Ex-manager admite que «no tiene esperanzas» de ver a Schumacher de nuevo

Willi Weber, ex-manager de Michael Schumacher, afirmó que ya no tiene esperanzas de volver a ver a su antiguo representado y admitió un gran arrepentimiento por no haber visitado al heptacampeón antes de la ruptura con la familia.

El accidente de esquí de Michael Schumacher cumplirá 10 años el próximo 29 de diciembre. Willi Weber, ex-empresario del heptacampeón mundial, volvió a hablar sobre su antiguo amigo y cliente, y admitió que lamenta no haber visitado a Michael en el hospital. Hoy en día, la relación de Willi con la familia Schumacher está rota y ha recibido muchas críticas en la prensa.

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El 29 de diciembre de 2013, Schumacher sufrió una caída mientras esquiaba fuera de pista en la estación de Méribel, en los Alpes Franceses, y golpeó su cabeza contra una piedra. Michael fue puesto en coma inducido, condición en la que permaneció hasta junio del año siguiente. Un misterio rodea las lesiones cerebrales de Schumacher, que entre hospitalizaciones y cuidados en casa, tiene un estado de salud prácticamente desconocido.

Michael Schumacher y Willi Webber (Foto: Ferrari)

En una entrevista con el periódico alemán Express.de, Willi admitió que no tiene esperanzas de volver a ver a su antiguo cliente. Fue empresario del heptacampeón mundial desde finales de los años 80 hasta el final de la carrera del piloto en 2012.

«Estuve de luto como un perro después del accidente. Cuando pienso en Michael ahora, lamentablemente no tengo esperanzas de volver a verlo, sin noticias positivas después de 10 años», declaró Weber.

Recientemente, Willi Weber publicó la autobiografía ‘Benzin Im Blut‘ (Combustible en Sangre, en traducción literal del alemán), donde habló abiertamente sobre el arrepentimiento de no haber visitado a Schumacher en el hospital y el peso de no tener información sobre su estado de salud.

«Claro que me arrepiento mucho, y me culpo. Debería haber visitado a Michael en el hospital. Eso me afecta mucho, como puedes imaginar. Incluso tres o cuatro años después, las personas que me reconocen me preguntan cómo está. Luego, dejé de intentar explicar y pensé: ‘¿Por qué nadie pregunta cómo estoy yo?’. Fue claro. Este es el final, necesito sacarlo de mi cabeza», concluyó.