#ViejoTaller: Schumacher logra su último podio en victoria épica de Alonso

La temporada 2012 fue una de las más destacadas de la historia reciente de la Fórmula 1, entre otras razones por ser la última en la que Fernando Alonso luchó por el título y por haber marcado el «último baile» de la historia victoriosa de Michael Schumacher. Y el Gran Premio de Europa, celebrado en el Circuito Urbano de Valencia, en España, pasó a la historia por la victoria del bicampeón del mundo, su 29ª de 32 en la categoría, y por el último podio del dueño de siete títulos en la categoría principal.

El 24 de junio de 2012, es decir, hace exactamente diez años, la F1 vivió una de las carreras más caóticas de su historia reciente. Antes de la carrera en la ciudad española, se habían disputado siete carreras, con siete ganadores diferentes, incluida la victoria sin precedentes del venezolano Pastor Maldonado en el GP de España. Alonso se encargó de romper la racha al cruzar la línea de meta en primer lugar por segunda vez en el campeonato. El entonces piloto de Ferrari salió 11º, adelantó tras adelantar en una pista muy complicada e hizo que Sebastian Vettel se retirara en la vuelta 33 para ganar.

Alonso tuvo una actuación memorable. El mejor de su carrera, según él, el mejor de esa temporada, seguro. Y es que mientras el piloto de Ferrari lloraba escuchando el himno de su país tras un improbable triunfo, a su lado se encontraba una cara conocida en el escalón del tercer puesto.

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Schumacher, una figura tan recurrente en los podios de la F1, estuvo en la fiesta del champán por la 155ª y última ocasión. Era la primera y única vez que el siete veces campeón del mundo subía al podio con Mercedes. Y esa temporada 2012 no fue precisamente un camino de rosas para el alemán. De hecho, todo lo contrario. Su compañero de equipo Nico Rosberg ya había ganado una carrera en el campeonato, en el GP de China. En otras palabras: el monoplaza de Mercedes fue capaz de alcanzar vuelos más altos en comparación con los dos años anteriores. Pero el experimentado alemán no pudo sacar lo mejor del W03.

En esa misma carrera, en China, mientras Rosberg se había asegurado la pole position, Schumacher se había asegurado la tercera posición en la parrilla. El alemán lo había hecho bien y prometía un podio. Pero en el duodécimo giro de la carrera, un neumático suelto tras su primera parada en boxes le obligó a retirarse. En Mónaco, el siete veces campeón logró la pole, pero una penalización en la carrera anterior, en España, le hizo caer al sexto puesto. Al final, no importó: Schumacher también tuvo que abandonar la carrera en las calles de Montecarlo. Puntos, en realidad, sólo dos: uno en Malasia y otro en Bahrein.

Y así llegamos a Valencia. Se presentó la oportunidad de dar la vuelta a la temporada y Schumacher la aprovechó, pero no sin un montón de drama primero. En la clasificación, tras una Q1 sin problemas, llegó la problemática Q2. El siete veces campeón del mundo cometió un error en su primer intento de vuelta y se mostró notablemente más cauto en la segunda vuelta. Como resultado, marcó un tiempo de 1min38s770 y la 12ª posición en la parrilla, mientras que su compañero de equipo Rosberg, una vez más, se colocó al final de la clasificación. 

Schumacher saldría junto a Alonso, 11º, en la sexta fila. Y al igual que el español, que saltó a la octava posición, aprovechó el caos que había por delante, no sin antes sobrevivir al ligero toque de Bruno Senna en su Mercedes. Tras ser adelantado por Jenson Button y caer hasta la 13ª posición, el heptacampeón vio cómo el equipo alemán cambiaba su estrategia: de una a dos paradas en boxes. 

Eso fue lo que salvó la carrera de Schumacher. ¿La razón? En la vuelta 27, Jean-Éric Vergne utilizó el DRS para adelantar a Heikki Kovalainen en la curva 12. El francés pensó que su Toro Rosso ya estaba completamente por delante del rival Caterham, cuando no era así. La maniobra acabó en una colisión, que dejó muchos restos en la pista y provocó la entrada del coche de seguridad.

El accidente permitió a Alonso ascender a la cuarta posición. Por su parte, Schumacher, que había parado diez vueltas antes, no necesitó entrar en boxes, como hizo la mayoría de la parrilla. El alemán subió a la séptima posición. Y el séptimo puesto pronto se convirtió en sexto, cuando el líder Sebastian Vettel -que había abierto una ventaja de 20s al segundo clasificado antes del coche de seguridad- se vio obligado a abandonar por problemas en el alternador. La misma avería dejó fuera a Romain Grosjean, que también estaba por delante del bicampeón y del siete veces campeón.

Cuando Daniel Ricciardo, que no había parado durante el periodo de coche de seguridad, entró finalmente en boxes, Schumacher estaba detrás de Mark Webber en la quinta posición. Tanto el piloto de Mercedes como el de Red Bull no tardaron en realizar sus respectivas segundas paradas en boxes. A falta de 16 vueltas en Valencia, Michael era 11º, por delante del australiano de Red Bull.

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Con los nuevos neumáticos blandos, tanto Schumacher como Webber volaban por la pista. Vitaly Petrov, Button, Sergio Pérez, Paul di Resta, Nico Rosberg (que paró en boxes al final) y Nico Hülkenberg se quedaron atrás. A dos vueltas del final, los cinco primeros eran Alonso, Hamilton, Räikkönen, Maldonado y Schumacher.

Pero en la penúltima vuelta… El podio se lo regalaron a Schumacher. Al mejor estilo Maldonado, el piloto de Williams utilizó el DRS para adelantar a Hamilton en la curva 13, pero el de McLaren le cerró la puerta y tomó la línea del trazado para sí mismo. Cuando el venezolano intentó volver a la pista, golpeó de lleno al británico, lanzando a su rival contra el muro. La carrera terminó entonces para Hamilton, mientras que Maldonado sufrió daños en su alerón delantero y, aún cayendo a la parrilla, logró terminar la carrera. El piloto sudamericano aún recibió una penalización de 20 segundos tras el final del GP.

Y así fue. Alonso ganó, y con el triunfo, el español se encargó de sumar 111 de los 122 puntos de Ferrari hasta ese momento -Felipe Massa sólo tenía 11 en ese momento-. Dice mucho de la capacidad del piloto bicampeón del mundo que su mejor año en la F1 no se tradujera en un título; al fin y al cabo, aquel F2012 de la escudería italiana recibió, no injustamente, el apodo de uno de los peores coches para ser aspirante al campeonato en la historia de la F1. Räikkönen fue segundo. Schumacher, tercero. La media de edad del podio era de 35 años, 8 meses y 8 días, y todos los pilotos tenían profundas conexiones con el equipo italiano. 

«La verdad es que no creí que hubiera conseguido el podio al final de la carrera. Al cruzar la línea de meta pregunté al personal del garaje: «¿dónde hemos acabado?» Cuando me dijeron «podio», no podía creerlo. Es algo que realmente no esperaba. En cierto modo pierdes la cuenta porque estuve muy ocupado en las últimas etapas de la carrera», dijo un sorprendido Schumacher.

«Son momentos como ese, definitivamente, los que disfrutas profundamente. Es una sensación maravillosa volver (al podio) después de tanto tiempo. Hemos estado cerca de ello unas cuantas veces. Sucedió de una manera bastante espectacular, en una pista en la que es difícil adelantar, pero debido a varias estrategias y diferencias en la pista fue bastante emocionante y, obviamente, esa es la mejor manera de hacerlo. Te hace inesperadamente más feliz», resumió el siete veces campeón del mundo.