Toyota revela que arrollamiento de ardilla perjudicó al #8 en Le Mans: «Grandes daños»

Por primera vez en los últimos cinco años, Toyota fue derrotada en las 24 Horas de Le Mans, que terminó con la victoria de Ferrari el pasado fin de semana. Y, en una edición en la que el equipo japonés no mostró la superioridad que había tenido en las últimas participaciones, una ardilla también fue clave para impedir la racha de triunfos que estaba vigente desde 2018.

Antes del error de Ryo Hirakawa, que se estrelló contra el muro en la penúltima hora de carrera y selló el destino de Toyota, el piloto nipón vivió una situación insólita en el Circuito de La Sarthe: atropelló a una ardilla, que dañó la parte delantera de su coche y le hizo perder cada vez más tiempo frente al Ferrari #51, que limó la ventaja de sus rivales y tomó el liderazgo en el momento en que el coche #8 entró en boxes.

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«Tuvimos algunas ventanas [de tiempo] en las que a veces dominábamos sobre Ferrari», señaló Pascal Vasselon, director técnico de Toyota. «Hay una lógica detrás de eso. Justo después de uno de esos momentos en los que éramos competitivos, Ryo [Hirakawa] chocó contra una ardilla», reveló.

«No era una ardilla pequeña, probablemente, porque causó daños importantes en la parte delantera del auto», lamentó. «Estuvimos en apuros hasta el final de la carrera, cuando pudimos cambiar la parte delantera», explicó.

A pesar del cambio, Toyota ya no pudo recuperar el tiempo perdido. Aconsejado de empujar al máximo cuando regresó a la pista, Hirakawa cometió un error en la frenada y chocó contra el muro. El piloto japonés volvió a la competencia, pero sus opciones de victoria, que ya eran escasas, en ese momento quedaron descartadas.

El golpe de la ardilla no fue el único problema que Toyota experimentó en Le Mans. Mientras que el coche #8 consiguió cruzar la línea de meta en segunda posición, el #7 no tuvo tanta suerte y abandonó después de que Kamui Kobayashi se viera involucrado en un accidente dentro de una de las zonas lentas de la pista.

Según Vasselon, el abandono del piloto japonés hizo temer al equipo que la carrera terminara sin ningún coche en pista, ya que la temperatura del #8 -que seguía en competencia- empezó a aumentar de forma alarmante. En la parada en boxes, el fabricante descubrió que algunos restos impedían el correcto paso del aire en el motor.

«En ese momento, realmente pensamos que perderíamos los dos coches», subrayó. «Al mismo tiempo del accidente del #7, tuvimos una subida de temperatura gigantesca en el motor del coche #8, sin ninguna indicación de lo que estaba pasando. No había nada visible desde el exterior, los índices aerodinámicos estaban bien», argumentó.

«Decidimos quitar el frontal, cambiarlo y echar un vistazo», explicó. «Había un gran trozo de Kevlar [polímero resistente al calor que también se encuentra en las carrocerías de los hypercars] atascado en el interior de la suspensión y bloqueando el flujo [de aire] del radiador. Pudimos quitarlo y continuar la carrera», concluyó.