Aston Martin atraviesa año de transición mientras espera la mejor versión de Vettel
Aston Martin cierra la primera mitad de la temporada tras un GP de Hungría que lo tuvo a maltraer. El equipo comenzó la carrera involucrado en el incidente de la primera vuelta, cuando Lance Stroll se equivocó al llegar a la primera curva y embistió a Charles Leclerc. Y como si eso fuera poco, tras la gran carrera que protagonizó Sebastian Vettel que lo ubicó en el segundo lugar del podio, un fallo en el sistema de combustible lo excluyó en la técnica por no contar con suficiente gasolina para tomar la muestra requerida por la FIA (Federación Internacional del Automóvil).
Ese fin de semana fue una gran oportunidad perdida. Sobre todo, porque Aston Martin está pasando por una temporada de transición, y las posibilidades de podio no abundan, diferente a lo que fue con su antecesora Racing Point. Definitivamente, no es la performance que el magnate Lawrence Stroll imaginaba tener en el primer año como equipo oficial de la legendaria marca británica.
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Para entender la presente temporada de Aston Martin también hay que retrotraerse al año pasado, cuando se dictó el nuevo reglamento técnico impuesto para la temporada 2021. Esa normativa, que impuso un nuevo diseño del sector trasero de los monoplazas y recortes del piso, tuvo como principal destinatario la caza de Mercedes. Solo que también terminó hiriendo a Racing Point, que por aquel entonces competía con un “Mercedes Rosa” inspirado en el diseño de los campeones en 2019, y que también cuenta en esta temporada con reminiscencias del auto del año anterior de los alemanes.
Por lo evidenciado en la pretemporada en Bahrein, este cambio de reglas fue un dolor de cabeza para la ahora denominada Aston Martin. La escudería se reforzó con la llegada del cuatro veces de campeón Sebastian Vettel, que había terminado su vínculo con Ferrari, para acompañar a Lance Stroll y ser sustituto de Sergio Pérez. Sin embargo, tanto equipo como piloto sufrieron problemas de adaptación, y el alemán fue el piloto que menos giró con 117 vueltas, 120 menos que el que más vueltas dio, Pierre Gasly, con 237. Stroll, por su parte, pudo andar un poco más, con 197, pero igualmente con un desempeño que no fue el esperado.
“Ciertamente teníamos muchas expectativas después de que el equipo había tenido una muy buena temporada el año pasado con Racing Point. Por supuesto, el cambio reglamentario nos afectó a nosotros y a Mercedes. La gran ventaja que tuvimos el año pasado se ha ido. Y eso nos duele un poco más», expresó Vettel en aquel momento sobre el cambio reglamentario.
Y realmente, Seb tenía razón. Fue un golpe para Aston Martin.
Durante el inicio de la temporada, la escudería pasó de las mieles del año pasado a marcar apenas cinco puntos en las cuatro primeras carreras, todas obtenidas por Stroll luego de un 10° puesto en Bahrein y un 8° lugar en Emilia Romagna. El alemán, por su parte, terminó muy lejos del Top-10 en esas primeras competencias, donde un 13° lugar en el GP de España fue su mejor actuación.
Sin embargo, una gran transformación, con tintes de sorpresa, ocurrió en la quinta etapa, en el GP de Mónaco. Ese Gran Premio comenzó difícil para Seb, con un pequeño cuerpo que entró en su ojo y le impidió realizar con normalidad los entrenamientos. Pero una buena puesta a punto del AMR 21 lo llevó al quinto lugar en carrera que curiosamente también un día sombrío para Mercedes, que apenas logró cosechar un séptimo puesto con Lewis Hamilton, su gran hacedora de potencial en el último tiempo.
Sin embargo, lo que parecía ser una sorpresa fue una ratificación con segundo puesto obtenido en Bakú por el alemán, en lo que fue significó el único podio de la temporada hasta el momento para Aston Martin tras la posterior desclasificación en Hungría. Esta loca carrera en la capital azerbaiyana, donde no sumaron puntos ni Lewis Hamilton ni Max Verstappen, los dos contendientes al título, le entregó su primer podio en su nueva casa al alemán. Aunque como contrapartida, la fiesta no se dio completa debido a un golpe de Stroll contra el muro. Esta carrera demostró que si bien Aston Martin no tiene un auto rápido, lograba administrar bien los neumáticos y aguantar stints enormes.
A partir de la siguiente carrera, Aston Martin regresó a la mitad del pelotón, donde Stroll no volvió a superar el octavo puesto, y Sebastian Vettel cobró más notoriedad por sus nobles actitudes fuera de pista. En Silverstone, el alemán se quedó en las tribunas luego del Gran Premio para recoger los residuos que el público británico dejó en el autódromo, y luego en Hungría, tomó una fuerte postura en favor de los derechos de la comunidad LGBTQIA como protesta a la falta de derechos que impone el gobierno derechista de Viktor Orban. En Hungaroring, Seb se destacó, pero terminó excluido sin haber tenido la culpa. El alemán va recuperando la confianza que no tenía en su traumática última etapa con Ferrari.
De todas maneras, es probable que Aston Martin vuelva a sorprender con alguna buena tarea en la segunda mitad del año, pero como está dicho, este año es de transición. Tom McCullough pasó de ser ingeniero de pista a ser director de rendimiento, con lo que ganará más responsabilidades al ser encargado de los trabajos en la pista y en la fábrica. Luego, Andrew Green fue nombrado como el máximo responsable técnico de la escudería, y debajo suyo fue contratado Dan Fallows como nuevo director técnico, tras haber pasado varios años como jefe de aerodinamia de Red Bull.
Frente a todo este movimiento, y siempre bajo el mando de Otmar Szafnauer como director, Aston Martin tiene los cimientos para aspirar a un poco más que el séptimo puesto en el Mundial de Constructores que ocupa hasta el momento, con 48 puntos, de los cuales 30 obtuvo Vettel y 18 Stroll. Resta saber si Sebastian podrá reverdecer como en aquellos años junto a Fallows en un futuro, y si Lance Stroll podrá estar a la altura de las circunstancias de ese salto de calidad.