Porsche concluye evalución y desiste de entrar a la grilla de Fórmula 1 en 2026
Luego de tener negociaciones avanzadas con Red Bull, que posteriormente se frustraron, Porsche decidió que no entrará en la F1 2026. De todas maneras, su interés en llegar a la categoría permanece.
La evaluación de las posibilidades de Porsche para unirse a la parrilla de la Fórmula 1 en 2026 llegaron a su fin. Como resultado, el fabricante alemán decidió abandonar su muy comentado deseo de unirse a la máxima categoría para la temporada en que debute la próxima generación de autos y motores.
La información procede de la web The Race. Según la misma, la decisión de Porsche para los próximos años pasa por reforzar los programas de automovilismo con los que ya cuenta, especialmente el equipo de Fórmula E -donde lidera la actual temporada- y el regreso al WEC y a las 24 Horas de Le Mans con su flamante Hypercar denominado 963.
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Sin embargo, la F1 sigue siendo un interés real, asegura el medio, y si se presenta la oportunidad adecuada, el deseo de Porsche sigue siendo entrar. La fábrica consideró, sin embargo, que ya no hay tiempo suficiente para cerrar un acuerdo dentro del plazo necesario para llegar armado a 2026.
Desde que comenzaron las discusiones sobre la próxima generación de motores de F1, Porsche y Audi, dos empresas del Grupo Volkswagen, mostraron su deseo de entrar. Tras la confirmación de un motor con tecnología simplificada respecto al actual, sin el temido MGU-H, Volkswagen dio el visto bueno para que ambas entraran en la categoría.
Audi llegó a un acuerdo con el Grupo Sauber y tendrá el control del equipo, actualmente Alfa Romeo, a partir de 2026, con derecho a comprar el 75% de la escudería. De hecho, el trabajo para ajustar el equipo para dicha transición ya ha comenzado con la contratación de Andreas Seidl como CEO. Además de darle nombre al equipo, Audi también fabricará su propio motor.
La expectativa para Porsche no era muy diferente: aunque inicialmente se dijo que le gustaría estar menos involucrada que Audi, sin tener el control sobre un equipo y sólo ajustando la asociación oficial para el suministro de motores, lo que vimos en el acuerdo con Red Bull fue diferente. El acuerdo, que incluso tenía un documento oficial bajo petición de los organismos antimonopolio, contaba con que Porsche adquiría el 50% del equipo Red Bull y contaba con el mismo peso que la estructura austríaca y sus hombres de confianza en la F1 respecto a las decisiones del equipo. Red Bull finalmente se echó atrás, y los alemanes acusaron a su contraparte de ignorar un «apretón de manos».
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Porsche llegó a sugerir una posible asociación con McLaren, pero las conversaciones no llegaron tan lejos: los británicos tampoco estaban interesados en ceder el control del equipo -antes, Audi ya se había acercado a McLaren, pero cayó en la misma trampa y se fue a Sauber-. Crear un equipo desde cero tampoco estuvo nunca en la agenda debido a los costos que supondría.
A pesar de que el interés sigue existiendo y de que los motores son menos complicados, el consejero delegado de Volkswagen, Herbert Diess, llegó a decir que 2026 representaba «la oportunidad entre entrar en la F1 ahora o no hacerlo en una década», debido a la dificultad de que alguien que tome el tranvía de las nuevas reglas sea competitivo. Honda, por ejemplo, regresó a la F1 en 2015 y atravesó una dura adaptación hasta ganar su primera carrera en 2020. Poco después de aquella declaración, Diess fue despedido.