¿Por qué Frank Williams fue tan importante en la historia de la Fórmula 1?
Con su alejamiento definitivo en 2020 tras la venta de la escudería, y su muerte apenas un año después, la partida de Frank Willliams simboliza el fin de una era en la Fórmula 1.
Este domingo la Fórmula 1 perdió a Frank Williams, legendario fundador y ex director de la escudería que lleva su nombre, quien falleció a los 79 años. Personaje muy importante de las últimas décadas para la categoría, Williams vivió el ascenso a los primeros puestos, la gloria y la decadencia con su escudería. Y con su alejamiento definitivo en 2020, y con su muerte apenas un año después, su partida simboliza el fin de una era para la Fórmula 1.
Frank Williams llegó muy joven a la Fórmula 1, en 1969, como director del pequeño equipo Frank Williams Cars, abastecido principalmente con monoplazas comprados a otras escuderías. Con esta formación logró algunos podios en los primeros años de la década del `70, hasta que lo vendió al empresario canadiense Walter Wolf. Si bien se mantuvo a cargo de las operaciones, Wolf terminó despidiendo a Williams, por lo que Frank volvió a la carga y fundó Williams Grand Prix Engineering, acompañado por quien sería su mano derecha durante años: el ingeniero Patrick Head.
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Ya desde su fundación, el equipo apostó a una postura super profesional y de vanguardia. Fue el primero en recurrir a un fuerte patrocinio de empresas árabes, que le permitió poner en pista autos muy competitivos a partir de 1980. De esta manera logró su primer título a fines de esa temporada por medio de Alan Jones. Además, con la revalorización del Mundial de Constructores a partir de 1979, con la suma de los dos pilotos en cada carrera -antes sumaba uno solo-, llevó a que Williams privilegiara el título de escuderías por encima del de pilotos. Un detalle que fue notorio en 1981, cuando Williams volvió a conquistar el Mundial de Constructores. Sin embargo, lo hizo sin apoyar a Carlos Reutemann en su lucha por el título que finalmente perdió frente a Nelson Piquet.
Más allá de esta polémica, en la década del ´80 comenzó la etapa de gloria para la escudería Williams. Consagrado nuevamente con Rosberg en 1982, Williams se asoció con Honda para preparar un auto realmente competitivo para 1986. Sin embargó, en los tests previos al inicio de la temporada, un grave accidente automovilístico marcaría la vida de Frank Williams. Al salir del circuito Paul Ricard, un vuelco cuando iba de acompañante en un Ford Sierra lo dejó para siempre postrado en silla de ruedas.
Este hecho, lejos de amedrentarlo, redobló sus esfuerzos, dando una muestra quizás de lo tanto que Frank Williams amaba la Fórmula 1. Ese mismo 1986, Williams ganó entre los Constructores y al año siguiente repitió con doblete, al sumar el título de pilotos con Piquet.
A esta altura de la categoría, Williams se debatía la hegemonía de la Fórmula 1 frente a McLaren. Y al llegar la década del `90, la gloria y la tragedia llegaron a la escudería. La implementación de la suspensión activa en el monoplaza FW 14, con el poderoso aporte de Renault como planta impulsora, volvió a darle un título a Williams en 1992 con Nigel Mansell, y repitió con Alain Prost en 1993. Sin embargo, el año siguiente fue aciago para la escudería con la muerte de Ayrton Senna en el GP de San Marino de 1994. Un golpe del que se recuperaría tiempo después con las consagraciones de Damon Hill en 1996 y de Jacques Villeneuve en 1997.
Pero aunque estaba en la cresta de la ola, Williams poco a poco empezaba a quedarse solo. Equipos rivales de antaño, como Brabham, Lotus, Tyrrell o Ligier, iban sucumbiendo a los altos costos que empezan a significar participar en la Fórmula 1. Y la escudería de Grove empezó a vivirlo en carne propia cuando las tabacaleras se vieron obligadas a abandonar los patrocinios en la categoría. Con la entrada del siglo XXI, el impulso de Williams empezaba a mermar.
La Fórmula 1 se convirtió paulatinamente en una categoría de equipos-corporaciones, pero Williams se
mantuvo incluso al rechazar una oferta de BMW. No obstante, el destino era insalvable. Aún con la conquista de algunos resultados, el equipo empezó a depender cada vez más de pilotos sin prestigio que pagaran por sus butacas. Y no pasaron demasiadas temporadas, y con Claire Williams al mando de las decisiones, que pasaron a languidecer en el último puesto del Mundial.
La resistencia del último equipo tradicional de la F1 cedió recién en 2020, cuando la familia Williams trasfirió el control de la escuderia al grupo económico Dorilton Capital. Una transacción que puso fin a la era de los garajistas en la elite del automovilismo. Lejos de sus autos y de su taller de Grove, Frank falleció apenas un año después. Sin dudas, un hombre legendario en la historia de la Fórmula 1.