#ViejoTaller: Fernando Alonso y su última victoria en F1 en el GP de España 2013

Dicen que la esperanza es lo último que se pierde. Ese ha sido el lema implícito de Fernando Alonso desde que obtuvo su segundo título del mundo con Renault, en 2006. Un movimiento hacia McLaren, al año siguiente, desató una de las peleas internas más recordadas en la historia reciente de la F1.

Alonso llegaba como una estrella asentada en el paddock de la categoría reina del deporte motor, y Lewis Hamilton, un novato campeón de la GP2-actual Fórmula 2-, en 2006, era su nuevo compañero de equipo en la escudería con base en Woking.

Tras un año de todo tipo de tensiones, con el punto más alto en el GP de Hungría de 2007, el asturiano volvió a Renault para el año 2008, donde vivió otra polémica: el CrashGate del GP de Singapur. Tiempo después de eso, se supo, por boca de su compañero, Nelsinho Piquet, que había chocado adrede para que el español ganase la carrera por orden de Flavio Briatore, por entonces jefe de Equipo.

Una vez con el escándalo desatado en 2009, Ferrari llamó a las puertas de Alonso para la temporada 2010. Todo el mundo, espectadores y periodistas, querían verlo campeón del mundo con la escudería de Maranello.

Antes de la última victoria en 2013, debieron pasar dos grandísimas decepciones para “Magic”, como lo calificó alguna vez Antonio Lobato: Perdió el título del mundo en 2010 en Abu Dhabi, luego de ser incapaz de superar al coche de Vitaly Petrov.

Luego de eso, en 2012, una tremenda remontada en el GP de Brasil de Sebastian Vettel lo dejó sin la tercera corona del mundo de una manera dramática, que dejó una de las fotos más recordadas del “Nano” en la Fórmula 1.

En lo que sería el último año dominante de Vettel, y de Red Bull, en la era de los motores a combustión, Alonso se alzaría con el triunfo número 31 un mes antes de correr el GP de España, en China.

Y ese domingo 12 de mayo de 2013 estaría destinado a ser el último día glorioso de Fernando Alonso hasta nuestra actualidad, donde “La 33”, en alusión a un nuevo triunfo, se hace cada vez más eco entre sus seguidores por el espectacular, e inesperado, arranque de temporada 2023 del Aston Martin.

Hace 10 años, Alonso corría para Ferrari y largó quinto en el Circuit de Barcelona-Catalunya, donde se disputaba ese día el Gran Premio de España. Por entonces, las estrategias le permitieron saltar desde su quinto puesto en la grilla de partida hasta la punta, en el giro 13, gracias a un notable ritmo del coche y cuatro paradas para cambio de neumáticos.

Por aquel entonces, los compuestos de neumáticos se degradaban mucho más que ahora, razón por la que Pirelli, proveedora de los compuestos ya desde ese lejano 2013, optó por endurecer las gomas y esto no mejoró en nada el espectáculo, favoreciendo a un imparable Sebastian Vettel en la última parte del campeonato. La empresa italiana había reemplazado a Bridgestone ese año, y se cuestionaba la seguridad y durabilidad de sus productos.

Aunque el Mercedes de Nico Rosberg salió en pole, fue superado por sus rivales, para acabar incluso atrás de Vettel, en sexto puesto. Alonso dominó todo el desarrollo de la prueba para ganar por última vez en la Fórmula 1, seguido de Kimi Raikkonen y su Lotus, más el otro Ferrari, el de Felipe Massa.

Una vez que terminó la carrera en Barcelona, Fernando se llevó la ovación de todo el público presente en las tribunas, y lo vieron ondear una bandera española en el podio. El día perfecto.

Sin embargo, ya no se volvería a ver a Alonso en lo más alto de un podio en la Fórmula 1. Esa temporada 2013 acabó con 13 victorias para Red Bull y 397 puntos para Sebastian Vettel. Esto hizo que la categoría implementara los motores híbridos para 2014, última temporada de Alonso en Ferrari, y se abriera otra era dominante: La de Mercedes.

Mientras el dominio en la Fórmula 1 se ampliaba cada vez más en favor de Mercedes, Alonso volvió a McLaren en 2015 con la ilusión de recolocar al equipo en la zona alta, pero fue toda una pesadilla por la falta de fiabilidad de los motores de Honda, cambiados por los de Renault para 2018.

La era híbrida se asentaba como un fracaso estrepitoso en aquellos años del nuevo reglamento, por lo que el asturiano no podía ni pisar el top cinco con McLaren. Por esto, y en búsqueda de nuevos desafíos deportivos, hizo dos veces la Indy500, en 2017 con Andretti-Honda, que terminó en abandono luego de una rotura de motor, y en 2020, con McLaren-Chevrolet, en una deslucida participación.

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En 2019, se recordará cuando el español fue sacado de la carrera por el Juncos Racing en la sesión clasificatoria del “Bump Day”, que elimina a los pilotos más lentos por fuera de los 33 que van a correr la prueba más importante de la IndyCar.

Y a pesar de su retiro a finales de 2018, el doble campeón del mundo de F1 se dio el gusto de ganar el título en el Mundial de Resistencia y las 24 horas de Le Mans con Toyota, además de realizar incursiones en el Rally Dakar. El talento estaba ahí.

Alonso no se olvidaría de la F1, y la F1 tampoco de Alonso. Se produjo en 2021 un segundo regreso a Renault, ahora denominado Alpine, con el que demostró largamente que clase de piloto es, pero solo logró un podio, en el GP de Qatar de 2021. Su sorprendente arribo a Aston Martin este año suponía un desafío porque el equipo había quedado séptimo en el Mundial de Constructores de 2022.

Los 4 podios en 5 GP de 2023 dejaron a todos boquiabiertos y con la latente ilusión de ver ganar de nuevo a Fernando Alonso Díaz en la Fórmula 1 a sus 41 años y con un auto capaz de lograrlo, siempre y cuando se pueda batir a los Red Bull, el equipo que más sombras le causó en su carrera.