Schumacher, a diez años de su accidente en la nieve y el hermetismo que lo rodea

El 29 de diciembre de 2013 el mundo se conmovió con el accidente esquiando del heptacampeón de la Fórmula 1, Michael Schumacher, que ha permanecido fuera de la vida pública a causa de las consecuencias de lo sucedido.

Hasta que llegó Lewis Hamilton a la Fórmula 1, Michael Schumacher ostentaba el récord de siete títulos mundiales y el de más victorias, con 91. El británico superó la marca del alemán y lo estableció por encima de la centena de triunfos, mientras que igualó los títulos del padre de Mick Schumacher. No pudo superarlo en 2021, en aquella infartante definición del campeonato en el que fue superado por Max Verstappen.

Un duelo similar había mantenido Michael con Damon Hill por el título de 1994 en las calles de Adelaide, donde se disputaba el GP de Australia, el día de la última victoria de Nigel Mansell. En una de las temporadas más tristes y polémicas que se recuerden, el entonces piloto de Benetton se pasó en una frenada, Hill lo midió, quiso superarlo y se chocaron. Por el abandono de Damon, ese día fue el primer campeonato de «Schumi».

Siendo considerado un tenaz piloto, de mucho carácter, rápido y agresivo en pista cuando cabía, sus 308 carreras en la F1 lo han puesto a la altura de los mejores de la historia. Le devolvió la gloria a Ferrari con cinco coronas entre 2000 y 2004, ganando más carreras que ninguno otro en esos años. Eso sí, debió afrontar dos tragos muy amargos: la colisión con Jacques Villeneuve en el GP de Europa de 1997, que le causó una descalificación del campeonato, y la rotura de las piernas en un fuerte accidente en el GP de Gran Bretaña de 1999.

A pesar de todo, Michael se rehizo y dominó a voluntad hasta que Ferrari fue superada por Renault y los dos títulos de Fernando Alonso en 2005 y 2006. Al cabo de eso, disfrutó de su retiro, pero quiso su propio «Last Dance» como Michael Jordan en la NBA. Y así lo hizo cuando respondió al llamado de Mercedes para retornar en 2010. Su pole en el GP de Mónaco de 2012 todavía mostraba su talento.

El alemán dijo adiós al automovilismo definitivamente a finales de 2012, siendo reemplazado por Lewis Hamilton. Hasta su accidente, acompañó a su hijo Mick, que llegó a la F1 eventualmente, pero no pudo continuar más de dos años, y se tomaba un merecido descanso de tanta actividad.

Lamentablemente, una caída y un golpe contra las rocas mientras esquiaba en Méribel detuvo el tiempo para su familia, que mantiene un estricto secreto de su estado de salud. Ralf, su hermano, quien ganó también en la Fórmula 1, declaró estar devastado con verlo a Michael con muchas limitaciones personales, causadas por el impacto contra su cabeza.

Aclamado por muchos, no querido por otros, admirado por jovenes pilotos, que siguen sus pasos como Sebastian Vettel, Michael Schumacher llegó a la cumbre del automovilismo y nunca pasó desapercibido. Por esto, a diez años de su accidente, aun se espera por una mejoría que no ha llegado, pero sí que ha sido reconocido, merecidamente, como uno de los grandes de la historia de la Fórmula 1.