Renault: auge y caída de un emblema de la Fórmula 1
Lejos de los años de éxito que alguna vez tuvo en la Fórmula 1, el Grupo Renault desactiva su fábrica de motores en medio de una profunda crisis con su equipo Alpine.
Con una fuerte presencia en Gran Bretaña e Italia, donde la mayoría de los equipos tiene sus fábricas, la Fórmula 1 también tiene una importancia conexión con Francia gracias a Renault, una automotriz que llegó a la máxima categoría en 1977 y que mantuvo su legado en el país galo con la fábrica de motores de Viry-Chatillion. Sin embargo, estos 47 años de presencia están a punto de cerrar un ciclo, ante la decisión de la marca francesa de dejar de fabricar las unidades de potencia del equipo Alpine, la división deportiva de Renault.
Precursor del motor turbo en la Fórmula 1, con autos competitivos en la década del ‘80 hasta una primer retiro como equipo en 1986, Renault se mantuvo en la parrilla como un exitoso motorista. Logró darle la primera victoria en la categoría a Ayrton Senna, y después conquistó una notable campaña en Williams, como proveedor de impulsores a partir de 1989. Y como un fuerte tándem, Williams Renault obtuvo cuatro títulos entre 1992 y 1997, con Nigel Mansell, Alain Prost, Damon Hill y Jacques Villeneuve.
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Luego, tras algunos años de retiro, en los que Renault aportó sus motores con otras denominaciones, la automotriz volvió en 2002 para su etapa más gloriosa, con los títulos de Fernando Alonso bajo la dirección de Flavio Briatore en 2005 y 2006, con los que quebró una histórica hegemonía de Ferrari y Michael Schumacher. Y tras algunos años con menos impulso como constructor hasta su retiro en 2010, su mayor protagonismo pasó por equipar a los monoplazas de Red Bull que le dieron el tetracampeonato a Sebastian Vettel entre 2010 y 2013.
Este prestigio que Renault logró con la eficaz producción de motores de combustión interna, se detuvo en 2014 una vez que la Fórmula 1 comenzó su era de motores híbridos y Renault pasó de ser protagonista a actor de reparto. El regreso como constructor a partir de 2016 no fue con el mismo éxitos de otros años, y tanto Red Bull como después McLaren decidieron prescindir de los motores de la casa francesa por su bajo rendimiento.
Ya para 2021, Renault intentó refundar su equipo bajo la marca Alpine, su división de autos deportivos, con la intención de ser dominante y campeón. Este fue el famoso El Plan, que trajo de nuevo a Alonso a la Fórmula 1 tras algunos años de retiro. Sin embargo, una pésima gestión deportiva del grupo Renault derivó en un declive que encuentra a Alpine como uno de los equipos más débiles de la categoría.
¿Por qué Alpine y Renault se sumieron en esta crisis?
El objetivo ambicioso era el de ser un equipo de punta en un lapso de cien carreras, en aproximadamente entre cuatro y cinco temporadas. Sin embargo, la urgencia de resultados mutó en una cierta dosis de impaciencia que derivó en frecuentes cambios gerenciales, que lo convirtieron en un equipo inestable. A mediados de 2021 abandonó el equipo Remi Taffin, jefe de motores de Renault por 20 años. Luego, a inicios de 2022 también dejaron el director ejecutivo Marcin Budkowski y el asesor del equipo, y tetracampeón de Fórmula 1, Alain Prost.
La partida de estos líderes, y la llegada de Otmar Szafnauer como nuevo jefe, proveniente de Aston Martin, también coincidió con una mayor injerencia de Laurent Rossi, CEO de Alpine, en el día a día del equipo de Fórmula 1. No obstante, pronto quedó demostrada una gestión deficiente de su parte, ante la partida Alonso, que se fue justamente a Aston Martin, y la de Oscar Piastri, quien en un principio había sido anunciado como reemplazante del español, pero que firmó por McLaren y terminó emigrando al conjunto británico en medio de un conflicto. Una decisión que a las claras, mostró ser la correcta por el expiloto Mark Webber, empresario de Piastri.
Sin resultados positivos en algo más de la mitad de las cien carreras del plan maestro de la dirigencia, Rossi debió dejar su cargo como CEO de Alpine en mayo de 2023, y para el GP de Bélgica del mismo año, también debieron abandonar su puesto Szafnauer, Alan Permane -director deportivo- y Pat Fry -responsable técnico. Y frente a esta ola de despidos masivos, Bruno Famin, un ex ejecutivo de Peugeot Sport, quedó como jefe interino del equipo y duró apenas un año en el cargo. Recién en 2024, el antiguo jefe de Hitech, Oliver Oakes, heredó el asiento caliente de un equipo inestable, que vio pasar a varios directivos en solo tres temporadas desde su refundación.
De esta manera. Con nueva dirigencia, y el regreso como asesor de Flavio Briatore, tras varios años de ostracismo, la primera decisión fuerte de Renault fue desactivar -en medio de varias protestas- su fábrica de motores en Viri Chatillion y transformarla en un centro tecnológico. Esta decisión se fundamentó en la falta de potencia del impulsor, de unos 30 caballos menos que el resto, y la poca perspectiva de éxito con el prototipo de motor que deberá ponerse en pista en 2026, y que entre sus características, incluye una mayor preponderancia de la parte híbrida -el talón de aquiles de Renault- en relación al motor de combustión interna. La idea del equipo es continuar solamente con su establecimiento en Enstone, donde fabrica su chasis y desarrolla el monoplaza de Alpine, y con Mercedes como el gran candidato a convertirse en su proveedor de motores a partir de 2026.
Finalmente, hay otra cuestión que no debe pasarse por alto. Hitech, el anterior equipo del actual jefe de Alpine, Oliver Oakes, fue una de las escuderías que no lograron el aval de la FIA para entrar a la parrilla de la Fórmula 1 en 2023. Y a pesar de que Luca de Meo, CEO del Grupo Renault, negó terminantemente la posibilidad de vender el equipo la Fórmula 1, el año pasado se desprendió de un 25% a manos de un grupo inversor ligado al actor Ryan Reynolds. Y en paralelo, también está en consideración una fusión del Grupo Renault con el Grupo Stellantis, lo que también podría alterar los futuros planes del área de competición.
En medio de un panorama incierto, y con una magra cosecha de premios en dinero en 2024, ante el más que probable penúltimo lugar en el Mundial de Constructores de Fórmula 1, Alpine se prepara para correr sin su corazón francés. Y como un paciente en terapia intensiva, se enfrenta a un doloroso transplante que lo salve de su estocada final.