¿Qué significa para Argentina tener a Colapinto en la Fórmula 1?

La llegada de Franco Colapinto a la Fórmula 1 es un significativo reencuentro en la extensa relación que involucra a Argentina con la máxima categoría del automovilismo.

El argentino Franco Colapinto es el elegido de Williams para sustituir a Logan Sargeant en las nueve carreras restantes de la Fórmula 1 2024. El anuncio lo llevó a cabo este martes la escudería de Grove, y de esta manera, Argentina volverá a tener un representante en la máxima categoría del automovilismo después de 23 años, cuando el bonaerense debute el próximo fin de semana en el GP de Italia.

De esta manera, la Argentina y la Fórmula 1 retoman una relación que llegó a ser muy estrecha a lo largo de la historia. Los inicios de la categoría, en 1950, coincidieron con un fuerte apoyo por parte del entonces gobierno de Juan Domingo Perón hacia el automovilismo deportivo. Gracias a este sostén, Juan Manuel Fangio empezó en Alfa Romeo su exitosa campaña como subcampeón en su primera temporada, y a partir de ahí, prosiguió con una trayectoria que le rindió cinco títulos en 1951, 1954, 1955, 1956 y 1957 con cuatro equipos diferentes (Alfa Romeo, Mercedes, Ferrari y Maserati), una marca que continúa sin igualarse en la máxima categoría. Junto a él también descolló Froilán González, quien le dio la primera victoria a Ferrari en la Fórmula 1 en el GP de Gran Bretaña de 1951, y que también llegó a ser subcampeón en 1954.

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Poco después, ante el retiro de ambos y la prematura muerte de Onofre Marimón en el GP de Alemania de 1954, Argentina se quedó sin un representante que continuara el linaje. La inauguración del autódromo de Buenos Aires -hoy denominado Hermanos Gálvez-, también significó la llegada de la Fórmula 1 al país, aunque en 1960 comenzó una década sin presencia en el calendario ni pilotos participantes.

Recién para 1972, después de una auspiciosa participación de Carlos Reutemann en la Fórmula 2, Argentina volvió en esa temporada a tener fecha en la Fórmula 1 y a la vez volvió a contar con un piloto participante. Reutemann debutó ese año con Brabham y se mantuvo diez años en la máxima categoría, donde también llegó a obtener un subcampeonato con Williams en 1981. Una tormentosa definición por el título, que lo dejó con las manos vacías en la última carrera, motivó un prematuro retiro en 1982, que a la postre lo convirtieron en el último argentino con victorias, así como también el último con podios y puntos en la categoría.

Carlos Reutemann disputó 146 carreras en F1 y fue subcampeón en 1981 (Foto: Reproducción)

40 años fuera de los primeros planos

A la par de la cancelación del GP de Argentina en 1982, la Guerra de Malvinas en 1982 también cortó de cuajo las aspiraciones de pilotos que aparecían como promesas. Enrique Mansilla y Enrique Benamo, rivales de Ayrton Senna en categorías formativas, se quedaron sin llegar a la máxima y recién en 1988 Argentina volvió a tener un representante en la Fórmula 1 con Oscar Larrauri en el modesto Eurobrun.

Al contrario de otras épocas, los avatares económicos en los ’80 impedían el respaldo de nuevas promesas en el automovilismo internacional, y como contrapartida, el público argentino comenzó a volcarse más hacia categorías nacionales como el TC y el TC2000. A fines de la década del ’90, Argentina tuvo sus tres últimos representantes en la máxima categoría con Norberto Fontana, Esteban Tuero y Gastón Mazzacane, sin que ninguno tuviera una actuación destacada. Ese soplo fugaz también se dio con un breve retorno del GP de Argentina, que tuvo cuatro ediciones entre 1995 y 1998, en lo que fue la última visita de la categoría al país.

Con este escenario, la masividad que imponía el automovilismo también comenzó a perder peso, frente a otros deportes como el básquetbol o el tenis, que sí cosechaban éxitos internacionales. La falta de oportunidades también dejaron afuera a grandes proyectos como José María López o Esteban Guerrieri, y la expectativa era que solo un aporte millonario o un piloto muy talentoso, con un buen respaldo económico y gerencial por detrás, posibilitaran el regreso de un argentino en la Fórmula 1.

Una elección inesperada

Y así fue como apareció Franco Colapinto, un joven que nunca corrió una carrera en Argentina, y que surgió con fuerza al ganar el título de la F4 española en 2019. Sus buenos resultados al cabo de dos temporadas en Fórmula 3, le abrieron su chance para disputar la F2 en 2024, donde logró una victoria en una carrera sprint y dos segundos puestos en competencias principales. Así, Williams posó sus ojos en él y le dio la chance de participar en la FP1 del GP de Gran Bretaña.

Franco Colapinto, durante la FP1 británica, en su primera sesión oficial en F1 (Foto: Reproducción)

Su buen trabajo, que consistió en probar el FW46 en ritmo de carrera y en vuelta rápida, y con el que terminó a solo 0s4 de Alex Albon en el desafiante circuito de Silverstone, llamó la atención de la escudería, que encontró en él al mejor reemplazante de Logan Sargeant, que colmó la paciencia del jefe James Vowles después de su último accidente en el GP de Países Bajos.

Con Carlos Sainz confirmado para 2025, el desafío para Colapinto serán las próximas nueves carreras de la temporada, donde deberá mostrar velocidad, consistencia y un aprendizaje en tiempo récord para justificar la decisión de Williams. En la actualidad, la escudería de Grove suma cuatro puntos en el campeonato, gracias a dos novenos lugares de Alex Albon en Mónaco y Gran Bretaña. Un escenario desafiante para el argentino, que buscará contribuir con algún top-10 y convertirse en un piloto reserva de prestigio por detrás de Albon y Sainz en 2025.

Argentina vuelve a tener un piloto en Fórmula 1 después de 23 años. (Foto: F1)

El reencuentro

Más allá de la importancia de volver a tener un piloto en la máxima categoría, la llegada de Colapinto a la máxima también significa el reencuentro de varias generaciones de argentinos con la Fórmula 1. Con una gran cantidad de aficionados jóvenes, el piloto argentino encarna al primer representante en la cúspide del automovilismo para muchos, y el retorno a los primeros planos de un deporte que por muchos años fue casi tan importante como el fútbol en Argentina.

Cuando en Abu Dhabi sea 8 de diciembre, y Colapinto complete su participación con las nueve carreras que restan en el calendario, Williams tendrá en sus manos la respuesta la decisión que tomó este martes. Allí se sabrá si el reencuentro entre la Argentina y la Fórmula 1 será algo pasajero, o el inicio de un vínculo que continuará perdurando en el tiempo.