Récord de Castroneves en Indy 500 corona la osadía de quien nunca dejó de creer

La cuarta victoria de Helio Castroneves en la Indy 500 tiene varias explicaciones y factores implicados. Pero probablemente nada resuma mejor el logro absolutamente histórico que el brasileño protagonizó este domingo que la recompensa para alguien que nunca, en ningún momento, dejó de creer en su propio potencial. Más que eso, muestra la valentía de un hombre que, a los 45 años, se arriesgó por primera vez en dos décadas a llevar a cabo un proyecto totalmente desconocido.

Tal como indica la tradición, Castroneves festejó con leche en el podio. (Foto: Twitter)

Audacia y creer en sí mismo. Así es como Helio tomó posiblemente la decisión más valiente de su carrera. Tras 20 años de uno de los matrimonios más increíbles de la historia del automovilismo estadounidense, el brasileño se encontró sin sitio en la poderosa Penske y tuvo que elegir: reposicionarse en SportsCar, donde había sido campeón en 2020, retirarse o probar con un nuevo equipo y volver a Indy. El paulista optó por la tercera vía.

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Después de muchas conversaciones y un acercamiento con McLaren, Helio firmó con Meyer Shank para ser piloto de un segundo coche de un equipo que no tuvo más que una temporada completa en Indy, con Jack Harvey. Sin dejarse amedrentar por lo que pudiera venir, Castroneves firmó un contrato de seis carreras con un equipo que apenas conocía y que, al final, tendría que debutar en la Indy 500, el principal motivo del acuerdo.

El brasileño Helio Castroneves logró su cuarta consagración en la Indy 500. (Foto: IndyCar)

Y así, a los 46 años, el veterano comenzó su nueva aventura, siempre pensando en su cuarta victoria en Indianápolis, mientras buscaba el récord de triunfos en la mayor carrera del mundo. Una corta pretemporada, unos pocos test y Helio tuvo sus días para aprenderse los nombres de sus compañeros y crear un entendimiento capaz de ser mínimamente competitivo en la carrera que tanto ansiaba volver a disputar.

Luego llegó la clasificación, un puesto en el Fast Nine y la sensación general de que Castroneves ya había dejado su huella en la Indy 500. Al fin y al cabo, en su debut en un equipo pequeño, después de 20 años en Penske, ahí estaba, saliendo en las tres primeras filas. Suficiente, ¿verdad? Bueno, tal vez lo era, pero Helio quería mucho más y sabía que podía conseguirlo.

Un discurso ultra-optimista en la semana previa a la carrera dejó claro que Helio no pensaba en el top-10, en el primer paso del nuevo proyecto, nada de eso. Castroneves quería su cuarta Indy 500, y tenía que ser en 2021. Con esta actitud, el brasileño luchó incansablemente desde las primeras vueltas.

Largada de la 105° edición de las 500 Millas de Indianápolis. (Foto: IndyCar)

La impresión todo el tiempo fue que Helio era realmente alguien a tener en cuenta en la carrera. El buen ritmo se combinó con unas paradas en boxes seguras y un estilo de conducción perfecto, que supo equilibrar la agresividad con un lado muy cerebral, como cuando dejó que su rival directo Álex Palou liderara de forma estratégica o cuando mantuvo al piloto catalán por detrás en las rectas sin que pudiera aprovechar la succión.

El final fue impresionante y no había forma de que fuera diferente. No bastaba con ganar a los 46 años, no bastaba con triunfar en el debut de un equipo modesto, todavía tenía que ser en una carrera histórica. Y así fue, superando a Palou en las tres últimas vueltas, como Castroneves se llevó la Indy 500 a casa y puso al IMS en un ambiente de final de Mundial de fútbol.

La Indy 2021 de las bellas historias consiguió una que tocó profundamente a cualquier aficionado al automovilismo. La temporada del renacimiento de Romain Grosjean, la explosión de los talentosos ‘Next Gen’ y otro episodio de Scott Dixon contra Josef Newgarden tuvo otro capítulo, posiblemente el más especial de todos.

Castroneves, increíblemente, vuelve a cambiar de nivel. Si ya era una leyenda indiscutible, adquiere un estatus casi inmortal. Sólo así se puede describir a alguien que gana cuatro veces la carrera más importante y difícil del automovilismo. AJ Foyt, Al Unser Sr. y Rick Mears, el trío que parecía inalcanzable, tiene ahora la compañía de Helio que, sin dudas, irá en busca de su quinto anillo en 2022.

Castroneves dejó Penske después de 20 años y ganó su cuarto anillo con Meyer Shank. (Foto IndyCar)

El plan era comenzar una nueva historia y hacer que Meyer Shank subiera de nivel en unos años, posiblemente como titular a tiempo completo en 2022. La realidad fue mucho más sabrosa y la primera victoria de la vida del equipo llegó en el mejor momento posible, en el escenario más deseado.

Utilizando una expresión del póker, Castroneves fue «all-in» al firmar con Meyer Shank y terminó rompiendo la banca. El brasileño podría haber bajado de rendimiento ya en la recta final de su carrera, el equipo podría fallar con el coche, cometer errores en las estrategias, en los pit-stops, sería normal que todo esto sucediera. Pero Helio siempre creyó, siempre confió en la magia que se produciría en la que sin duda es su segunda casa.

Sin saber que era imposible, Helio fue allí y lo hizo. Y lo hizo por cuarta vez, lo hizo por uno de los récords más hermosos que ha tenido Brasil en el deporte. Oficialmente, Castroneves es el más grande que ha tenido Indianápolis.