De la Rosa recuerda la presión particular de trabajar en Ferrari: “Es un equipo difícil”
El expiloto probador de Ferrari, Pedro De la Rosa recordó cómo fue su llegada a la fábrica de Maranello tras un mal resultado en la Fórmula 1 y valoró que a los extranjeros les va mejor porque no entienden todo lo que rodea a la escudería.
Pedro de la Rosa valoró que representar a Ferrari en la Fórmula 1 es una presión única para los pilotos. El español consideró que es «un equipo difícil» y dijo que los extranjeros lo hacen mejor porque no entienden todo lo que envuelve a la escudería.
Piloto de pruebas de Ferrari entre 2013 y 2014, De la Rosa recordó cómo fue su llegada a la fábrica del equipo tras un mal resultado en la Fórmula 1.
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«Cuando estaba en Ferrari, recuerdo el lunes por la mañana después de un mal resultado. Iba a la fábrica y luego a la oficina de Stefano [Domenicali, entonces jefe de Ferrari] y estaba La Gazzetta dello Sport abierta, la correspondencia, y se veía que estábamos en problemas. Es una radiografía de lo que es Ferrari«, dijo De La Rosa al podcast F1 Nation. «Es un equipo difícil. Hay una gran presión mediática y en el momento en que no tienes un buen resultado en ese fin de semana en particular, a las 4 de la tarde del domingo, ya sabes qué tipo de semana vas a tener», continuó.
En opinión de Da la Rosa, los pilotos que no han nacido en Italia son más resistentes a la presión que supone ser representante de un equipo. En la época dominante de Ferrari, que ganó todos los títulos disputados entre 1999 y 2004, el equipo contaba con el alemán Michael Schumacher y el brasileño Rubens Barrichello. Entre bastidores, el mando tampoco era italiano: el diseño del coche corría a cargo del inglés Ross Brawn y el sudafricano Rory Byrne, mientras que el francés Jean Todt dirigía Ferrari.
«Creo que ésa es una de las razones por las que a los extranjeros les va tan bien en Ferrari, porque no les afecta tanto la prensa, sobre todo porque no entienden a la prensa ni a los italianos», valoró. «Es bueno para los extranjeros, pero los ingenieros italianos, los mecánicos y la gente que trabaja allí día a día, sienten la presión», subrayó.
«Tampoco es una cuestión de idioma en sí, sino también de educación, de lo que realmente significa Ferrari y de cuánta presión pueden soportar», cerró.