Verstappen y un 2° lugar que era lo máximo a lo que podía aspirar en Qatar
Max Verstappen mantiene su posición de líder del campeonato tras su segundo lugar en el GP de Qatar detrás de Lewis Hamilton. Sin embargo, su ritmo evidenció que Red Bull llega con menos contundencia que Mercedes a la definición por el título de Fórmula 1.
Max Verstappen se fue de Qatar con la sensación del trabajo hecho. Con un estilo de conducción cerebral y sin errores, fue capaz de gestionar el contratiempo al que se enfrentó, así como también, al mejor rendimiento de su oponente. Sigue liderando el campeonato y vivirá en quince días su primer match point de la definición del título. Sólo hay un detalle en todo esto y que puede tener consecuencias más adelante. Incluso sin tener en cuenta el castigo, estaba muy claro que Max tenía las manos atadas en Losail. El segundo puesto, por tanto, era lo máximo a lo que podía aspirar.
El holandés fue castigado con la pérdida de cinco posiciones en la parrilla por ignorar las banderas amarillas en su vuelta final de la Q3. Así, el importante segundo puesto que había logrado el sábado se convirtió en un séptimo lugar el domingo. Así, todo el drama de otro duelo en primera fila entre Hamilton y Verstappen también terminó allí, horas antes de la largada por decisión de los comisarios. Hubiera sido una interesante oportunidad para Max de ponerse como líder de la carrera en la primera curva.
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Aun así, el piloto de Red Bull largó sin problemas. No se vio envuelto en ninguna trampa y, en la quinta vuelta, ya estaba de nuevo en segunda posición. El problema era que Hamilton, de cara al viento, estaba muy por delante, casi 5s, y esta diferencia sólo aumentó a lo largo de la competencia. Aunque Max lograba girar en tiempos muy cercanos, incluso mejores que Hamilton en la primera parte de la carrera, nunca estuvo en condiciones de amenazarlo. El británico parecía controlar la carrera con tanta fluidez que la ganó de punta a punta.
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El equipo austriaco ni siquiera pudo pensar en una estrategia alternativa, un eventual undercut, para alcanzar a su rival, a pesar de que el auto mejoró considerablemente durante la carrera. Hamilton estaba realmente en otro nivel. Por lo tanto, ni saliendo de la primera fila, ni con una posible oportunidad en la primera curva, el destino de Max hubiera sido muy diferente en Losail.
Fue casi una repetición de lo que ocurrió en Interlagos, realmente. El Red Bull #33 simplemente carecía de ritmo y eso fue un gran dolor de cabeza para Christian Horner y Helmut Marko. Mercedes ni siquiera utilizó el potente motor usado por Hamilton en São Paulo. En Qatar, la unidad que se instaló en el W12 #44 fue la misma que se utilizó entre las carreras de Turquía y México.
Mercedes estaba aún mejor preparada para la inédita carrera en un circuito más conocido por las carreras de motos. El auto negro fue puesto a punto no sólo para rendir en las rectas, sino especialmente en las curvas de alta/media velocidad: Hamilton superó a sus rivales en casi todos los sectores. Los ingenieros de Brackley comprendieron que las temperaturas tendrían una gran influencia en el comportamiento de los neumáticos, así como en la configuración aerodinámica.
Red Bull, por su parte, parecía más nervioso en medio de una guerra con Mercedes en la que está presionando para entender la velocidad en línea recta de sus rivales, cuestionando la legalidad de los alerones traseros. Sólo que, dentro de sus propios garajes, tuvo que lidiar con problemas en su propio alerón. En un intento de ponerse a la altura del competidor, los ingenieros instalaron una versión diferente de la pieza aerodinámica. Pero no funcionó en absoluto. El alerón trasero de Red Bull estaba defectuoso, oscilando demasiado a altas velocidades, lo que provocó el fallo del DRS. Y comprometió la configuración general.
«El error estuvo de nuestra parte. Estábamos cuatro décimas por delante en la primera sesión de entrenamientos. Después de eso, perdimos el rumbo. Hamilton, en cambio, fue mejorando poco a poco y consiguió que el auto se adapte a su estilo», declaró Marko a la revista Auto Motor und Sport. «Nuestro caso fue el contrario. En la tercera sesión, perdimos de repente tres décimas en la primera curva», añadió el austríaco.
Al final, el equipo se vio obligado a volver a una configuración de alta carga aerodinámica más convencional, que finalmente ayudó a Verstappen.
En la carrera, Max trató de imponer una actuación más fuerte. Sin embargo, también era necesario cuidar los neumáticos. Era una idea para intentar parar sólo una vez, pero el desgaste y el riesgo de un reventón se hicieron reales. Al final, Verstappen pudo aprovechar el auto de seguridad virtual para cambiar sus neumáticos por última vez, buscando la mejor vuelta. Es un punto que podría decidir el campeonato. «Nos quitaron las opciones tácticas», se quejó el asesor de Red Bull.
Por ahora, el equipo de las bebidas energéticas tiene mucho que pensar antes de la fecha de Arabia Saudita, una pista en la que todo el mundo sabe muy poco. Aunque está como líder y tiene un gran control técnico y emocional con Verstappen, el momento es del rival.
La Fórmula 1 retornara el primer fin de semana de diciembre, con el GP de Arabia Saudita. La carrera, que tendrá lugar en el circuito de Jeddah, está programada para el 5 de diciembre, aunque el fin de semana comenzará dos días antes, el viernes 3.