Marc Márquez revela que pidió a los médicos que le controlaran: “Soy un animal salvaje”

Marc Márquez ha revelado que ha pedido mano dura a sus médicos para evitar otro intento de acelerar su regreso a MotoGP tras su cuarta operación en el brazo derecho. El español reconoce que todos los problemas físicos a los que se ha enfrentado en los últimos años son consecuencia directa de un desastroso intento de volver rápidamente a las pistas tras romperse el brazo en el arranque del campeonato de 2020.

La épica remontada del seis veces campeón de MotoGP comenzó en el GP de España 2020, cuando se cayó hacia el final de la carrera y fue golpeado por la rueda de su propia moto. El hermano de Álex fue operado poco después pero, mientras seguía en el hospital, hizo flexiones para intentar correr el fin de semana siguiente. El regreso a Jerez de la Frontera, sin embargo, no fue como estaba previsto: Marc sucumbió al dolor y se retiró del GP de Andalucía, pero siguió entrenándose para correr la siguiente prueba.

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El esfuerzo provocó daños en la placa de titanio, lo que motivó una segunda operación. La recuperación, sin embargo, no funcionó y, al cabo de los meses, fue necesaria una nueva intervención, que esta vez también requirió un injerto óseo. Márquez volvió a la actividad e incluso ganó en otra ocasión, pero siguió sufriendo con la movilidad y los dolores. El año pasado, el #93 optó por una cuarta operación, en la que los médicos seccionaron y rotaron el hueso para intentar solucionar el problema de una vez por todas.

En la fase final de su recuperación, Marc admite que algunos miembros de su familia eran partidarios de la retirada, lo que le hizo prometer que la operación en Estados Unidos sería su última carta.

«Mi abuelo era uno de los que estaba a favor de que parara», declaró Márquez a la revista española GQ. «Me dijo que tenía suficiente para vivir, fue muy directo. Y le dije: ‘Abuelo, te prometo que la operación de húmero será la última, pero déjame intentarlo, porque me están dando una solución’. Intentémoslo. Y, hecho esto, lo intenté y cambió todo el escenario», prosiguió.

Márquez recordó el fin de semana del GP de Italia del año pasado, cuando recibió una llamada telefónica del doctor Joaquín Sánchez Sotelo, quien le informó de la posibilidad de someterse a una nueva intervención quirúrgica.

«El jueves del GP de Mugello estaba listo para correr cuando me llamaron de la Clínica Mayo y me dijeron: ‘Oye, bájate de la moto’. Hemos confirmado que tienes una rotación de 34° y eso es inhumano. No sé cómo lo haces con el brazo, pero es excesivo’. Siempre me dijeron que más de 20° sería demasiado. Y eran 34°», comentó. «Mirando atrás ahora, pienso: ‘Vaya, vas a 350 km/h, con la cabeza en otro sitio, pensando en la operación a la que te vas a someter la semana que viene'», recuerda.

Como ha hecho otras veces, Marc asumió que el gran error fue haber intentado precipitar su regreso a las pistas tras la fractura que sufrió en el arranque de la temporada 2020. Así que esta vez trató de ser más cauto.

«Miré al médico y le dije: ‘Mira, ahora soy un animal salvaje que has enjaulado. Cuando abras la jaula, saldré, así que no la abras hasta que veas que estoy listo'», relató. «Se lo pedí porque ya había experimentado el subidón y sé que si el médico me dice que en un mes o mes y medio podré probar la moto, lo haré», informó.

Por último, el piloto asumió que ya no tendrá un brazo sano, pero confía en que será mejor que el año pasado.

«El objetivo que me fijé fue la primera carrera de marzo. Entonces sabré cuál es el 100% de este brazo, que obviamente no será el 100% de un brazo sano, pero tenemos que llegar a un punto en el que sea funcional y perfecto para montar en moto. Y creo que lo conseguiremos, porque me parece mucho mejor», concluyó.