Red Bull se desarma y encara una transición forzada en la Fórmula 1
Después de dominar en 2022 y 2023 en la Fórmula 1, Red Bull atraviesa una temporada 2024 con declive en su rendimiento y con la pérdida de protagonistas claves dentro de su estructura.
La exitosa seguidilla de 22 victorias en 23 carreras que tuvo en 2023, ya es tiempo pasado para Red Bull, en una Fórmula 1 donde los tiempos corren a una velocidad frenética, y solo meses, o incluso semanas, separan al cielo del infierno. Hoy por hoy, el equipo de Max Verstappen presenta un declive en la temporada 2024, y muchas incógnitas de cara al futuro debido a su reestructuración.
Red Bull comenzó con la vara muy alta en 2024, y con la firme intención de darle el cuarto título en fila a Max Verstappen. Sin embargo, el panorama tomó un sabor amargo en la marca de bebidas energizantes ante el estallido del Caso Horner en las puertas de la pretemporada. Acusado de comportamiento inapropiado, el jefe de la escudería, Christian Horner, fue finalmente absuelto de las acusaciones de una exempleada de Red Bull. Y si bien, exteriormente pareció que la escudería había salido ilesa de esta situación, internamente había quedado herida, a raíz de un éxodo paulatino en los meses siguientes por parte de directivos clave.
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En la pista, las cuatro victorias en las primeras cinco carreras por parte del tricampeón, presagiaban un nuevo dominio fácil por parte de la escudería austríaca en la temporada 2024. Sin embargo, a inicio de mayo, Red Bull comunicó su primera baja, y quizás la más importante. Adrian Newey, su líder técnico y proyectista de los autos que le dieron los títulos tanto a Verstappen como en años anteriores a Sebastian Vettel, dejaba la escudería después de casi 20 años.
Esta primera salida, en principio, no generó un efecto nocivo de manera inmediata en Red Bull, frente a los triunfos en Emilia Romaña, Canadá y España. Esto brindaba un resguardo frente a un sorpresivo salto de rendimiento de McLaren, que poco a poco pasó a equilibrar el nivel RB20 con su MCL38.
Sin embargo, con algunos problemas iniciales al transitar sobre los pianos que se habían comenzado a notar en el GP de Miami, y una posterior actualización que provocó el efecto contrario en el auto, el RB20 pasó a ser un auto desequilibrado, y con un mayor desgaste de neumáticos. Y si bien no hay pruebas concretas de su utilización, la prohibición del frenado asimétrico por parte de la FIA coincidió con el fin del dominio por parte de Verstappen.
Lejos de la fortaleza que había tenido en el inicio de la temporada, Red Bull pasó a tener un auto inferior después de años, y ahora frente a un McLaren que tomaba la posta para convertirse en el equipo más fuerte de la parrilla actual.
Puntualmente después de correr en España, la escudería austríaca comenzó a debilitarse y a mostrarse más endeble. En las siguientes cuatro carreras antes del receso de mitad de temporada, Red Bull solo logró un podio con Verstappen en Gran Bretaña.Y después de que el neerlandés perdiera la batalla en su casa en el GP de Países Bajos, una vez que la Fórmula 1 volvió de vacaciones, una segunda baja importante se dio a conocer en Milton Keynes: Jonathan Weatlhey, director deportivo de la escudería, y principal encargado del trabajo en pista durante las carreras, decidió abandonar el equipo para convertirse en el jefe de Audi desde mitad de 2025.
Wheatley, a su vez, era el principal candidato para suceder a Horner cuando la situación del comandante era muy inestable durante su investigación a principio de año. Sin embargo, su continuidad aplacó la posibilidad de que Wheatley sea jefe de Red Bull, y pocos meses después, también se terminó por definir su salida de la escudería.
Después del GP de Singapur, que ya se convirtió en la octava competencia sin victorias para Red Bull, la batalla parece perdida en el Mundial de Constructores, a lejanos 41 puntos de McLaren.Sin embargo, la distancia a favor de 52 unidades aún parece un bálsamo para Verstappen frente al impulso -que cada tanto es algo errático- de Lando Norris.
Frente a este panorama, Red Bull también le dijo adiós a su estrategista Will Courtenay, que emigra a McLaren para convertirse en director deportivo. De esta manera, como únicas espadas de Red Bull por debajo de Horner quedaron Pierre Waché, nuevo responsable técnico tras la ida de Newey, Gianpiero Lambiase, que fue ascendido de ingeniero de pista de Max Verstappen, a jefe de carreras, y Hannah Schmitz, que está cerca de ser confirmada como jefa de estrategia.
Con este escenario de reestructuración, y con la pérdida de muchos integrantes claves, Red Bull intentará salvar el título de pilotos de 2024 en favor de Verstappen, y aparenta correr con mucha desventaja de cara a 2025, una temporada en la que Adrian Newey ya estará trabajando en la parte técnica de Aston Martin.
De ahí en más, la principal incógnita será el futuro del propio piloto neerlandés. Exigente como siempre, Verstappen deberá evaluar si vale la pena cargar en sus espaldas a un Red Bull disminuido, en transición y en un ambiente en el que su padre Jos, tiene una pésima relación con Horner. O quizás, que el futuro encuentre al neerlandés emprendiendo nuevos horizontes en la Fórmula 1.