AnálisisGP: Red Bull invierte roles, domina y deja a Mercedes con las manos atadas

«Es la primera vez en ocho años que nos falta ritmo». La frase de Toto Wolff resume bien el intrigante momento que atraviesa Mercedes en la Fórmula 1, tras siete títulos mundiales consecutivos y un dominio nunca visto en la historia del Mundial. La estrepitosa derrota ante Red Bull en el GP de Estiria dejó al descubierto no sólo la fragilidad de la escudería alemana, sino que hizo evidente un cambio en la dinámica de la disputa del campeonato en 2021.

Pasaron cuatro carreras desde la última victoria, allá por Barcelona, donde Mercedes entendió que había encontrado lo mejor de su coche. Desde entonces, Red Bull se llevó todo. Y lo más aterrador: los cuatro triunfos se produjeron en circuitos muy diferentes y en condiciones totalmente distintas. Al principio, se entendía que los coches del equipo de las bebidas energéticas serían siempre los mejores en trazados urbanos y de baja velocidad, como Mónaco. Pero entonces la F1 aterrizó en Azerbaiyán, que tiene un dibujo extremo, en el que la puesta a punto debe cubrir tanto un largo tramo de velocidad, como una parte más lenta, que requiere una buena tracción. Pero ahí estaba Max Verstappen dominando: el pinchazo le quitó la victoria, pero no borró su categórica exhibición.

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Después de eso, la impresión fue que Mercedes no era competitivo en circuitos urbanos, a pesar de la sólida actuación de Lewis Hamilton en las calles de Bakú; de no haber sido por su error en la reanudación, podría incluso haber ganado. Por lo tanto, Paul Ricard serviría de trampolín para que los siete campeones dieran un salto hacia la normalidad. Al fin y al cabo, el circuito francés, muy similar al de Barcelona, volvería a poner al equipo en marcha. No obstante, Red Bull tenía otros planes. Allí, el RB16B demostró ser rápido y casi inmune a los problemas de desgaste de los neumáticos. La asombrosa velocidad en línea recta de Verstappen levantó las cejas de Wolff, que no tardó en encontrar la culpa del fallo en el nuevo motor Honda.

Sin embargo, Mercedes no pareció darse cuenta de que el rendimiento de Red Bull en las curvas y en los tramos más trabados seguía muy bien. La gota que colmó el vaso llegó entonces, en Estiria. De nuevo, los austríacos volaban en el circuito corto de su patio trasero, pero también mostraban eficiencia mecánica y poca degradación de neumáticos. Una vez más, los actuales campeones se quejaron.

El podio de Estiria con Verstappen, Hamilton, Bottas y Helmut Marko, consultor de Red Bull. (Foto: AFP)

Pero lo cierto es que la escuadra alemana ya no controla nada. El W12 es un modelo particular, que tiene una limitación de rendimiento, se enfrenta a la dificultad de alcanzar la temperatura correcta de los neumáticos y, por el momento, no tiene la misma velocidad en línea recta que su competidor. «Intento no preocuparme demasiado por eso, pero son más rápidos. No hay mucho que pueda hacer al respecto, sólo tenemos que seguir intentando hacer el mejor trabajo posible cada fin de semana», expresó Lewis Hamilton.

«Necesitamos encontrar algún rendimiento, realmente necesitamos algún tipo de mejora. No sé si es sólo el alerón trasero o si es la mejora del motor, sea lo que sea, pero tenemos que sumar algo de rendimiento de alguna parte».

«No recuerdo la última vez que tuvimos actualizaciones. Claramente ellos tenían la actualización del motor y traían algunas otras partes del paquete. Aunque queda mucho, mucho camino por recorrer, con ellos rindiendo así, no tenemos mucho que hacer», reconoció el inglés.

«Así que, por supuesto que quiero mejoras, pero no creo que esté previsto. Todavía hablaremos de ello. Pero ahora es así».

Max Verstappen se impuso con autoridad en el GP de Estiria. (Foto: Getty Images / Red Bull Content Pool)

Las declaraciones suenan casi como una súplica y es simbólico cuando Hamilton admite que no puede hacer nada frente a un rival. Excepto que ese escenario también tiene una explicación y proviene de una interesante decisión tomada por Mercedes. El equipo ya optó por detener el desarrollo del auto, para centrarse en el proyecto de 2022. Por lo tanto, trabajar en las actualizaciones también significa quitarle tiempo al tablero del nuevo monoplaza. Pero, ¿cuál vale más?

«Estamos llamados a equilibrar dos situaciones. Y el tiempo dirá si tomamos o no las decisiones correctas», admitió Wolff. «Podemos decir que estas son las consecuencias del parate en el desarrollo. Creemos que el reto que tenemos por delante en los próximos años es muy, muy importante y queremos afrontarlo de la mejor manera posible. Por nuestra parte, aprovecharemos al máximo el paquete que tenemos y la batalla está lejos de terminar», añadió el dirigente.

Los austríacos, por su parte, trabajan a conciencia con el proyecto del año que viene, incluso teniendo en cuenta el techo presupuestario, pero saben que no se puede renunciar a lo conseguido hasta ahora. «Es una competencia increíblemente ajustada. Eso es lo que lo hace más emocionante. Eso es lo que motiva a todo el mundo dentro del equipo, dentro de la fábrica y definitivamente será así cuando entremos a la fábrica el lunes por la mañana, simplemente aparece esa energía».

«Creo que hay una gran cantidad de cosas dirigidas a nosotros en este momento, pero es el resultado de nuestra competitividad. Estamos acostumbrados, no me quita el sueño», dijo Christian Horner, refiriéndose a las quejas del rival.

El hecho es que, en este momento, Mercedes está tratando de desestabilizar a Red Bull a través de una tensa guerra fuera de la pista en las discusiones sobre los alerones flexibles, los motores, la presión de los neumáticos e incluso los tiempos de parada en boxes. Mientras tanto, el equipo austríaco gana, demostrando tener el mejor conjunto, en una curiosa inversión de roles. El equipo alemán está atado de manos.

Todavía hay tiempo para dar un giro, pero parece que Mercedes tendrá que hacer algo más que quejarse.

La Fórmula 1 continúa su racha de tres carreras en fines de semana consecutivos y se mantendrá en el Red Bull Ring para el GP de Austria del 2 al 4 de julio, con la promesa de un lleno total en el circuito austriaco.