Barrichello recuerda momentos con De Ferran y lamenta su muerte: «Difícil de aceptar»

Rubens Barrichello acudió a las redes sociales en la mañana del sábado para recordar y rendir homenaje a su amigo Gil de Ferran, fallecido el viernes de un paro cardíaco a la edad de 56 años. Ambos estuvieron juntos a lo largo de sus carreras en distintos momentos, durante más de una década.

Barrichello y Gil de Ferran son dos pilotos de la misma generación brasileña de gran talento que llegaron a los grandes escenarios del automovilismo en la primera mitad de los años 90, pero cada uno siguió un camino diferente entre la Fórmula 1 y la Indy. Luego, en 2006, volvieron a coincidir en el equipo Honda F1, brevemente y con poco éxito.

«Gilberto de Ferran… Me encantaba llamarte así. En nuestras conversaciones por teléfono o en persona, como en esta foto en la que te pillé desprevenido con las gafas. Cabeção, te fuiste demasiado pronto, amigo. Difícil de aceptar, ¿sabes?», escribió Barrichello.

«Pero todo lo que puedo decir es Godspeed, compañero, y gracias por todo. Te echaremos mucho de menos. Mi amor y mis condolencias a tu querida familia», añadió el actual piloto de Stock Car.

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Numerosas personalidades del automovilismo rindieron homenaje a De Ferran y no ocultaron su conmoción por la pérdida del expiloto. Términos como «leyenda absoluta» y «mentor» fueron utilizados por pilotos y equipos para definir al hombre que coleccionó victorias en la máxima categoría del automovilismo estadounidense, la Indy, y que también estuvo vinculado a la F1.

Nacido en París, De Ferran era hijo del ingeniero francés Luc de Ferran, una de las mentes más brillantes de Ford y mentor de varios proyectos brasileños de turismos. Se trasladó a Brasil cuando sólo tenía cuatro años y comenzó su carrera automovilística en el karting cuando aún era un adolescente. Compitiendo en Europa, fue ascendiendo en el automovilismo y llamó la atención con el título de Fórmula 3 británica de 1992.

A pesar del proceso natural en las principales categorías de fórmula en Europa, fue en Estados Unidos donde De Ferran se convirtió en uno de los más grandes pilotos del automovilismo brasileño.

Su apogeo llegó en 2000, cuando De Ferran ganó su primer título de Indy, con dos victorias y otros cinco podios. Al año siguiente, repitió la hazaña, ganando el campeonato dos veces. En 2003, escribió su nombre para siempre en la historia del automovilismo al ganar las 500 Millas de Indianápolis.