Aleix Espargaró discute a comisarios: «Estaban viendo los Juegos Olímpicos»
Probablemente, la persona más enfadada en los boxes del MotoGP tras el GP de Estiria, era Aleix Espargaró. El piloto de Aprilia ni siquiera terminó la carrera, pero se mostró indignado por la falta de respuesta por parte de los comisarios tras recibir dos toques de Marc Márquez en las primeras vueltas de la carrera en el Red Bull Ring.
En la primera largada de la carrera, Márquez y Espargaró se encontraron en la primera curva del circuito austríaco, pero ambos continuaron con sus motos. Cuando se decretó la bandera roja por el accidente de Dani Pedrosa y Lorenzo Savadori, los pilotos se dirigieron a boxes y fue entonces cuando Aleix estalló de rabia.
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Aún en la pista, el piloto de la moto #41 pasó al lado de Marc, gesticuló y se quejó con su compatriota. En la relargada, sin embargo, los dos volvieron a tocarse en la curva 1, nuevamente con el piloto de Aprilia llevándose la peor parte y yéndose afuera de la pista. Terminada la carrera, la irritación de Espargaró tuvo como foco los comisarios deportivos.
«A Márquez no lo culpo. No hay ninguna razón, él es así. En cada carrera supera de esa manera desde hace 10 años. A quien quiero culpar es al grupo de comisarios. No sé, tal vez estaban viendo el último día de los Juegos Olímpicos», dijo Espargaró entre risas.
«Márquez decide las acciones que realiza en carrera, cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero los comisarios tienen que castigar. No había espacio, me pegó fuerte en el brazo, sobre todo la primera vez, y salí de la pista. Tuve suerte porque [Álex] Rins estaba allí, porque podría haber hecho un gran lío. La segunda vez fue lo mismo, pero no hicieron nada», completó.
Aleix también lamentó la falta de comunicación entre pilotos y comisarios, especialmente durante las carreras. Conviene recordar que no hay radio en las motos para intercambiar información o quejas.
«No entiendo nada de su trabajo, no hay comunicación entre los pilotos y los comisarios. Los culpamos en la comisión de seguridad, pero no están ahí. No podemos hablar con ellos, nadie entiende los castigos. Es frustrante, pero es una guerra que no podemos ganar», concluyó.