Jefes de equipo y F1 agendan reunión para debatir realización del GP de Rusia

Los equipos de la Fórmula 1 se reunirán este jueves por la noche en Barcelona para discutir los efectos de la invasión rusa en Ucrania. Se espera que los jefes de equipo discutan si el GP de Rusia, previsto para el 25 de septiembre en el circuito de Sochi, se celebrará.

Los responsables confirmaron a la prensa que la decisión de reunirse se produjo después de que el tetracampeón del mundo Sebastian Vettel, piloto de Aston Martin, dijera que no correría en el país independientemente de la cancelación o no de la carrera. Otros nombres como el campeón defensor Max Verstappen y Pierre Gasly también se han pronunciado al respecto.

Los efectos de la invasión rusa, que comenzó en la madrugada del jueves, ya empiezan a aparecer en el deporte. La UEFA optó por cambiar la sede de la final de la Champions League de junio, que inicialmente iba a celebrarse en San Petersburgo.

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En un comunicado emitido antes del inicio de la segunda jornada de pruebas en Barcelona, la Fórmula 1 dijo que estaba supervisando los acontecimientos y optó por no hacer comentarios sobre la organización de la carrera. Stefano Domenicali, director ejecutivo de Liberty Media, se refirió sobre el tema.

«La Fórmula 1 intenta controlar la situación. Tendremos una reunión entre nosotros para entender lo que ocurre y cómo afrontarlo. La F1, en este sentido, no es lo más importante. Lo que está sucediendo allí es muy triste», afirmó.

«Por el momento sólo podemos intentar tener, entre nosotros, la discusión y entender las implicaciones, y cuál es la mejor opción para el futuro», finalizó.

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¿Cómo se desencadenó el conflicto entre Rusia y Ucrania?

Este lunes, el presidente ruso Vladimir Putin reconoció, mediante un decreto, la independencia de las provincias separatistas de Donetsk y Luhansk. La medida generó sanciones de la Unión Europea y Estados Unidos al gobierno y a las empresas del país. Además, aumentó también el temor a un enfrentamiento bélico en la región.

El jueves, Rusia atacó a Ucrania en un movimiento calificado por Kiev como una «invasión total». A las 5:45 de la madrugada de Moscú, Vladimir Putin, presidente de Rusia, anunció en un comunicado una «operación militar especial» para «proteger a la población del Donbass», una zona de mayoría étnica rusa en el este de Ucrania.

El mando militar ruso afirmó que «las armas de precisión están degradando la infraestructura militar, las bases aéreas y la aviación de las Fuerzas Armadas de Ucrania». Según la cadena británica BBC, hay informes de tropas que cruzan varios puntos de la frontera y explosiones cerca de las principales ciudades del país, no sólo en Donbass, donde los grupos separatistas han sido reconocidos por Rusia.

En la televisión, Putin dijo que Rusia no planea una ocupación de Ucrania. Sin embargo, amenazó con una respuesta «inmediata» a cualquiera que intente perturbar la operación actual. El gobernante ruso recomendó a los soldados ucranianos que se rindieran y volvieran a casa. «De lo contrario, se culparía a la propia Ucrania del derramamiento de sangre», consideró Putin.

El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky decretó la ley marcial en todo el país, instituyendo un régimen de guerra y convocando a gran parte de los reservistas de las fuerzas armadas. En las últimas horas, hay numerosas imágenes de ciudadanos ucranianos que intentan huir de la capital, Kiev, en coche o en transporte público. Además, hay colas en los cajeros automáticos y en los supermercados.

Según las autoridades ucranianas, hasta ahora hay al menos 50 muertos entre soldados y civiles. Se trata del conflicto militar más grave de Europa en la que está implicada una potencia nuclear y una de las mayores desde la Segunda Guerra Mundial.