#ViejoTaller: Schumacher vence con Ferrari en la despedida de la F1 de Argentina
Hace 24 años, el 12 de abril de 1998, la Fórmula 1 disputó su último GP de Argentina en el autódromo de Buenos Aires, que tuvo victoria de Michael Schumacher.
«Si llueve, gano yo». Las palabras de Michael Schumacher se volvieron anticipatorias esa semana previa al GP de Argentina de 1998, la última carrera de la Fórmula 1 en el país. Porque la máxima categoría se despidió del autódromo de Buenos Aires con una victoria del entonces bicampeón alemán, que aún no se había vuelto leyenda. A 24 años de aquella competencia, mucha agua corrió debajo del puente en la historia de la F1.
Todavía Juan Manuel Fangio, con cinco títulos, era el más campeón de la historia. Ayrton Senna era un recuerdo muy presente a pocos años de su muerte. McLaren brillaba con dos victorias al inicio de la temporada, a la par de que Williams era una sombra después de lograr dos títulos consecutivos. Argentina estaba presente en el calendario desde 1995, con un circuito corto, trabado y que poco tenía que ver con el veloz y desafiante circuito 15 utilizado en la década del 70.
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«La FIA no nos autorizó a correr en el 15 por un tema de seguridad. Tuvimos que inventar un circuito y reemplazar el sector del tobogán por la S de Senna, una curva lenta que Bernie Ecclestone (N del R: por aquel entonces, dueño de los derechos comerciales de la F1) dibujó en su oficina cuando estábamos reunidos. Era un trazado feo, porque eran imposibles los sobrepasos. Pero la cuestión seguridad era primordial porque habíamos tenido los accidentes mortales de Ayrton Senna y Ronald Ratzenberger en un mismo fin de semana de 1994», recordó el promotor de la aquella carrera, Felipe McGough.
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Y luego de las victorias de Damon Hill, con un doblete en 1995 y 1996, y de Jacques Villeneuve en 1997, la Fórmula 1 llegaba con algunas novedades para la edición de 1998. Por un lado, un nuevo reglamento técnico llevó a que algunas escuderías equiparan sus autos con unos originales alerones flotantes – o vulgarmente ceniceros- para mejorar su rendimiento aerodinámico. Además, fue la tercera carrera de Charlie Whiting como director de carrera de la Fórmula 1, quien permanecería en el cargo durante más de 20 años hasta su fallecimiento en 2019.
«Cada carrera de Fórmula 1 tiene un director de carrera, que asiste a todas las competencias del calendario, y un director de prueba que es local y trabaja con los auxiliares y banderilleros de la pista. Esa vez trabajamos en conjunto con Charlie Whiting. Fue un gusto enorme, aprendimos mucho. Recuerdo que en la vuelta previa giramos para ver que todo estuviera en condiciones. Allí, se bajó en el sector de la horquilla a levantar un papel del asfalto porque decía que no se iba a ver bien en la televisión. Ahí nació un gran director de carrera», expresó Carlos Garcia Remohí, exvicepresidente de la FIA y director de prueba de aquella competencia.
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García Remohí también recordó que el Gran Premio de 1998 fue el que tuvo más afluencia de público de las últimas cuatro ediciones. El motivo era la presencia de Esteban Tuero, quien a bordo del Minardi #23, era el primer piloto local en disputar un GP de Argentina en 17 años.
Para la acción en pista, las nubes cubrieron el circuito durante gran parte del fin de semana. El sábado, el McLaren de David Coulthard se hizo con la pole position, y relevó a la Ferrari de Schumacher al segundo lugar. Sin embargo, el domingo las fuerzas se inviertieron. El alemán largó mal, llegó a estar tercero detrás de Mika Hakkinen, pero logró capturar la punta en la tercera vuelta para no soltarla jamás. Ni siquiera una dramática salida de pista en las últimas vueltas impidió que Schumacher ganara aquel Gran Premio. Estaba claro que Neptuno, Dios romano de los cielos y de las lluvias, ese domingo era un tifosi más. Esteban Tuero, por su parte, no corrió la misma suerte. Penó con un espantoso pitstop de 40 segundos y abandonó a nueve vueltas del final por un despiste en la recta principal.
«El fanatismo en Argentina por Ferrari es muy grande. Teníamos el deseo de que la escudería ganara alguna carrera de aquellos años y en el ´98 se dio. Igualmente fue una carrera complicada porque la situación venía torcida. Habíamos hablado con Ecclestone y sabíamos que era difícil continuar. Tal es así que Bernie no viajó a Argentina en esa oportunidad, lo que nos dio el primer indicio de que iba a ser muy complicado seguir», añadió McGough.
Con algo de incertidumbre, la Fórmula 1 dejó la Argentina con destino a San Marino. Y pese a aquella victoria de Schumacher, Hakkinen sería el campeón. Todavía no había un panorama claro hacia 1999, aunque en hipótesis, la presencia en el calendario de la temporada siguiente estaba asegurada. «Teníamos un contrato por siete años. Después de los primeros cuatro negociamos una extensión por tres años más para la fecha de 1999, que incluían más obras. El contrato estaba firmado, sin embargo no pudimos conseguir las garantías y los avales para continuar con el acuerdo. Hablamos con Ecclestone hasta último momento para dejar pasar el ´99 y ver alguna posibilidad más adelante, pero ya no había mucho más que hacer», recordó el promotor.
¿Una oportunidad perdida?
Casi 20 años después de su última visita a la Argentina, la Fórmula 1 por medio de Charlie Whiting retornó a Buenos Aires para inspeccionar el circuito en 2017. Esta vez, la idea contemplaba correr en un trazado que era similar en la primera parte al utilizado en la década del ´90 (recta y curva de la confitería) combinado con el extenso circuito 12, aunque sin la S de Siervo; y con la inclusión de una chicana en el sector que ocupa el curvón Salotto y otra en la recta del fondo. Con estas obras, el autódromo Gálvez volvería a tener el grado 1 en la FIA.
«Participé de esas negociaciones en 2017, fue la vez que la F1 estuvo más cerca de volver a Argentina. Estaban alineados tanto el gobierno nacional como el de Buenos Aires y estaban dispuestos a hacer las obras y acompañar con el canon. Sin embargo, esa cantidad no alcanzaba. Ya estaban los planos y las visitas hechas, pero no se pudo aprovechar esa ventana. Hoy por hoy ya es muy difícil, tampoco la situación de Argentina tampoco acompaña para organizar una carrera», manifestó McGough.
«Whiting era un enamorado del circuito. Había planeado cuatro zonas de DRS y lo único que había que hacer era cambiarle el radio a las curvas, porque eran demasiado rápidas. Él pretendía que hubiera sectores más pronunciados porque sino los autos los iban a tomar a fondo. Las modificaciones eran pocas», contó, por su parte, García Remohí.
Sin embargo, la llegada de nuevas competencias como Miami, Las Vegas, el retorno de China o la inclusión de Arabia Saudita y Qatar alejan cada vez más la posibilidad del retorno de un GP de Argentina. Por lo pronto, queda como último recuerdo aquella victoria de Schumacher entre nubes y chaparrones, el 12 de abril de 1998. Ese día, la Fórmula 1 se fue de Argentina sin despedidas amargas, pero con una promesa de retorno que se quedó paralizada en el tiempo.