Stroll, en el punto de mira en la F1 2025 tras un escándalo en el GP de España

La llegada de Lance Stroll a la Fórmula 1 había causado polémica a comienzos de la temporada 2017, ya que venía de ganar el extinto campeonato de la Fórmula 3 Europea el año anterior y no había pasado por la Fórmula 2 o Fórmula 3, la escalera tradicional en el desarrollo de un piloto. Si bien aterrizó en la categoría con un fuerte respaldo económico de su padre, Lawrence, un poderoso empresario canadiense, nunca demostró al más alto nivel el talento que exhibió en su adolescencia.

Tras un paso de dos años por Williams, Stroll recaló en Force India, denominada después Racing Point, que luego se transformó en el equipo Aston Martin desde 2021. Apenas tres podios en casi una década en la F1 como resultados más destacados, siempre se habló de Lance como un piloto poco competitivo. No hace un top cinco desde el 4° puesto del GP de Australia de 2023 y su último podio fue en 2020, el día que ganó Sergio Pérez, su entonces compañero de equipo.

Con Fernando Alonso como compañero, Stroll cayó en una espiral descendente, que en parte coincide con la merma de rendimiento del coche, pero que lo puso todavía más en el ojo de la tormenta por la necesidad del equipo de sumar puntos con ambos autos. En la F1 2025, arrancó sumando puntos en Australia y China, pero volvió a caer en flojas clasificaciones, mientras que el español era capaz de llegar hasta la Q3 con el mismo vehículo.

Durante el GP de España, el canadiense no pudo pasar de la Q2 y, de acuerdo con reportes de la BBC, había roto partes del box de la escudería de Silverstone, y, a través de un escueto comunicado, se anunció que no iba a correr en Barcelona el pasado domingo por haberse resentido de las lesiones de la maño y muñeca derecha que se fracturó hace dos años. Pese a esto, corrió igualmente más de dos temporadas sin estar ausente en ninguna competencia de la Fórmula 1.

Stroll no compitió en Barcelona y se abrieron una serie de especulaciones sobre un reemplazo para el GP de Canadá si no se recupera de sus lesiones. Felipe Drugovich pica en punta al ser el piloto de pruebas. Pero tanto él como Stoffel Vandoorne, que tiene el mismo rol, competirán en las 24 horas de Le Mans. Ha sonado el nombre de Valtteri Bottas, probador de Mercedes, fruto del acuerdo de provisión de motores, que expira a finales de este año. Salvo Felipe, el resto de los mencionados tiene experiencia en la F1. Incluso se mencionó al joven Jak Crawford, de la academia, pero cuenta con menos posibilidades.

Más a largo plazo, no parece que Lawrence Stroll esté dispuesto a despedir a su hijo por no tener un buen desempeño, aunque eso le cueste millones de euros por año en los premios económicos que se reparten por la posición en el Mundial de Constructores. Tampoco da la sensación que Lance se quisiera ir de la categoría, sobre todo teniendo en cuenta la millonaria inversión que hizo su padre para comprar no solo a Aston Martin, sino, también, toda la operación de lo que alguna vez fue el equipo de Eddie Jordan.

Ante esto, el rumbo del equipo, que contará con motores de Honda desde 2026, el diseño de Adrian Newey y la continuidad de Alonso, no está claro, y eso tiene que ver con la decisión de sostener a Lance Stroll a pesar de todo. Quedará abierta la pregunta sobre cuantos incidentes más con los mecánicos y trabajadores del equipo se tolerarán mientras los resultados no lleguen. Y, aunque no parece el final de la carrera de Stroll en la F1, su paso ha levantado más polémica que buenos momentos, por peleas en pista con otros pilotos, declaraciones fuera de tono y los problemas internos.

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¿Se cansará el poderoso millonario canadiense de la situación con su hijo o, simplemente, se esperará a que el piloto de 26 años decida por sí mismo que la Fórmula 1 ha sido tan dura como cruel y poco positiva para sus intereses? Solo ellos lo saben, teniendo la decisión en sus manos.