen. El infortunio del rival apareció como una oportunidad para Lewis, pero un botón equivocado en la reanudación le arrebató la oportunidad. Ganó Sergio Pérez. Y el drama de Mercedes continuó.

Lewis Hamilton bloqueó su Mercedes en una relargada, para abrirle camino a la victoria de Sergio Pérez en Bakú. (Foto: Getty Images/Red Bull Content Pool)

Luego, las esperanzas de volver a la mejor forma se pusieron en el GP de Francia. La idea era volver a la actuación en España, dada la similitud de condiciones entre las dos pistas. Sin embargo, Red Bull tenía otros planes. Era un coche muy rápido y versátil, y los austríacos le hicieron beber de su medicina a los alemanes, utilizando la misma táctica de la carrera de Barcelona. La parada extra de Verstappen llevó a superar al siete veces campeón sobre el final. Hamilton otra vez no pudo con su rival.

Un golpe mayor ocurrió en las dos carreras de Austria. Mientras Mercedes intentaba entender qué había ido mal en Paul Ricard, Red Bull volvió a atacar. Con una envidiable velocidad en línea recta, el equipo local ganó las dos carreras en casa. El W12 sufría en las rectas y con el desgaste de los neumáticos. Por lo tanto, la manera era controlar el daño. Hamilton aún consiguió un podio, pero vio cómo su diferencia con Max aumentaba hasta unos increíbles 32 puntos.

El escenario fue desolador para Mercedes, que dijo que la fuerte caída en el rendimiento era también el resultado de la decisión de dejar de desarrollar el coche actual, para centrarse en el proyecto de 2022. Pero la derrota perjudicó a Lewis.

«Necesitamos algún tipo de mejora», decía un impaciente multicampeón, tras encontrar «imposible» seguir el ritmo de Verstappen en el Red Bull Ring.

«Hicieron hecho un gran trabajo en estas últimas carreras», añadió Hamilton. «Fuem muy difícil para nosotros desde Mónaco, que obviamente fue un poco desastre, y lo mismo en Bakú».

«Fue mejor en Francia, pero están un paso por delante de nosotros. Así que estamos trabajando todo lo que podemos para ver si podemos cerrar esa brecha. Ni siquiera llegamos a la mitad de la temporada. Así que sigo en la lucha por el título», aseguró.

El momento del toque entre Max Verstappen y Lewis Hamilton en Silverstone. (Video: Reproducción)

Así que el GP de Gran Bretaña, que venía a continuación, adquirió una enorme importancia porque era el umbral para que Mercedes volviera a estar en el juego. Si las carreras en Austria y en las calles del Principado y Bakú no le sentaron bien al W12, el rápido circuito de Silverstone tuvo que ayudar. Así que se pensó en un gran paquete de actualizaciones para la «casa» de Hamilton.

El modelo llegó con un suelo rediseñado y nuevos bargeboards. La idea era mejorar el paso del flujo de aire y ofrecer un equilibrio entre la carga aerodinámica y la velocidad en línea recta. Funcionó absolutamente bien – Mercedes incluso temió por un fallo. Antes del fin de semana en Gran Bretaña, el equipo comprendió que, si sufría otra derrota, tendría que hacer un replanteo para entender los errores.

La fecha británica también supuso el debut del formato de carrera de clasificación para formar la parrilla del GP. Lewis brilló en la qualy, pero no pudo con una mejor largada de Verstappen en el sprint. En la carrera del domingo, el escenario fue bastante diferente. Los dos rivales comenzaron la carrera con mucha acción, compartiendo curvas y luchando codo a codo durante gran parte de la primera vuelta. Eso fue hasta llegar a la famosa curva Copse, cuando Hamilton intentó adelantar. La lucha era tan intensa que un toque fue inevitable. La peor parte se la llevó Max, que hizo un trompo y golpeó fuertemente contra la barrera de contención. Lewis fue declarado culpable del incidente, y recibió una penalización de 10s.

El equipo Red Bull se quejó, pero no hubo salida. A pesar de la sanción, el británico se recuperó para ganar. Y lo celebró con mucha intensidad, lo que generó críticas de los adversarios porque su rival seguía en el hospital. Cabe mencionar que Lewis preguntó al menos dos veces por la situación de su oponente, que estaba bien.

De todos modos, el incidente de Copse cambió la carrera y las relaciones tanto entre Mercedes y Red Bull con las de Hamilton y Verstappen.

La disputa llegó a su punto álgido cuando los austríacos decidieron presentar una solicitud de revisión de la sanción de Hamilton. Red Bull dejó claro que iría a todo o nada. En Hungría, la siguiente carrera que puso fin a la primera parte de la temporada, Red Bull intentó convencer a los comisarios recreando la escena del accidente. No funcionó. La FIA (Federación Internacional del Automóvil) mantuvo lo que se había definido dos semanas antes.

Cómo fue la caótica largada del GP de Hungría de F1 (Vídeo: F1)

Mientras la situación del equipo de las bebidas energéticas se complicaba, Hamilton hizo la pole y ganó en Hungaroring. Sólo que, como viene ocurriendo en 2021, nada es tan evidente. La lluvia que azotó la pista justo antes de la salida provocó un caos en la frenada de la curva 1. Bottas cometió un error, embistió por detrás a Lando Norris, que golpeó a Verstappen -que había salido tercero-. El finlandés aún tuvo tiempo de chocar con Pérez, arruinando definitivamente su Red Bull. El drama de esta primera vuelta no hizo más que empeorar las ya terribles relaciones entre los dos aspirantes al título y sus jefes.

El accidente dejó al holandés con «medio coche». Lewis pudo seguir adelante, sin tener que presenciar una de las escenas más surrealistas de la historia: tras la bandera roja, todos decidieron cambiar los neumáticos antes de la reanudación, excepto Hamilton, que se encontró solo en la parrilla y con los compuestos de lluvia, cuando la pista ya estaba seca. Este error dejó al piloto británico en el último lugar después de cinco vueltas. Pero Mercedes se redimió con una gran estrategia y permitió que el británico se recuperara una vez más. De hecho, la actuación del piloto del auto #44 fue una de las más consistentes del año. Lewis no ganó, pero brilló en una lucha rueda a rueda con Fernando Alonso e incluso subió al podio, para desesperación de sus rivales.

El tercer puesto, que puede convertirse en un segundo, dependiendo de lo que ocurra con la descalificación de Sebastian Vettel, le bastó para volver a situarse al frente del Mundial. Las vacaciones las disfruta con el sabor de la victoria.

Después de todo, tiene ocho puntos de ventaja en el Campeonato Mundial de Pilotos. Y 12 en la de Constructores. No está mal, para alguien que remontó una diferencia que superaba los 30 puntos.

Lewis Hamilton, líder del Mundial de F1 al cabo de 11 fechas. (Foto: Mercedes/ Steve Etherington)

JEFE VS. JEFE

Lewis Hamilton y Max Verstappen mantienen una acalorada disputa desde el inicio de la temporada, marcada por la experiencia y el rendimiento puro. Durante gran parte del año, ambos tuvieron una convivencia cordial. El inglés dejó pasar algunos movimientos más agresivos de su rival, como en las primeras curvas de Ímola o la salida del GP de España. Pero también fue audaz cuando doblegó a su oponente en Sakhir, además de sus comentarios tácitos como en Mónaco, cuando dijo que Max estaba luchando para demostrar su valor. El holandés respondió con la victoria y dijo que prefería «hablar» sólo en la pista. Pero si el ambiente era cálido entre los postulantes, no ocurría lo mismo entre sus jefes.

Durante gran parte de esta primera mitad de la temporada, Toto Wolff, Christian Horner y Helmut Marko ganaron más notoriedad que los propios aspirantes al título, con polémicas a través de la prensa. Los roces fueron diversos y comenzaron con unas declaraciones sin filtro del austríaco de Mercedes, que dijo haber perdido el respeto por algunos nombres del paddock. Y Red Bull recogió el guante.

Por un lado, Red Bull se quejó de normas como la del límite de la pista. Más tarde, fue acusado por Mercedes de tener alerones flexibles. La presión alemana fue tan grande que llevó a la FIA a cambiar los criterios de control. Los austríacos respondieron con la misma moneda y señalaron con el dedo los alerones delanteros del W12. Entonces el equipo de la estrella empezó a desconfiar del rendimiento del nuevo motor Honda y de la rapidez de los pit-stops del rival.

Pero nada de esto elevó el nivel de rivalidad tanto como las consecuencias del accidente de Silverstone; de hecho, fue más allá. Red Bull llegó hasta las últimas consecuencias para intentar ampliar el castigo impuesto a Hamilton. Recrearon la escena del accidente en la pista y en el simulador. Hicieron reclamaciones sobre el costo de los daños. Incluso pidieron una suspensión para el inglés. Pero su petición fue rechazada.

Christian Horner, de Red Bull, evitó el pedido de disculpas de Toto Wolff tras el incidente de Valtteri Bottas en Hungría. (Foto: Getty Images/Red Bull Content Pool)

Mercedes no dejó pasar la oportunidad de criticar duramente a su rival, especialmente por los ataques sufridos por Lewis. «Además de dejar este incidente en el pasado, esperamos que esta decisión también marque el fin de los intentos de los altos mandos de Red Bull de manchar el nombre y la integridad de Lewis Hamilton, incluso a través de los documentos utilizados en el fallido intento de revisión», decía la nota de los alemanes tras el veredicto de los comisarios.

Al final, Wolff aún intentó disculparse con Horner después de la carrera de Hungría por el error de Bottas cuando ambos se cruzaron durante las entrevistas televisivas, pero el jefe de los austríacos lo desestimó: «¿Va a pagar la factura?», cuestionó Christian, fulminantemente, antes de quejarse de que la Fórmula 1 necesita analizar la nomativa de límite presupuestario cuando los autos reciben daños en situaciones de carrera ajenas a ellos.

Y este fue el ambiente en el que terminaron los dos adversarios en el GP de Hungría.

BOTTAS Y EL ÚLTIMO AÑO

Pero si Hamilton lideró a Mercedes y asumió para sí la responsabilidad de la disputa del título, firmando incluso una renovación de contrato en pleno campeonato, el otro piloto de la escudería vivió días poco gloriosos. Presionado por el último año de acuerdo con los siete campeones, Valtteri Bottas se enfrentó a una gran dificultad para lidiar con el W12, incluso dijo que el coche era inmanejable y que estaba por debajo de las expectativas.

El finlandés no pudo seguir el ritmo de su compañero de equipo, a pesar de sus dos podios en Bahrein y Portugal. La diferencia de tiempo y rendimiento se hizo abismal en Imola, cuando salió octavo y se vio envuelto en un accidente con George Russell, que destrozó su Mercedes. Y Williams su también.

Valtteri Bottas provocó un incidente en el GP de Hungría, y tiene un pie y medio afuera de Mercedes en 2022. (Foto: F1/Reproducción)

En Mónaco, trató de salvar a Mercedes del disgusto, luchando por el podio en un día complicado para Hamilton. Pero un problema en los boxes lo sacó de la carrera. Después, no fue capaz de sacar más partido del auto en las carreras en las que el equipo alemán tuvo dificultades. Volvió a subir al podio en Austria e Inglaterra. Incluso trató de jugar al escudero, pero lo cierto es que el piloto nórdico no hizo gran cosa en esta primera parte de la temporada y terminó esta parte del Mundial con un accidente que podría ser incluso disculpable dadas las condiciones de la pista, pero el hecho de que se llevara por delante a sus rivales no ayuda mucho.

Ahora, parece sólo cuestión de tiempo que llegue la confirmación de su sustituto en Mercedes para 2022.