Hülkenberg, de sobrellevar un semi retiro a un podio inolvidable en la Fórmula 1
A 15 años de su debut, y a los 37 años, Nico Hülkenberg conquistó su mayor hazaña en F1 con su podio en el GP de Gran Bretaña. El pico de una trayectoria con vastas muestras de talento pero pocos momentos felices.
De estar semi retirado, a su primer podio a los 37 años. La carrera deportiva de Nico Hülkenberg en la Fórmula 1 estuvo llena de hazañas, pero sin finales felices hasta el pasado GP de Gran Bretaña.
Del mismo modo, a lo largo de la historia, la Fórmula 1 muchas veces fue injusta. Tuvo campeones sin corona, como Stirling Moss o Carlos Reutemann, o dejó a Chris Amon, considerado el mejor piloto de la historia de la categoría sin victorias, solo con once podios y cinco poles, sin poder llegar nunca a coronarse en el escalón más alto.
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Del mismo modo, hubo 238 carreras en las que Nico Hülkenberg tuvo el talento, pero no las mejores armas para llegar a un top-3. Debutante en 2010 en la máxima categoría con Williams, cuando su actual compañero Gabriel Bortoleto era un niño de solo cinco años, el futuro parecía promisorio para el alemán. Una pole position notable en su temporada debut en el GP de Brasil, con una segundo de diferencia sobre el resto, era un primer paso natural hacia podios y victorias. Sin embargo, el ritmo de carrera de aquel Williams no era de lo mejor, y Nico solo pudo llegar en el octavo lugar.
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A pesar de haber sumado 22 puntos en su año debut, en un equipo que finalizó sexto de 12 en el Mundial de Constructores, Hülkenberg perdió su asiento en Williams, y solo pudo recalar en Force India como piloto reserva, dando inicio a una constante: buenos rendimientos y buenas carreras del alemán, pero sin tener el mejor auto disponible.
Con el equipo indio brindó su segundo golpe de escena, al ser cuarto en el GP de Bélgica 2012, y a solo dos segundos del podio. Al año siguiente, tuvo un primer ciclo en Sauber, de apenas una temporada antes de volver a Force India. Con el equipo suizo alcanzó otro cuarto lugar como mejor resultado en el GP de Corea, y resistiendo el envión del Mercedes de Lewis Hamilton y de la Ferrari de Fernando Alonso.
En 2014, Nico volvió a Force India y logró puntuar en 15 de 19 competencias, sin embargo, sin chances de llegar más arriba del top-5. Esta circunstancia sería frecuente en las tres siguientes temporadas, con excepción del GP de Bélgica de 2016 donde esta vez estuvo a solo 6s de su primer podio. Por otro lado, y en paralelo, hubo momentos de festejo para él, al ganar las 24 Horas de Le Mans en 2015 como piloto oficial de Porsche.
En 2017, Hülkenberg se convirtió en piloto de Renault,y se transformó en el líder del equipo. Con la escudería francesa tuvo dos años buenos y un 2019 con pocos resultados, aunque con su mejor actuación cuando estaba para ser cuarto en el GP de Alemania y se despistó. Con aroma a retiro, el teutón dejó su puesto como titular para 2020, un año en que la marca del rombo pudo hacer podio con sus dos pilotos, Daniel Ricciardo y Esteban Ocon, a lo largo de la temporada.
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Lejos del ostracismo, Hülkenberg se convirtió en un suplente de prestigio en una temporada azotada por el Covid-19. Y como golpe de escena, en un Racing Point con el que no estaba para nada familiarizado, el alemán logró clasificar tercero en el GP del 70 aniversario en Silverstone. Sin embargo, esta vez la estrategia no lo ayudó y finalizó séptimo. Un gran resultado que no lo sacó del papel de reserva hasta 2023, cuando Haas lo trajo de vuelta a la parrilla como reemplazo de Mick Schumacher.
Con la escudería estadounidense, Nico tuvo un rendimiento de menor a mayor, con buenas clasificaciones y sufriendo con el ritmo de carrera. Luego, la asunción de Ayao Komatsu como jefe de la escudería también fue positiva para el rendimiento del alemán, que pasó de sumar 9 puntos en 2023 a los 41 de 2024. Una combinación de ritmo y experiencia que cautivó a Audi, que lo contrató para liderar el período de transición de Sauber, hasta que se complete el desembarco de la automotriz alemana a la Fórmula 1 en 2026.
Para 2025, Hülkenberg no llegó solo a Sauber, sino que también arribaron Mattia Binotto como CEO de la estructura -exFerrari-, y con Jonathan Wheatley -un exRedBull- como jefe de equipo, dos directivos de jerarquía encargados de apuntalar una escudería que había tenido un rendimiento pésimo en 2024.
En el presente campeonato, bajo su nueva dirección, Sauber tuvo un alentador inicio en el GP de Australia, pero recién pudo encauzarse luego de unas actualizaciones introducidas en el GP de España. En Barcelona, Nico tuvo su primera exhibición, al haber largado 15° y terminado 5°, en Canadá largó 11° y fue 8°. Luego, en Austria largó último para llegar noveno, y en Gran Bretaña llegó tercero después de haber largado décimo noveno. Un rendimiento superlativo en una Fórmula 1 bastante mezquina cuando se trata de sobrepasos ante la excesiva turbulencia que generan los autos actuales y que jerarquizan aún más lo hecho por el alemán.
A 15 años de su debut en la Fórmula 1, el reconocimiento que siempre tuvo Hulkenberg por fin de tradujo en resultados con su tercer lugar y su primer podio en el GP de Gran Bretaña. El Silverstone, y a sus 37 años, Nico por fin tuvo una historia con final feliz. Un primer capítulo de una de sus tantas aventuras, y que aún promete mucho por contar.